Colombia apuesta por acelerar el acuerdo para la creación del ALCA
Colombia apuesta por acelerar el acuerdo para la creación del ALCA
Colombia apuesta por acelerar el acuerdo para la creación del ALCA
El crecimiento del PIB de EE UU a un ritmo anual del 5,8% en el primer trimestre del año no parece convencer a quienes temen por los desequilibrios que presenta la mayor economía del mundo. La caída del dólar en los últimos días es un síntoma de la preocupación por el persistente déficit corriente, agravado ahora por el regreso a una posición deficitaria de las cuentas fiscales.
El mayor editor de diarios de Argentina suspende los pagos financieros
El ex embajador argentino ante la UE, Roberto Lavagna, quien se convirtió el sábado en el sexto ministro de Economía del país suramericano en el último año, parece dispuesto a introducir pocos cambios. El peso seguirá flotando en las casas de cambio, que, como los bancos, reabren hoy tras una semana de cierre. Lavagna ha dejado claro que las prioridades de su gestión pasan por adoptar las medidas exigidas por el FMI y estudia, además, reflotar el Plan Bonex de manera inmediata.
El Gobierno intenta salvar la banca y evitar un colapso definitivo
La empresa Aguas Argentinas, concesionaria privada del servicio público de aguas en Buenos Aires, anunció que no pagará los intereses ni el capital de su deuda financiera de 706 millones de dólares (unos 800 millones de euros).
'Argentina sólo podrá superar su crisis con una justa redistribución de las rentas'
Aunque ratifica que el Gobierno de Eduardo Duhalde está en el buen camino, sus exigencias y sus críticas a cada punto del plan económico colocan al presidente argentino en una disyuntiva imposible. Si acepta los requerimiento del Fondo Monetario Internacional (FMI), arriesga su caída. Si no lo hace, también. Los temores a un cambio autoritario crecen y hay presiones para que Duhalde lo ponga en marcha.
A su paso por Madrid para presentar un ambicioso plan de desarrollo urbanístico y de turismo en su país, Jaime Ravinet, ministro chileno del ramo, explicó la visión de su país acerca de la situación económica y política de Argentina y su repercusión sobre la economía chilena.
La debilidad de Duhalde amenaza con un nuevo estallido social
Entre dos fuegos, el presidente argentino Eduardo Duhalde ve acercarse el momento de una definición crucial. Un mes y medio después de asumir el poder, su método de prueba y error ha encontrado un límite con la formalización de las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI). Y deberá decidir, rápidamente, si las acepta. En ese caso se arriesga a ver cómo se volatilizan las bases políticas y económicas de su Gobierno.
Las diferencias de Washington con el plan económico de Duhalde son profundas. Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional (FMI) no ceden en mayores exigencias económicas al presidente argentino, cuya debilidad política es creciente. Las empresas europeas se preparan para defender sus intereses.
El Gobierno argentino respondió ayer con un decreto al fallo de la Corte Suprema que declaraba inconstitucional el congelamiento de los depósitos. Pero el conjunto del plan anunciado el domingo no convence a los bancos por la falta de definiciones técnicas y tampoco a los ahorradores, pues se mantiene el corralito. El programa no cuenta con el consenso popular y la flotación del tipo de cambio es una apuesta al todo o nada.
Un día antes de la protesta nacional con cacerolas que tuvo lugar anoche, el Gobierno del presidente Eduardo Duhalde alcanzó un acuerdo provisional por tres meses con los Estados provinciales sobre el espinoso tema del reparto de los impuestos entre la nación y las provincias.
La crisis económica no ha perjudicado a todos los sectores económicos. Servicios como la banca en línea sobreviven con éxito
La leve flexibilización del corralito bancario decidida el jueves por la noche por el Gobierno es un claro mensaje de que se marcha hacia una total pesificación de la economía argentina. La sanción que el Senado dio ayer a la nueva carta orgánica del banco central es otra importante señal en el mismo sentido. Las protestas sociales se multiplican y la creciente desconfianza económica y política impulsan al alza la Bolsa y el dólar, a pesar de la intervención del banco emisor en el mercado.
La crisis económica no ha perjudicado a todos los sectores económicos. Servicios como la banca en línea sobreviven con éxito
El Gobierno argentino se apresta a introducir alguna flexibilización al corralito bancario, tras una jornada en la que la crisis política y económica se agudizó. La designación de Mario Blejer como presidente del banco central, en sustitución de Roque Maccarone, añade una nota de confusión en el panorama financiero. La reapertura de la Bolsa tras 13 días de cierre se tradujo en un alza de los precios de las acciones en pesos, única vía para sacar capitales al exterior. La subida estuvo impulsada por el desplome irrefrenable del peso, cuya cotización frente al dólar llegó a 2,2 unidades. La policía registró varias sedes bancarias y empresariales por denuncias de fugas de capitales. <b> En un marco de crecientes dificultades del sistema bancario, tres novedades marcaron la jornada de ayer. Por una parte, la reapertura de la Bolsa de Comercio, cerrada desde el pasado 4 de enero; por otra, el anuncio oficial de que por la noche se anunciaban medidas de flexibilización de la congelación de los depósitos bancarios y el cambio al frente de la presidencia del banco central. En su primer día de actividad desde el 4 de enero y después de la devaluación del peso, la Bolsa de Comercio abrió con una caída del 5%, que, dos horas más tarde, se transformaba en un alza del entorno del 8%; al cierre ganó el 8,15%. Si bien en términos de pesos, las negociaciones de las acciones líderes suben, en dólares están por debajo de sus precios antes de la devaluación. En líneas generales, las empresas que registran demanda positiva han sido las pertenecientes a los sectores de exportación petroquímica, alimentarias, automotrices y siderometalúrgicas. Bajan sus precios en dólares, aunque suban en pesos, las de telecomunicaciones, banca, servicios públicos privatizados y construcción. Esto es, las ligadas al mercado interno. El alza de la Bolsa responde, como ha ocurrido desde la implantación del corralito, a la búsqueda por el público de una salida de sus fondos de los bancos y desde la Bolsa al exterior. En concreto, el Bono Global 2008, en dólares, y papel testigo del último canje de deuda de Cavallo, subía el 24,5%. La fuga de capitales continúa sin atenuantes, en una clara muestra de la completa desconfianza de los operadores y el mercado en el rumbo económico del Gobierno del presidente Eduardo Duhalde. El viceministro de Economía y virtual portavoz del área, Jorge Todesca, anticipó que las flexibilizaciones que se iban a anunciar anoche permitirán que aquellas personas y empresas que tengan cuentas en dólares puedan transformarlas en pesos, al cambio oficial de 1,40 por dólar. Es otro paso más hacia la pesificación del sistema monetario, aunque Todesca dejó en claro que persistirán los límites de retiro mensual en 1.500 y 1.200 pesos, y permitiendo a partir de hoy que se realicen pagos de deudas y préstamos de un banco a otro a través de transferencias. Pero seguirán prohibidas las transferencias de imposiciones de plazo fijo para no favorecer una concentración del sistema en pocos bancos, fundamentalmente extranjeros. <b>Registro a la banca
El presidente Eduardo Duhalde no acierta con el rumbo. Entre las desesperadas protestas de la población y la división en el poder económico, el Gobierno no logra avanzar y sólo atina a pedir calma y prometer soluciones que no llegan para el corralito bancario. El banco central ya ha intervenido en dos ocasiones para frenar la depreciación del peso. Varios proyectos de reforma del sistema bancario reflejan la pugna de intereses. La Bolsa sigue sin operar.
Argentina es un país paralizado y en disgregación. La crisis financiera argentina derivó ayer en violentos incidentes en varias ciudades del país. Mientras el Gobierno y las entidades financieras discuten cómo superar la congelación de depósitos y evitar una catástrofe financiera, varias sedes bancarias fueron atacadas y destruidas por grupos de parados y ciudadanos afectados por las restricciones bancarias. El Gobierno y los bancos están divididos sobre el camino a seguir. El Fondo Monetario Internacional "apoya" al Gobierno, pero no concreta ninguna ayuda específica. La Bolsa de Comercio cumple su séptima jornada sin operaciones. El dólar libre sube de 1,70 a 1,90 pesos.
El viceministro argentino de Economía, Jorge Todesca, aseguró ayer que su país podría alcanzar un acuerdo con el FMI en el plazo de un mes. La cifra de ayudas barajada en estos momentos oscila entre 10.000 y 15.000 millones de dólares (12.000 y 18.000 millones de euros). Para conseguirlo, el Gobierno de Eduardo Duhalde está elaborando un proyecto de Presupuesto 2002 que será "equilibrado" y que prevé un aumento de la inflación del 8% al 10% y un retroceso del PIB del 3%. El mercado de divisas operó normalmente, pero hubo mucha tensión en casas de cambio y bancos y la Bolsa de valores permaneció cerrada. Además se produjeron violentos enfrentamientos.
El mercado de cambios reanudó ayer su actividad tras tres semanas de parálisis, y el dólar se llegó a vender hasta 1,80 pesos. El mercado de divisas fijó una cotización de 1,675 pesos por dólar, lo que supone una pérdida de valor del 16,4% respecto al precio oficial de 1,4 pesos. El FMI advirtió ayer que el país no ha avanzado lo suficiente para recibir los préstamos pendientes de este organismo.
El deterioro de las condiciones económicas y políticas en Argentina está poniendo en riesgo la estabilidad del Gobierno del presidente Eduardo Duhalde. El choque interno en las filas del peronismo se agrava tras las declaraciones del líder partidario, Carlos Menem. La conflictividad social crece en todo el país.
Los mercados reanudan hoy sus negociaciones, después de que el Gobierno del presidente Eduardo Duhalde decidiera extender por un día más la inactividad bancaria y cambiaria. Mientras continúa la pugna entre los Ejecutivos de Argentina y España, el ex presidente y líder peronista Carlos Menem atacó ayer la gestión de Duhalde, a quien calificó de "inepto". Telefónica se ofreció a colaborar y el Gobierno parece dispuesto a asumir como propia una propuesta de las petroleras. La banca española negocia en Buenos Aires las condiciones de su participación en los planes económicos del Gobierno mientras Brasil ofrece su apoyo ante los organismos internacionales.
Los mercados pondrán hoy a prueba el nuevo plan económico de Argentina. La Bolsa de Comercio de Buenos Aires reabre sus puertas tras dos días de inactividad y los bancos operarán previsiblemente sin restricciones por primera vez en 20 días. Pero no está claro si habrá libre negociación de divisas o se postergará su apertura. Los precios continúan subiendo en reacción a la devaluación, pero de manera desigual. Una misión técnica del FMI estudia el programa que el Gobierno ha puesto en marcha y el proyecto de Presupuestos para 2002 será enviado al Parlamento en 10 días. Preocupación de bancos y empresas por la incertidumbre cambiaria y económica.
La situación argentina ha entrado en un compás de espera tras el anuncio del nuevo plan económico. El Gobierno se esfuerza ahora en impedir que la devaluación se traslade a los precios y que se produzca un impacto inflacionista que dé al traste con el esfuerzo estabilizador. Mientras elabora el nuevo Presupuesto para 2002, la Administración abre negociaciones con las empresas privatizadas y el FMI, al tiempo que prepara la segunda fase de la reestructuración de la deuda. Estados Unidos y el Fondo inician contactos con Argentina, en tanto España y Europa rechazarán pagar la factura de la crisis. Brasil y el Mercosur acogen con alivio el cambio económico.
Un país quebrado. El Senado argentino aprobó ayer la Ley de Emergencia Pública, que ya había sancionado en la madrugada la Cámara de Diputados y que pone fin al régimen de convertibilidad instaurado en 1991. La norma otorga poderes especiales al Ejecutivo para concretar una devaluación del peso de entre el 30% y el 40%, y supone una revisión total de la política económica de la última década. La orientación dirigista y proteccionista choca de frente con los intereses de las empresas privatizadas y petroleras, muchas de capital español. EE UU no ha dado apoyo al plan. Hoy y mañana serán festivos en la banca para para permitir al ministro de Economía, Jorge Lenicov, anunciae las medidas concretas.
Tras la asunción de la mayoría de los nuevos ministros, el Gobierno del presidente Eduardo Duhalde preparaba anoche el anuncio del programa económico que marca el fin de la convertibilidad. El eje del plan será una devaluación del peso cercana al 40%. Habrá dos tipos de cambio. Se enviará al Congreso una ley de salida de la convertibilidad, que incluye el Presupuesto 2002. El nuevo programa comenzará a regir el lunes y se presentará de inmediato al FMI para buscar una ayuda de 15.000 millones de dólares (16.500 millones de euros). Se temen conflictos sociales.
El temor a un desborde social inmediato unió a la casi totalidad de los partidos políticos argentinos en torno al peronista Eduardo Duhalde. El nuevo presidente se apresura a formar un Gobierno con presencia de la oposición en una gestión de "unidad nacional" desconocida en la historia de Argentina. Su ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov, anunciará una devaluación del peso, la creación de un "seguro de empleo", la renegociación de la deuda externa y medidas que afectarán negativamente a las empresas españolas.
Una devaluación del 40%
La crisis argentina continúa sin un principio de solución. La Asamblea Legislativa, que debe elegir al nuevo presidente en reemplazo del dimisionario Adolfo Rodríguez Saá, aún no había comenzado a reunirse anoche. Los serios enfrentamientos entre los gobernadores peronistas impedían alcanzar un consenso alrededor de la figura del ex vicepresidente Eduardo Duhalde. Mientras continúan las negociaciones, el candidato con mayores posibilidades trata de avanzar en la definición de un programa económico.
Un principio de revolución, furia y desesperación popular obstaculiza la estabilización de un poder político que elabore un programa económico de urgencia. Tres destacados gobernadores provinciales del peronismo no concurrieron ayer a entrevistarse con el presidente provisional, Adolfo Rodríguez Saá, para tratar la formación de un nuevo gabinete de ministros. Para hoy se prevé una nueva movilización popular, tras la registrada el viernes que culminó con la renuncia de los ministros. El gobierno abandonó su proyecto de una tercera moneda. EE UU teme un "contagio" político a la región y hay temor por la inversión española.
El sistema bancario está al borde del colapso por la creciente falta de liquidez, mientras las agudas divisiones en el seno del peronismo ponen en riesgo la celebración de las elecciones del 3 de marzo. La apertura de la Bolsa hundió las cotizaciones. El ministro de Exteriores español, Josep Piqué, reconoció ayer que las empresas españolas sufrirán por la crisis argentina, aunque aseguró que ni siquiera una devaluación hará que España revise su apuesta estratégica. EE UU sólo compromete asistencia "técnica".
La inversión española está para quedarse, siempre y cuando el nuevo Gobierno garantice la seguridad jurídica de las empresas. El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqué, puso así un límite, por primera vez en una década, a la presencia del capital español en Argentina. Los bancos volvieron a operar ayer con serias dificultades, mientras la realización de las elecciones del 3 de marzo comienza a ser puesta en cuestión. El FMI envió una carta al nuevo presidente argentino.
La suspensión de pagos formal declarada el domingo pasado por el nuevo Gobierno ha puesto de relieve el enorme volumen de la deuda pública y privada de Argentina, en medio de una economía nacional devastada. A comienzos de 1989, cuando el país enfrentó su última gran crisis económica y financiera, que culminó en una hiperinflación del 5.000% anual, las obligaciones externas del Estado argentino totalizaban 60.000 millones de dólares. El endeudamiento del sector privado era insignificante. Una década después de la instauración del tipo de cambio fijo entre el dólar y el peso, de la apertura sin límites de la economía y de la privatización de la totalidad de las empresas públicas, la deuda total, pública y privada, de Argentina se ha multiplicado por 3,5 veces.
Apenas tres días después de asumir sus funciones, el nuevo Gobierno argentino se debate en una contradicción irresoluble al intentar mantener la paridad de un peso por un dólar sin contar con las reservas necesarias para ello. El secretario de Hacienda (y de hecho ministro de Economía), Rodolfo Frigeri, confirmó ayer que la Administración provisional se prepara para emitir una tercera moneda, pero rechaza reconocer que esto conducirá a la devaluación. El comercio exterior y el mercado interno se paralizan por el cierre del sistema financiero.
El hasta ayer viceministro de Economía de Argentina, Daniel Marx, dijo que su país pagó "a última hora" un vencimiento de bonos internos por unos 700 millones de dólares. La dimisión de Marx, quien renunció ayer "por razones familiares", ha agudizado la presión de los partidarios de una urgente dolarización, encabezados por el ex presidente Carlos Menem.
Sólo el presidente Fernando de la Rúa sigue apoyando al ministro de Economía, Domingo Cavallo. Ayer, mientras el conjunto de los sectores políticos, empresarios y sindicales clamaba a gritos por la dimisión del creador de la convertibilidad, el presidente destacó el "enorme esfuerzo" de Cavallo. Las casas de cambio ya descuentan una devaluación al no vender dólares, mientras dos ex ministros de Economía plantean abiertamente el fin de la convertibilidad. La Bolsa de Buenos Aires cayó un 7,58%.
El ministro de Economía argentino, Domingo Cavallo, negocia contrarreloj con el Fondo Monetario Internacional en Washington. El hermetismo sobre el contenido de las conversaciones es absoluto. Mientras tanto, en Buenos Aires, el presidente Fernando de la Rúa intenta tejer un pacto con su antecesor en el cargo, Carlos Menem, y con el conjunto de la oposición peronista. La situación se deteriora rápidamente en medio de crecientes conflictos sectoriales.
La crisis económica argentina ya no está bajo control. El ministro de Economía, Domingo Cavallo, admitió ayer que el país ha entrado en suspensión de pagos. Y, de inmediato, ha dado prioridad al pago de los sueldos y la atención del gasto público. Para poder hacerlo se ha visto obligado a incautar los fondos de pensiones. La Bolsa se ha convertido en la puerta para obtener liquidez y evadir capital, y ayer subió el 10%. La dolarización y/o la devaluación del peso es inexorable.