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La Bolsa argentina reabre y gana un 8% ante el desplome del peso

El Gobierno argentino se apresta a introducir alguna flexibilización al corralito bancario, tras una jornada en la que la crisis política y económica se agudizó. La designación de Mario Blejer como presidente del banco central, en sustitución de Roque Maccarone, añade una nota de confusión en el panorama financiero. La reapertura de la Bolsa tras 13 días de cierre se tradujo en un alza de los precios de las acciones en pesos, única vía para sacar capitales al exterior. La subida estuvo impulsada por el desplome irrefrenable del peso, cuya cotización frente al dólar llegó a 2,2 unidades. La policía registró varias sedes bancarias y empresariales por denuncias de fugas de capitales. En un marco de crecientes dificultades del sistema bancario, tres novedades marcaron la jornada de ayer. Por una parte, la reapertura de la Bolsa de Comercio, cerrada desde el pasado 4 de enero; por otra, el anuncio oficial de que por la noche se anunciaban medidas de flexibilización de la congelación de los depósitos bancarios y el cambio al frente de la presidencia del banco central. En su primer día de actividad desde el 4 de enero y después de la devaluación del peso, la Bolsa de Comercio abrió con una caída del 5%, que, dos horas más tarde, se transformaba en un alza del entorno del 8%; al cierre ganó el 8,15%. Si bien en términos de pesos, las negociaciones de las acciones líderes suben, en dólares están por debajo de sus precios antes de la devaluación. En líneas generales, las empresas que registran demanda positiva han sido las pertenecientes a los sectores de exportación petroquímica, alimentarias, automotrices y siderometalúrgicas. Bajan sus precios en dólares, aunque suban en pesos, las de telecomunicaciones, banca, servicios públicos privatizados y construcción. Esto es, las ligadas al mercado interno. El alza de la Bolsa responde, como ha ocurrido desde la implantación del corralito, a la búsqueda por el público de una salida de sus fondos de los bancos y desde la Bolsa al exterior. En concreto, el Bono Global 2008, en dólares, y papel testigo del último canje de deuda de Cavallo, subía el 24,5%. La fuga de capitales continúa sin atenuantes, en una clara muestra de la completa desconfianza de los operadores y el mercado en el rumbo económico del Gobierno del presidente Eduardo Duhalde. El viceministro de Economía y virtual portavoz del área, Jorge Todesca, anticipó que las flexibilizaciones que se iban a anunciar anoche permitirán que aquellas personas y empresas que tengan cuentas en dólares puedan transformarlas en pesos, al cambio oficial de 1,40 por dólar. Es otro paso más hacia la pesificación del sistema monetario, aunque Todesca dejó en claro que persistirán los límites de retiro mensual en 1.500 y 1.200 pesos, y permitiendo a partir de hoy que se realicen pagos de deudas y préstamos de un banco a otro a través de transferencias. Pero seguirán prohibidas las transferencias de imposiciones de plazo fijo para no favorecer una concentración del sistema en pocos bancos, fundamentalmente extranjeros. Registro a la banca

Y mientras continúan las protestas populares y contra los bancos en varios puntos del país, incluida la capital argentina, el juez Norberto Oyarbide ordenó ayer el allanamiento de casas bancarias y de empresas transportadoras de caudales, sectores de carga del aeropuerto internacional de Ezeiza y de una aerolínea estadounidense y de puestos de peaje en carretera. El objetivo es investigar el destino de 26.000 millones de dólares (29.380 millones de euros) que se habrían fugado del país tras la congelación de depósitos. El dólar continuaba subiendo y tocaba ayer un máximo de 2,20 pesos por unidad, frente a los 1,90 de la jornada anterior. La escasa iliquidez no explica esta subida, que algunos expertos la adjudican al "interés de casas de cambio y de bancos de utilizar la intervención del Central para acumular dólares".

Pero la verdadera noticia a nivel interno se produjo en la renuncia de Roque Maccarone a la presidencia del banco central. Si bien el portavoz presidencial, Eduardo Amadeo, negó "presiones políticas" oficiales sobre el funcionario saliente, la realidad es que las críticas gubernamentales a Maccarone por su política favorable a determinados bancos del sistema resultaron decisivas.

Su sustituto, Mario Blejer, un ex funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI) durante 30 años y cooptado por el ex ministro Domingo Cavallo para asumir como vicepresidente del Central, será el encargado de orientar la política monetaria de ahora en adelante. Pero la confusión sobre qué hará es completa. Ayer por la mañana, el Gobierno envió al Congreso un proyecto de reforma de la Carta Orgánica del banco central que choca de plano con las recomendaciones ortodoxas que el FMI le está formulando a Argentina. Lejos de estabilizar la economía, las reformas propuestas abren el camino a la hiperinflación al dar carta blanca a la entidad en la emisión de moneda. La falta de liquidez del sistema presionará al banco para emitir billetes y disparará los precios.

 

Washington celebra el relevo al frente del banco central

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Tesoro de EE UU recibieron ayer con beneplácito la designación de Mario Blejer como nuevo presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA). "Mario es muy conocido en el FMI y lo felicitamos y estamos deseosos de trabajar con él", dijo el portavoz del Fondo, Thomas Dawson. Blejer, que llegó hace tres meses a la vicepresidencia del BCRA con el ex ministro Domingo Cavallo, es un doctorado en Chicago y fue vicedirector para Asia y el Pacífico del FMI. Su formación académica es amplia y se basa en las teorías neomonetaristas profesadas por el Fondo y la escuela de Chicago.

Sin embargo, Blejer deberá enfrentar una seria contradicción. El Gobierno, que ha orientado su política económica hacia la conversión del sistema monetario del dólar al peso, pretende darle una amplia capacidad de emisión de pesos, incluida la práctica de redescuentos y pases para ayudar a los bancos, incluso por montos superiores al patrimonio neto de las entidades.

Esto supone una vuelta a la práctica de crear liquidez sin limitaciones y, ahora mismo, de suministrar esa liquidez en pesos al sistema a medida que los depósitos en dólares se conviertan en pesos. Es decir, un peligroso camino de desaparición de los pasivos empresariales que llevará a Argentina a una nueva hiperinflación. No por casualidad el peso cae frente al dólar todos los días.

"¿La llegada de Blejer al Central constituye la señal de la inversión de este curso monetario o simplemente un episodio en la actual marcha hacia la desarticulación del sistema financiero?", se preguntaba sin respuesta una fuente bancaria.

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