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El Gobierno argentino avanza hacia la 'pesificación' con el rechazo social

La leve flexibilización del corralito bancario decidida el jueves por la noche por el Gobierno es un claro mensaje de que se marcha hacia una total pesificación de la economía argentina. La sanción que el Senado dio ayer a la nueva carta orgánica del banco central es otra importante señal en el mismo sentido. Las protestas sociales se multiplican y la creciente desconfianza económica y política impulsan al alza la Bolsa y el dólar, a pesar de la intervención del banco emisor en el mercado.

La Administración del presidente Eduardo Duhalde avanza con pies de plomo. En medio del hartazgo de la población, que cada día se manifiesta para protestar por la situación económica y con reclamos políticos como la destitución de la Corte Suprema de Justicia, el único plan económico oficial claro es convertir a pesos todas las transacciones económicas y financieras del país.

Las medidas anunciadas por el Ministerio de Economía contemplan la posibilidad de que las imposiciones de plazo fijo hasta 5.000 dólares (5.600 euros) puedan transformarse en cuentas a la vista en pesos, al tipo de cambio oficial de 1,40 por dólar. También podrán pasarse a cuentas corrientes o de ahorro los plazos fijos en dólares y se habilita la conversión a pesos de las cuentas de ahorro en dólares de hasta 5.000 pesos.

En conjunto, la flexibilización tiende a permitir una mayor movilidad de fondos dentro del sistema financiero. Aunque no deja que el cliente retire más de 1.500 pesos por mes de sus cuentas, sí le permite operar con cheques y transferencias para realizar pagos. Pero la clave de la iniciativa oficial es que el cambio afecta al 78% de los titulares de cuentas afectados por el corralito, a quienes busca animar para que transformen su dinero en pesos.

En paralelo, el Senado aprobó el proyecto de ley de reforma de la carta orgánica del banco central, cuyos ejes son amplios poderes para emitir pesos y para volver a ser prestamista de última instancia, una función que desapareció durante los casi 11 años de vigencia de la convertibilidad.

Algunos senadores, entre los que se destaca el ex presidente Raúl Alfonsín, advirtieron durante el debate sobre el peligro de que una emisión masiva conduzca a una alta inflación. Pero el Gobierno parece centrar su esfuerzo en devolverle al peso su condición de moneda nacional plena.

Una orientación en la que los empresarios, banqueros y el público en general temen que genere, en realidad, una fuerte depreciación de la moneda e, incluso, lleve a una nueva hiperinflación. Ciertamente, esto serviría para eliminar las enormes deudas contraídas por las empresas en dólares y en pesos con el sistema financiero local. Pero justamente eso crea el peligro de una quiebra bancaria generalizada y replantea la discusión sobre una dolarización plena de la economía para aventar esa posibilidad

Ganancias del Merval

En este contexto, la Bolsa de Comercio de Buenos Aires subía ayer el 12%, ya que constituye el único refugio para preservar el valor del dinero que sale de los bancos. Por la vía de compra de acciones y títulos de la deuda en dólares, los ahorradores tratan de perder lo menos posible. El dólar, a pesar de la intervención del banco central, que vendía ayer a 1,85 pesos a bancos y casas de cambio, trepaba hasta los 2,20 pesos.

Si bien el nuevo presidente del central, Mario Blejer, recibió el apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, no está claro aún cómo podrá actuar frente a las presiones del Gobierno favorable a una política monetaria más flexible.

El presidente de EE UU, George Bush, aseguró ayer a Duhalde por teléfono que Argentina contará con el apoyo de EE UU ante la comunidad financiera internacional en cuanto presente un plan creíble, informa Reuters.

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