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La banca presiona a Duhalde para que modifique el plan económico

Los mercados pondrán hoy a prueba el nuevo plan económico de Argentina. La Bolsa de Comercio de Buenos Aires reabre sus puertas tras dos días de inactividad y los bancos operarán previsiblemente sin restricciones por primera vez en 20 días. Pero no está claro si habrá libre negociación de divisas o se postergará su apertura. Los precios continúan subiendo en reacción a la devaluación, pero de manera desigual. Una misión técnica del FMI estudia el programa que el Gobierno ha puesto en marcha y el proyecto de Presupuestos para 2002 será enviado al Parlamento en 10 días. Preocupación de bancos y empresas por la incertidumbre cambiaria y económica.

El plan económico del presidente Eduardo Duhalde será puesto a prueba hoy cuando los mercados reanuden sus operaciones a pleno rendimiento tras 20 días de paralización. Los bancos abrirán sus puertas a primera hora para atender todo tipo de operaciones, en tanto que la Bolsa de Comercio de Buenos Aires reiniciará sus negociaciones, suspendidas el pasado viernes. Sin embargo, a última hora de la tarde de ayer, los bancos presionaban sobre el Gobierno para que éste extienda el cierre del mercado cambiario.

"No estamos en condiciones técnicas de comenzar mañana a realizar cambio de divisas", dijo a este periódico una fuente del sector financiero. Pero la posición real de los banqueros es muy distinta. Su petición tiene que ver con un cuestionamiento de fondo al plan económico, en línea con la opinión del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Gobierno de Estados Unidos.

"No se puede tener un tipo de cambio desdoblado. Hace falta que el Gobierno fije un solo valor para el dólar y marche hacia una nueva convertibilidad o a una dolarización de la economía tras la devaluación", agregó la fuente.

Eso es lo que ayer a última hora le estaban planteando los representantes de la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA) al ministro de Economía, Jorge Remes Lenicov. De esta manera, el sector financiero quiere garantizarse una certidumbre sobre sus deudas con el exterior y, sobre todo, el monto en dólares que las empresas locales les deben a las entidades bancarias que operan en Argentina.

Los temores son más que justificados. Mientras las subidas de precios continúan en todos los sectores, particularmente en los bienes importados, el dólar libre ha comenzado a dispararse antes de la reapertura de los mercados.

Si bien la remarcación de precios es todavía desigual, tanto en porcentaje como en los diversos ramos de la producción y el comercio, ayer la divisa estadounidense cotizaba en el mercado paralelo entre 1,50 y 1,80 pesos. Algunos analistas, como JP Morgan, indican que el dólar podría llegar a 2,7 pesos a fin de año, pero otros temen que pueda subir por encima de los dos pesos sólo en los próximos días.

Relajación bancaria

Esto configura un cuadro de total confusión que sigue paralizando el movimiento económico. El Gobierno se apresta a anunciar hoy una flexibilización de la congelación de los depósitos, elevando de 1.000 a 1.500 pesos el monto mensual que los asalariados pueden retirar de las cuentas, y de 1.000 a 1.200 la cantidad que estarán autorizados a retirar otros particulares.

El intento es reactivar la economía, pero sin poner en excesivo riesgo al ya golpeado sistema bancario ni arriesgarse, por otro lado, a una fuerte demanda de dólares que llevé la cotización de esa divisa muy por encima del tipo de cambio oficial, fijado en 1,40 pesos. Un trabajo de orfebrería que despierta mucho escepticismo entre los empresarios, banqueros, analistas y la expectante población de Argentina.

Mientras, tanto el Gobierno de Duhalde como el portavoz del FMI, Francisco Baker, reconocieron ayer que se encuentran en Buenos Aires los dos técnicos del Fondo encargados del caso argentino, Tomás Reichmann y John Thornton. "El objetivo de esa visita es recoger información, conversar con las autoridades y ver lo que está pasando, pero no hay ninguna negociación en marcha", dijo Baker. Similares declaraciones fueron realizadas por el jefe del Gabinete de Ministros de Argentina, Jorge Capitanich.

El Fondo está en desacuerdo con el tipo de cambio desdoblado y con las medidas proteccionistas de la industria argentina que planea adoptar el nuevo Ejecutivo. Y, sobre todo, están a la espera del proyecto de Presupuesto que Remes Lenicov enviará en 10 días al Congreso.

æpermil;sa parece ser, también, la opinión de las principales economías mundiales agrupadas en el G-7, que el pasado lunes mantuvieron una reunión telefónica a nivel de altos funcionarios para tratar el tema argentino. El periódico The Globe and Mail de Canadá, que ostenta la presidencia rotatoria del Grupo, informaba ayer que el G-7 considera "caótico y lleno de problemas" el nuevo plan económico argentino y rechazaron la posibilidad de que el Fondo reanude en estos momentos el programa que mantiene con el país del Cono Sur.

 

Aznar exige un proyecto creíble para impulsar la inversión extranjera

El presidente español, José María Aznar, volvió a insistir ayer en la necesidad de que el Gobierno argentino presente un plan económico "creíble" que sea "respaldado" y "asumible" por la comunidad internacional con el fin de que el país siga resultando atractivo para la inversión extranjera.

"El acuerdo debe ser convenido y acordado con los principales agentes económicos internacionales, con el fin de que Argentina sea capaz de seguir atrayendo inversión exterior", puntualizó Aznar.

En una rueda de prensa conjunta con el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, José María Aznar admitió que España asume el coste que debe pagar por la crisis argentina en su condición de primer inversor exterior del país y ratificó la predisposición de España y de la Unión Europea a ayudar a Argentina. "Y esperamos que se adopten [para ello] los pasos en la buena dirección", precisó. Aznar volvió a recordar que las inversiones españolas en el país tienen carácter "estratégico" y no temporal.

Tragedia proteccionista

Más contundente se mostró el presidente de la Comisión, que alertó de que una vuelta a las políticas proteccionistas sería una "tragedia" para Argentina, ya que, a su juicio, el comercio debe constituir uno de los motores del crecimiento futuro del país.

Asimismo, Prodi insistió en que los planes que adopte el Ejecutivo de Buenos Aires deben atenerse, en todo momento, a "las reglas del comercio internacional", en referencia a los cambios unilaterales introducidos por el Gobierno relativos a los contratos de las empresas y a las condiciones del sistema financiero.

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