FONDOS / CADA DÍA UN ANÁSILIS
Los mercados emergentes, sobre todo los de Latinoamérica, siguen pendientes del desenlace de la crisis argentina. Las autoridades de este país negocian con el Fondo Monetario un nuevo plan crediticio para evitar la crisis de pagos, lo que se está traduciendo en aumento de los riesgos para los países de la zona.
El presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, lanzó ayer una clara señal de alerta a las economías emergentes y al riesgo, creciente a su juicio, de que varios de estos países declaren una suspensión del pago de su deuda.
Calma es la palabra más oída en los mercados financieros del mundo. Pese a los problemas e incertidumbres que rodean a países como Argentina, lo cierto es que en estas dos sesiones, los inversores se han mostrado algo más optimistas con los mercados emergentes.
Los cierres que tuvieron el Dow Jones y el Nasdaq la víspera (perdió el 0,57% el primero de ellos y subió el 0,04% el segundo) permitieron que los principales mercados bursátiles de Asia concluyeran en positivo. El índice Hang Seng de la Bolsa de Hong Kong avanzó un 3,72%, frente al 3% que cedió el lunes.
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Las economías de los países emergentes están padeciendo con crudeza la crisis económica, cuyos efectos se han ido anticipando desde antes del verano. Los numerosos fondos de inversión españoles que operan en estos mercados ya lo están notando con cierta intensidad.
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Las economías de los países emergentes han quedado seriamente tocadas como consecuencia de la crisis política desencadenada el pasado 11 de septiembre. Los numerosos fondos de inversión que existen en España con vocación orientada hacia estos mercados, más de medio centenar de fondos, han registrado una aceleración considerable de sus pérdidas en las dos últimas semanas.
Establecer una actividad industrial o de servicios en un país de economía emergente puede ser una vía de crecimiento para las empresas. La Administración española ofrece a los promotores de proyectos empresariales en este tipo de países préstamos con un vencimiento de entre tres y diez años, con amplios periodos de carencia. Otra ayuda, compatible con la anterior, consiste en la aportación de fondos públicos al capital social de la empresa a constituir en el país objeto de la inversión.
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Los fondos españoles que actúan en mercados emergentes, sean de renta fija o de renta variable, se encuentran este año entre los que mejor están capeando la crisis de los mercados, a pesar de que precisamente ha sido Latinoamérica una de las zonas sensibles. Es decir, uno de los espacios en los que han aparecido problemas de solvencia de un país, en este caso Argentina.
El 17 de agosto de 1998, Rusia declaraba la suspensión parcial del pago de su deuda y devaluaba el rublo. El sistema bancario, más de 5.000 entidades con poca o ninguna liquidez, se derrumbó por completo al estallar la burbuja en que se sustentaban créditos fáciles y beneficios rápidos de hasta el 300% anual.
El aumento del riesgo de los países emergentes, espoleado por las crisis de Turquía y Argentina, provocó la reducción de los préstamos de los principales bancos internacionales en el primer trimestre del año.
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (la autoridad monetaria), Alan Greenspan, afirmó ayer que las crisis de países como Argentina, Brasil, Turquía y otras naciones emergentes no afectarán a la economía estadounidense.
Los bonos emitidos por los países emergentes habían sufrido en la última semana un severo correctivo. Sin embargo, la tendencia se invirtió ayer tras vislumbrarse el primer atisbo de esperanza para solucionar la crisis argentina.
Los países emergentes se resienten del renovado temor a la inversión con riesgo
La mala situación económica que atraviesa Argentina ha desatado una oleada de ventas en el resto de Bolsas de los países emergentes. Los inversores temen que el clima de desconfianza que reina en Latinoamérica se traslade al resto de mercados que poseen esta etiqueta y en los últimos días el dinero ha huido hacia lugares menos volátiles.
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Los fondos en mercados emergentes están este año de moda gracias a sus rentabilidades más que aceptables. La superación con éxito de los problemas de la deuda en Argentina, con una notable suscripción por parte de los inversores, ha servido para darle un espaldarazo a la región, lo que se ha dejado notar en las Bolsas de la zona y, a la postre, en las rentabilidades de los fondos españoles que operan en estos países.
Los mercados emergentes siguen la estela del Nasdaq. La remontada del índice tecnológico desde comienzos de abril ha guiado la recuperación de estas plazas. A ello se ha unido un aumento de la confianza gracias otros factores locales, como el éxito del megacanje de deuda en Argentina, las elecciones en Perú y la estabilidad económica en Turquía.
El Banco de Pagos Internacionales (BPI) de Basilea estudia importantes cambios en las normas sobre requerimientos de capital que, de aprobarse, impactarían negativamente sobre los países más pobres y los denominados "emergentes".
Los mercados emergentes seguirán sometidos el resto del año a una gran volatilidad. El fuerte deterioro de sus fundamentos económicos en el primer trimestre, la incertidumbre sobre el alcance real de la desaceleración en EE UU y la crisis que azota Turquía y Argentina añaden fuertes tensiones a unos mercados, ya de por sí, de alto riesgo.
Los inversores internacionales acogieron ayer, favorablemente, el nombramiento de los nuevos responsables económicos en Argentina y Turquía, lo que se tradujo en una inmediata reducción de la percepción de riesgo de estos mercados y, por extensión, de las restantes economías emergentes.
Los fondos de inversión españoles que invierten en mercados emergentes, la mayoría de ellos en Bolsas o en mercados latinoamericanos, han atravesado una significativa crisis, no demasiado profunda, en las últimas semanas con motivo de los problemas que han tenido su centro en Turquía.
Una acalorada discusión política entre el primer ministro turco Bülent Ecevit y el presidente Ahmet Necdet Sehzer ha sido el detonante, esta semana, de una aguda crisis económica, que se ha saldado con la decisión por parte del Gobierno turco de permitir la libre fluctuación de la lira turca. La inestabilidad ha dado al traste con el programa de reestructuración económica y reducción de la inflación, auspiciado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a finales del año pasado. También ha provocado la debacle de la Bolsa y de los bonos turcos, elevó el miércoles los tipos de interés a corto plazo hasta niveles del 5.000% y ha devaluado la lira turca frente al dólar hasta un 30%.
La desaceleración en EE UU ofrece buenas oportunidades a los mercados emergentes, pero lo cierto es que su fragilidad en los mercados internacionales y la inestabilidad política y social que soportan no ofrecen perspectivas muy positivas a corto plazo.
Los flujos de capitales privados, -casi la única fuente de financiación para las economías emergentes de América Latina, Asia y África-, registraron un leve aumento en 2000 pero todavía se sitúan muy por debajo de los volúmenes registrados antes de la crisis asiática de 1997, según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF).