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Argentina contagia su crisis a los mercados de otros países emergentes

La mala situación económica que atraviesa Argentina ha desatado una oleada de ventas en el resto de Bolsas de los países emergentes. Los inversores temen que el clima de desconfianza que reina en Latinoamérica se traslade al resto de mercados que poseen esta etiqueta y en los últimos días el dinero ha huido hacia lugares menos volátiles.

A raíz de la crisis argentina, los expertos pronunciaban nombres tan lejanos geográficamente como Rusia, Hong Kong, Turquía o Polonia. La razón no era otra que el desplome de sus Bolsas por el efecto contagio. La preocupación es tal que hay quien ya compara esta situación con la crisis rusa de 1998.

La razón del contagio radica en que los inversores que invierten en Argentina responden al mismo perfil que los que apuestan por mercados como el turco, el ruso o el polaco, por poner unos ejemplos. æpermil;stos tratan de obtener una alta rentabilidad asumiendo un riesgo superior a cualquier otra alternativa de inversión en economías más estables.

Cuando este riesgo es muy alto, algo que explican las rentabilidades de la deuda, los inversores retiran el dinero rápidamente y adquieren activos más seguros, como el bono estadounidense a 30 años, que ha repuntado de precio en los últimos días. Entonces se corre el peligro de que éstas economías se queden sin liquidez.

Argentina tiene problemas serios. No crece, está altamente endeudada, los conflictos políticos y sociales van en aumento y los inversores internacionales dan por hecho que terminará por no poder hacer frente al pago de la deuda. Asimismo, si el país andino decidiese abandonar su paridad con el dólar de EE UU, ello podría disparar los temores a que otras economías respaldadas por el billete verde sigan el mismo camino, como es el caso de Hong Kong.

Las caídas de la Bolsa son un reflejo de esta desconfianza, lo mismo que el alto tipo de interés (14%) que tuvo que ofrecer el Gobierno argentino el martes, en su última subasta de bonos a tres meses. El índice de la Bolsa de Buenos Aires, el Merval, perdía ayer un 5,1%.

Las Bolsas de las economías colindantes sufrían ataques menos virulentos, pero veían como sus monedas perdían valor frente al dólar por tercer día consecutivo. Las monedas están ligadas también al comportamiento de los mercados, ya que la entrada de capital extranjero en la Bolsa aumenta la demanda de moneda local.

El índice de la Bolsa de Estambul perdió ayer un 7,8%. A pesar de que el FMI está a punto de aprobar un paquete de ayudas para este país, existe el temor a que siga los pasos de Argentina. Turquía necesita financiación, y para ello debe vender deuda. Visto el tipo de interés que ha pagado Argentina, muchos creen que la prima de la deuda turca será demasiado costosa para el Tesoro turco.

A todo ello hay que añadirle que la lira se ha depreciado un 45% en seis meses y que las agencias de calificación financiera -ayer fue Standard & Poor's- siguen emitiendo informes negativos. Resultado: la huida del inversor extranjero.

La Bolsa rusa ha sido otra de las afectadas. Con la diferencia de que hasta hace muy poco era una de las que más había subido de todo el mundo. El temor a un contagio ha provocado que los inversores internacionales pasen por caja y recojan los beneficios obtenidos durante todo el año para que éstos no se esfumen en dos semanas. Ayer, la Bolsa de Moscú perdió un 5,65%.

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