La crisis turca mantiene en vilo los mercados emergentes
Una acalorada discusión política entre el primer ministro turco Bülent Ecevit y el presidente Ahmet Necdet Sehzer ha sido el detonante, esta semana, de una aguda crisis económica, que se ha saldado con la decisión por parte del Gobierno turco de permitir la libre fluctuación de la lira turca. La inestabilidad ha dado al traste con el programa de reestructuración económica y reducción de la inflación, auspiciado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) a finales del año pasado. También ha provocado la debacle de la Bolsa y de los bonos turcos, elevó el miércoles los tipos de interés a corto plazo hasta niveles del 5.000% y ha devaluado la lira turca frente al dólar hasta un 30%.
Las casas de análisis encuentran similitudes entre esta crisis financiera y la que sacudió a los mercados asiáticos en 1997, cuando Tailandia tuvo que liberar la fluctuación de su moneda. Los expertos temen que se produzca un contagio hacia otros países emergentes, no tanto asiáticos -que ya escarmentaron hace tres años- como europeos y latinoamericanos.
El detonante esta semana no es sino la continuación de la inestabilidad financiera que arrastra Turquía desde finales del año pasado, tras una crisis crediticia de los bancos, y que provocó su ingreso en un programa del FMI de depreciación controlada de la moneda y una inyección de 11.000 millones de dólares (más de dos billones de pesetas). Los analistas afirman que la ayuda del FMI en diciembre no ha servido para paliar la preocupación por la lentitud con que se están llevando las reformas económicas en Turquía.
La fuerte depreciación de la lira turca, además, va a dificultar el pago de la deuda de 15.000 millones de dólares en moneda extranjera que arrastran los bancos del país. Los analistas prevén la desaparición de las entidades pequeñas, como sacrificio para evitar una crisis mayor.
Agencias de calificación como Standard & Poor's y Moody's ya han rebajado las valoraciones para la deuda en moneda extranjera y los depósitos bancarios. Muchos bancos europeos están expuestos a la elevada deuda externa de Turquía.
La debacle turca se ha dejado sentir en otros mercados emergentes, que, sin embargo, recuperaron el aliento el jueves. Los analistas, aun así, mantienen la cautela, sobre todo para aquellos países que se encuentran en situación parecida. El riesgo, señalan, está más presente en mercados como el argentino, el polaco y el ruso. El primer caso, el de Argentina, es el más significativo, porque se ha acogido también en un programa del FMI. Es, además, uno de los mercados que pueden tocar de cerca a España, por los intereses de las empresas españolas en aquel país.