Los bonos de los países emergentes repuntan desde mínimos
Los bonos emitidos por los países emergentes habían sufrido en la última semana un severo correctivo. Sin embargo, la tendencia se invirtió ayer tras vislumbrarse el primer atisbo de esperanza para solucionar la crisis argentina.
El temor a que el país andino no pudiera hacer frente al pago de su deuda y la crisis se trasladara a otras zonas emergentes había ocasionado una fuga hacia activos más seguros. El bono argentino más líquido, que tiene como vencimiento el año 2005, perdió en la madrugada del jueves al viernes un 19%, la mayor caída diaria desde que fuera emitido por primera vez en 1993, y la rentabilidad se disparó hasta el 42%.
Ayer este activo escalaba un 6% ante las expectativas de que el presidente Fernando de la Rúa obtenga apoyo político para el ajuste fiscal necesario para reducir el riesgo de un incumplimiento del pago de su deuda.
Por su lado, los bonos brasileños han perdido en estas últimas semanas un 13% y ayer lograban revalorizarse un 1,68%. Algo similar había ocurrido con la deuda denominada en dólares emitida por Rusia, que en este mismo periodo ha caído un 8%, aunque ayer no logró el impulso necesario para frenar sus caídas y cedió un leve 0,25%. La deuda emitida por estos tres países (Argentina, Brasil y Rusia) supone más de la mitad de los bonos emitidos por los países emergentes.
Por el momento, el impacto en el continente asiático ha sido limitado. En esa zona las caídas en los precios de la deuda y las monedas vienen produciéndose desde antes de la crisis argentina debido al escaso crecimiento que presentan sus economías.