El FMI defiende soluciones de calado para la reforma regulatoria. Ayer, esta institución propuso limitar de forma preventiva la actividad de la banca que presenta riesgos sistémicos y que se exija a estas instituciones un recargo de capital adicional con el que "aumentar su resistencia".
El problema que presentan las entidades "demasiado grandes o interconectadas como para dejarlas caer" sigue preocupando a los técnicos en finanzas que siguen buscando soluciones para evitar los riesgos sistémicos que presentan estas instituciones.
Dando cumplimiento a los acuerdos del G20 en la cumbre de Londres, el Consejo Ejecutivo del FMI aprobó ayer multiplicar por 10 su fondo para aliviar la crisis que pasa de 50.000 millones de dólares a 550.000 millones. Una de las particularidades de esta suma dedicada al NAB (Nuevos Acuerdos de Préstamos) es que por primera vez contribuyen a ella países emergentes como China, India y Brasil, algo que les permite desarrollar un cierto papel a la hora de decidir como se usan estos fondos.
El grupo privado de economistas que determina el estado de salud de la economía de EE UU no puede ponerse de acuerdo sobre si la recesión sigue o ya ha acabado. La Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, en sus siglas en inglés) reconoce en un comunicado que acaba de hacer público que aunque la mayoría de los indicadores han cambiado su tendencia negativa, "la determinación de si se ha acabado la recesión sería prematura".
Documentos internos de Toyota, ahora en poder de las autoridades de EE UU, muestran que sus ejecutivos estaban divididos sobre la necesidad de revelar los problemas de aceleración de sus coches, y que la automovilística llevaba desde 2006 detectando problemas.
Steve Jobs presentó ayer un software para el iPhone con el que zanja las carencias del actual y permite usar varias aplicaciones a la vez. Con la "multitarea", Apple ataca así la mayor ventaja del móvil de Google.
Por tercera vez en esta década, los responsables de las dos aerolíneas estadounidenses se han vuelto a sentar a la mesa de las negociaciones para su fusión. Daría lugar a la segunda mayor aerolínea de EE UU, por detrás de Delta.
No fueron los tipos bajos, o los problemas del sistema hipotecario de EE UU, sino el apetito por el riesgo de los grandes ahorradores y la masiva titulización de hipotecas de alto riesgo en Fannie Mae y Freddie Mac. Con estos argumentos, Alan Greenspan defendió ayer su gestión al frente de la Fed.
El tiempo se ha puesto del lado de Steve Jobs. Después de días de lluvia sin fin, el sol ha salido en Nueva York para hacer más llevadera la cola que hay a la entrada de la tienda que Apple tiene en SoHo. En esta fila, se agolpan cientos de personas que van a recoger el iPad que han prereservado y que por fin, hoy, pueden tocar. Algunos salen con él con los brazos en alto de una tienda en la que hoy la entrada es restringida a los que quieren recoger el nuevo ingenio de la empresa de la manzana.
La agencia estadounidense que en los sesenta encomendó a los científicos mandar al hombre a la Luna tiene ahora una misión más terrenal. EE UU quiere que la NASA examine si los coches de Toyota tienen defectos electrónicos.
La economía y el sistema financiero de EE UU está dando algunas señales de mejora, pero no las suficientes para la Reserva Federal. "La economía sigue precisando el apoyo de estímulos monetarios". Así lo acaba de decir el presidente de la Fed, Ben Bernanke, en el comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes, donde está poniendo al día a los legisladores sobre la estrategia de la Autoridad Monetaria para desmontar el apoyo que está brindando a la economía.
José Viñals aseguró ayer que es necesario dotarse de una regulación coherente con un sistema financiero que permita el crecimiento económico y sea innovador sin caer en la autocomplacencia. Este alto responsable del FMI afirmó que, de momento, la banca no ha aprendido las lecciones de la crisis.
"Esto no va a arreglar todo lo que está mal en la sanidad, pero nos pone en la nueva dirección". Con palabras como estas, Barack Obama dio la bienvenida ayer, al filo de la medianoche en Washington, a la ley de la reforma sanitaria recién aprobada.
Tras más de un año de discusión, la aprobación de la reforma sanitaria podría llegar a partir del próximo domingo. El Partido Demócrata, que ha decidido sacar adelante este proyecto mediante un procedimiento que anula el voto negativo de la oposición republicana, estaba esperando que la Oficina Presupuestaria del Congreso (CBO) hiciera público el coste de esta reforma, algo que ha ocurrido esta misma mañana en Washington. El coste de ampliar la cobertura sanitaria (privada) a más de 30 millones de personas (ahora sin ella) costará 940.000 millones de dólares (unos 687.000 millones de euros) en la primera década pero reducirá el déficit federal en 130.000 millones en este mismo periodo de tiempo.