El FMI multiplica por 10 su fondo para aliviar la crisis
Dando cumplimiento a los acuerdos del G20 en la cumbre de Londres, el Consejo Ejecutivo del FMI aprobó ayer multiplicar por 10 su fondo para aliviar la crisis que pasa de 50.000 millones de dólares a 550.000 millones. Una de las particularidades de esta suma dedicada al NAB (Nuevos Acuerdos de Préstamos) es que por primera vez contribuyen a ella países emergentes como China, India y Brasil, algo que les permite desarrollar un cierto papel a la hora de decidir como se usan estos fondos.
La decisión del consejo, tomada el lunes por la tarde, permite a esta institución internacional asegurar a los mercados de que dispone de suficiente capital para ayudar a los países que lo necesiten a salir de la crisis financiera y económica. En el comunicado con el que se dio a conocer esta decisión, el director gerente del Fondo, Dominique Strauss Kahn, afirmaba que este capital "permite hacer una importante contribución a la estabilidad global".
En su momento, durante las reuniones del G20 se planteó la necesidad de esta importante cantidad para que, de hecho, funcionara como un seguro disuasorio, es decir un colchón tan amplio que se espera que no se tenga que usar y la confianza vuelva al sistema sabiendo que hay protección.
El fondo ha estado recibiendo las contribuciones de los países desde hace un año. Los mayores contribuyentes individuales son EE UU y Japón pero 100.000 millones han llegado desde 13 países emergentes que nunca antes habían hecho un préstamo al Fondo, y en muchos casos lo han recibido hace menos de década y media. Esta situación es una manifestación más del poder de los mercados emergentes y de la mayor voz que van a tener en un foro internacional como el Fondo, tradicionalmente controlado por Europa y EE UU.
Aunque esta cantidad no altera la cuota y las obligaciones que esta conlleva en el proceso de funcionamiento normal del FMI, este paso de las economías más pujantes va a determinar en muy buena medida el debate abierto entre las economías más maduras y las emergentes que llevan años queriendo aumentar su poder o influencia en esta institución.
España, junto con EE UU, Noruega, Corea y Japón son los países que más han aumentado su contribución, por encima de 10 veces la usual.