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Las pymes se atreven con la Bolsa Growth: hasta 46 compañías se han incorporado desde 2021

El conjunto de las firmas cotizadas supera los 5.200 millones de euros de facturación. Más de 60 se han incorporado a los mercados de capitales en los últimos tres años

Presentación de BME Scaleup en el Palacio de la Bolsa de Madrid.
Presentación de BME Scaleup en el Palacio de la Bolsa de Madrid.RAFA MARTIN

La fallida salida a Bolsa de Europastry en su cuarto intento, hace apenas unos días, se suma a la lista de compañías que recientemente han decidido dar marcha atrás en este proceso, como Astara, Hotelbeds, Volotea y Tendam, lo que refleja la dificultad de este paso. De hecho, solo dos compañías han logrado hacerlo desde 2022: Puig y Opdenergy.

Sin embargo, esta tendencia parece opuesta en el ámbito de las pymes, al menos, si se consideran las 46 empresas que se han incorporado a BME Growth desde 2021 y las 19 que cotizan actualmente en BME Scaleup, los dos sistemas multilaterales de negociación (SMN) operados por el grupo Bolsas y Mercados Españoles, destinados a organizaciones de este segmento. Más de la mitad de las pequeñas firmas cotizadas son socimis, gracias a un marco regulatorio que fomenta su presencia.

“Cada vez más pymes conocen las ventajas de ser una empresa cotizada”, afirma Jesús González, director gerente de ambos SMN, quien apunta como tales ventajas la visibilidad, la reputación, la capacidad de financiación recurrente y el acceso a inversores que aporta la entrada en los mercados de capitales. En particular, indica que BME Growth, no ha parado de crecer desde su puesta en marcha en 2009, hasta alcanzar las 133 firmas cotizadas actuales. Lo que se traduce en un volumen de facturación de 5.266 millones de euros en 2023 y 41.924 empleos directos. “Los mercados financieros tienen abiertas sus puertas a todo tipo de empresas, y las pymes van siendo más conscientes de esto”, declara González.

Así lo consideran los responsables de NZI Helmets, que empezó a cotizar en dicho mercado el pasado mes de junio. Esta marca murciana de cascos para motoristas suministró el año pasado más de 164.000 unidades, con un 51% de las ventas fuera de nuestras fronteras. Con 4,3 millones de euros de facturación en 2023, su capitalización tras la salida a Bolsa es de 13,2 millones. Una cantidad necesaria “para poder realizar el plan de expansión previsto para los próximos cinco años, y que no hubiera sido posible conseguir de otra forma, ni siquiera con fondos de inversión”, explica Pablo Reig, miembro del consejo de administración de la enseña.

En su caso, la mayor parte de los costes asociados al proceso de salida al mercado de capitales se ha pagado mediante acciones. Pero “entre abogados, asesores, labores de comunicación y eventos relacionados con la salida, el desembolso ha sido de unos 300.000 euros”, apunta. Aunque con dificultades, Reig define el paso dado por NZI como factible y satisfactorio, confesando que, “si se me permite el símil, se trata de pymes queriendo jugar en la Champions”.

Nazario Ibáñez Ortín, CEO de NZI Helmets; Juan José Bernat, director general, y Nazario Ibáñez, su fundador.
Nazario Ibáñez Ortín, CEO de NZI Helmets; Juan José Bernat, director general, y Nazario Ibáñez, su fundador.Nacho Martin

En este sentido, la tarifa de incorporación a BME Growth y el mantenimiento por el primer año ascendería a 20.000 euros para una empresa con una capitalización inicial de 50 millones de euros. Semejante al del mercado BME Scaleup, dirigido a compañías con un crecimiento superior al 20% en volumen de facturación o número de empleados durante más de tres años. “Existe la creencia de que incorporarse a los mercados es caro, complicado y largo. Nada más lejos de la realidad”, asegura Antonio Fernández, presidente de Armanext.

Esta firma es uno de los asesores registrados, enseñas seleccionadas por BME que acompañan a las pymes durante todas las etapas del proceso: evaluación, preparación, cotización y seguimiento posterior. Es decir, deben tener designado en todo momento a uno de estos asesores para sumarse a cualquiera de los mercados y mantenerse. “Tanto la UE como los propios mercados han realizado importantes modificaciones en los últimos años para que los requisitos en términos económicos, de documentación y de plazos sean sustancialmente más asequibles”, señala.

Más costes asociados

Dentro de esta documentación obligatoria, la elaboración del folleto informativo es fundamental, según Gonzalo García-Fuertes, socio de Mercantil y Fusiones y Adquisiciones de Garrigues. “El documento exige que las pymes estén preparadas para proporcionar información pública sobre su negocio y sus riesgos, un aspecto que suele ser uno de los más difíciles de interiorizar”, añade.

Otro desafío está en cumplir con los requisitos de gobierno corporativo: la designación de consejeros independientes o el establecimiento de una comisión de auditoría. Este es uno de los principales costes desde el punto de vista de los servicios legales, a los que hay que añadir los “cambios en la estructura de la pyme, la colocación de las acciones, las comisiones de las entidades colocadoras, del agente de pagos y del proveedor de liquidez, las tasas del mercado y de la entidad encargada del registro contable…”, aclara García-Fuertes. Unos cambios que, a la larga, suponen costes operativos adicionales, como la implementación de sistemas de compliance.

Unai Ansejo, Ramón Blanco y François Derbaix, cofundadores de Indexa Capital Group.
Unai Ansejo, Ramón Blanco y François Derbaix, cofundadores de Indexa Capital Group.Jesus Umbria

Desde Indexa Capital Group estiman en 160.000 euros la cuantía anual recurrente que implica cotizar en Bolsa. Esta compañía, que aglutina a un gestor automatizado, un corredor de seguros y una gestora de fondos, se unió a BME Growth en julio de 2023. En su caso, el “toque de campana” conllevó una inversión de 180.000 euros. “Fue un listing, no colocamos ninguna acción en el mercado. De haberlo hecho, se sumaría la comisión de los intermediarios financieros, entre el 3% y el 5% del importe colocado”, matiza Ramón Blanco, cofundador del grupo. Además, por su actividad, el grupo ya estaba regulado por la CNMV; y su operativa antes de la salida al mercado ya abarcaba los reporting periódicos, las auditorías externas de cuentas o la documentación de los controles internos de la sociedad. “Para nosotros fue más una carga adicional de trabajo que un gran desafío”, comenta Blanco, quien asegura que, gracias a la operación de salida, la compañía no solo duplicó su notoriedad, sino que pudo completar la adquisición de un competidor mediante el pago con acciones.

Centro de control  de Revenga en Tres Cantos.
Centro de control de Revenga en Tres Cantos.Imagen cedida por la empresa

Javier Cabeza, responsable de relación con inversores de Revenga Smart Solutions, ofrece una visión similar sobre los beneficios y desafíos de cotizar en los mercados. La decisión de salir a Bolsa que se completó en octubre de 2023 estuvo motivada por la necesidad de diversificar sus fuentes de financiación, pero también de cara a atraer talento. Los costes asociados a la operación, según Cabeza, rondaron el 10% del capital levantado, una cifra que, aunque significativa, consideran asumible en comparación con los beneficios estratégicos obtenidos.

“El mayor reto fue adaptarnos a la presentación semestral de cuentas, pero es un proceso al que no tardamos en acostumbrarnos”, comenta. Pese a las dificultades iniciales, Cabeza destaca que, con el asesoramiento adecuado, el proceso resulta mucho más accesible de lo que se podría imaginar en un principio.

Obstáculos

Tamaño. El principal obstáculo es, según Francisco Vidal, director de economía y políticas sectoriales de Cepyme, “el déficit de tamaño, que resta capacidad para afrontar nuevos proyectos, incluida la propia salida, y reduce su atractivo para los inversores”. La tendencia actual en los mercados hacia activos de gran volumen y alta liquidez “choca con la realidad de muchas pymes, cuyo principal desafío estriba en dotarlas de una liquidez adecuada cuando cotizan”. Por otro lado, aclara, el exceso de liquidez en los últimos años ha derivado en mecanismos de financiación más atractivos.  

Control. Otro factor “muy común y bastante disuasorio” tiene que ver con la pérdida de control, apunta Marta Grañó, profesora de OBS Business School. Muchas pymes tienen un carácter familiar y ven la entrada de nuevos accionistas como un choque con su cultura empresarial, ya que estos pueden exigir cambios en la dirección o en las prioridades estratégicas. Se genera así un conflicto de intereses entre los fundadores, que “ven disminuida su capacidad de decisión”, y los nuevos inversores, “especialmente si estos priorizan los beneficios a corto plazo”, señala. 

Apoyos. Un reto adicional, indica Vidal, es la falta de conocimiento financiero, que limita la capacidad de las pequeñas empresas de aprovechar las oportunidades del mercado de capitales. Para contrarrestarlo, considera necesario “diseñar programas de consultoría y asesoramiento con respaldo de ayudas públicas” que les ayude a profundizar en sus opciones de financiación. Así, destaca la iniciativa del Entorno Premercado de BME, que acerca estas herramientas. 

Interés. Obtener liquidez es básico para la permanencia en Bolsa; sin embargo, esto deriva del interés de los inversores. Para una pyme, “es muy difícil generar el suficiente interés que garantice un volumen de negociación relevante”, afirma Grañó. Con modelos de negocio más influenciables y mayor volatilidad en sus ingresos que una gran empresa, “les resulta más complicado afrontar las situaciones de crisis en los mercados”. 


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