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La cirugía robótica acelera su implantación en España

En 2023, el uso del robot da Vinci en el país se incrementó en torno a un 30%. Urología, cirugía general y ginecología son las especialidades en las que más se emplea

Operación médica asistida por robot da Vinci.
Operación médica asistida por robot da Vinci.Georgiy Datsenko (Getty Images)

Parece algo salido de una película futurista: los llamados robot cirujanos permiten a un médico operar a un paciente sin siquiera tocarlo. Sentado a dos o tres metros de distancia en una butaca ergonómica y con la cabeza metida en una consola, el cirujano humano controla de manera remota unos brazos metálicos que le permiten hacer todo lo que haría con sus propias manos: disecciona tejidos, cauteriza vasos sanguíneos y sutura.

Pero la tecnología robótica sanitaria “no es el futuro, es el presente”, afirma Juan Bellido Luque, coordinador de la sección de Cirugía Mínimamente Invasiva e Innovación Tecnológica de la Asociación Española de Cirujanos (AEC). De hecho, los sistemas robóticos quirúrgicos llevan más de 20 años en el mercado –hay más 3.000 instalados en Estados Unidos y más de 1.600 en toda Europa–, aunque en España “estamos todavía en el despegue, por detrás de otros países europeos como Francia o Bélgica”, señala Bellido Luque.

El robot se utiliza para más de 90 patologías clínicas diferentes. Francia y Bélgica llevan la delantera

Se calcula que, de los casi 350 hospitales públicos que existen en España, sólo en torno 80 cuentan con un robot quirúrgico. Sin embargo, cada vez hay más interés por esta tecnología debido a las ventajas que ofrece, asegura el médico, por lo que la proyección es que “en los próximos dos, tres o cuatro años” se produzca una “expansión importante en los hospitales públicos españoles”.

Según datos de ABEX, la empresa que, desde 2016, comercializa en la península ibérica el sistema robótico da Vinci –fabricado por la norteamericana Intuitive Surgical–, ese crecimiento exponencial parece haber empezado: sólo en 2023 las intervenciones quirúrgicas asistidas por este robot aumentaron en España y Portugal un 32%. “En el último año se han tratado a un cuarto del total de pacientes históricos”, indica el director general de ABEX, Pablo Díez.

Las especialidades en las que más se emplea el da Vinci son urología (47%), cirugía general (31%), ginecología (12%), cirugía torácica (7%) y cirugía de cabeza y cuello (2%). “Actualmente se utiliza para más de 90 patologías clínicas diferentes, ya sean oncológicas como dolencias benignas”, explica Díez. La tecnología robótica también se está usando para trasplantes de alta complejidad, como hizo el Hospital Clínic de Barcelona en 2022, donde un equipo del Servicio de Ginecología y Obstetricia empleó un robot da Vinci para realizar el segundo trasplante de útero de la historia en España (la noticia saltó a la luz pública cuando la paciente dio a luz a un niño en enero de 2024).

En torno a 80 hospitales públicos de los casi 350 existentes cuenta con uno

Para este año, la empresa prevé incrementar el número de robots instalados en más de un 18%, con la activación de 25 nuevas unidades. Pero la firma ya no está sola en el mercado: tras la liberación de las patentes del sistema da Vinci en los últimos años, han surgido otros competidores como Medtronic, que comercializa el robot Hugo, y CMR Surgical, que ofrece Versius. Aunque, de momento, ABEX ha conseguido mantener su liderazgo, reteniendo un 92% de cuota de mercado.

Beneficios

Pero ¿es realmente más segura la cirugía asistida por robots que la cirugía abierta convencional o la laparoscopia (una técnica mínimamente invasiva que permite introducir instrumentos y una cámara en el abdomen del paciente mediante pequeñas incisiones)? “En las más de 150 intervenciones que llevo realizadas con el sistema robótico da Vinci no he tenido absolutamente ningún fallo de seguridad, ni nada parecido que haya puesto en riesgo la integridad de la paciente”, asegura Óscar Piñeiro, jefe del departamento de ginecología de la Fundación Instituto Valenciano de Oncología (IVO).

Para Bello Luque, de la AEC, los robots, además de ofrecer “una seguridad espectacular”, eliminan el temblor del cirujano y ofrecen una visión en 3D en alta definición, con mayor calidad que la laparoscópica. El experto asegura que esto disminuye de forma importante el error humano, sobre todo en cirugías complejas.

Preocupa que su coste de hasta 2,7 millones pueda generar desigualdad en el acceso

“Los instrumentos acceden al abdomen por incisiones muy pequeñas, menores de un centímetro, que además de disminuir el dolor, tiene mucho mejor resultado estético”, incide Piñeiro, del IVO. Además, los pacientes “se recuperan antes” y son dados de alta del hospital “de forma más temprana y, por ende, también se incorporan a su vida cotidiana y laboral antes”, añade.

Aunque no todos están convencidos de que la evidencia sea abrumadora en cuanto a las ventajas globales del robot en comparación con la laparoscopia -por ejemplo, sendos artículos publicados en el New York Times a mediados de 2021 y en Nature Medicine en enero de 2024 se hicieron eco de expertos que ponen el foco en la necesidad de contar con más estudios para zanjar la cuestión de una vez por todas-, el avance de esta tecnología parece ser imparable.

“Desde la AEC estamos intentando que cada vez más hospitales tengan acceso a los programas de cirugía robótica”, dice Bello Luque. El galeno sostiene que ya existe una ingente cantidad de evidencia clínica y metaanálisis que demuestran las ventajas de esta tecnología sobre otros métodos de cirugía convencionales. Por ello, la AEC está promoviendo la formación entre los cirujanos “para que cuando el robot llegue a sus hospitales, ya tengan toda la curva de aprendizaje hecha”, afirma Bello Luque.

Barreras

Sin embargo, el experto reconoce que los costes de los sistemas de cirugía robótica pueden generar desigualdad. El robot da Vinci, por ejemplo, puede oscilar entre los 1,7 y 2,7 millones de euros, dependiendo de la versión. A esto hay que sumarle 175.000 euros del mantenimiento anual y un gasto de entre 1.000 y 7.000 euros por los materiales que se usan en cada intervención, variando según su complejidad.

Por esto, desde la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) apuntan que es imprescindible que el Estado apueste por nuevos planes y modelos de compra pública innovadores que permitan reducir el “todavía alto nivel de obsolescencia del equipamiento tecnológico sanitario que tiene España en comparación con otros países del entorno” y que garanticen un acceso equitativo de profesionales sanitarios y pacientes a estas tecnologías en todo el territorio nacional.

Un sector al alza

Formación. Para poder operar con un asistente robótico, los cirujanos tienen que hacer primero una formación teórica, después prácticas con el robot y, por último, casos sencillos supervisado por un experto en cirugía robótica. El proceso dura entre uno y dos meses.

Margen de crecimiento. El 60% de los robots da Vinci en el país están instalados en el sector público y un 40% en el privado. Hasta el momento, esta tecnología sólo tiene una penetración de entre un 3% y un 4% de las operaciones en las que se podría utilizarse, por lo que el margen de crecimiento es enorme.  

El sector. Según Fenin, el sector de tecnología sanitaria en España creció un 7% en 2022, superando los 10.150 millones de euros de facturación conjunta. Y genera actualmente más de 30.500 puestos de trabajo cualificados y directos.

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