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Pilar Gómez-Bravo (MFS): “Hemos vendido deuda de bancos y vemos oportunidades en bonos de telecomunicaciones y energéticas”

Espera que la Reserva Federal baje los tipos dos veces más a final de año. En el mercado soberano mantienen exposición en Reino Unido y periferia europea

Pilar Gómez-Bravo, codirectora de renta fija para MFS en la sede de la gestora en Madrid.
Gema Escribano

El resurgir de la volatilidad ha puesto a prueba la paciencia de los inversores, pero no todos dan la batalla por perdida. Pilar Gómez-Bravo, codirectora de renta fija en MFS, cree para un inversor activo la dispersión ofrece muchas más oportunidades. En un año en el que los mercados están llamados a moverse a golpe de la política estadounidense, Gómez-Bravo considera que, aunque complicado, 2025 se presenta atractivo. Con más de 605.900 millones de dólares bajo gestión, la experta recomienda ser flexibles.

Pregunta. La renta fija ha dejado atrás los mínimos, pero sigue sin recuperar los niveles previos a la subida de los tipos. ¿Qué perspectivas manejáis para este año?

Respuesta. Todo mundo sigue traumatizado por la experiencia del 2022 y por haber tenido dos años consecutivas de pérdidas. Pero este ejercicio hay una cosa muy importante que juega a favor. Cuando empiezas que a ver que la inflación empieza a caer (no está donde tiene que estar, pero se sitúa por por debajo del 3%), las correlaciones entre renta fija y renta variable se vuelven otra vez negativas. La renta fija empieza a jugar un papel de diversificación que había perdido y empiezas a tener algo en cartera que sube cuando lo demás baja. Esto se ha podido ver con el anuncio de los aranceles. Aunque las acciones bajaban, las rentabilidades de la deuda, especialmente las de mayores vencimientos, caían y el precio, que evoluciona de forma inversa, ha subido.

P. El temor a que las políticas arancelarias generen más inflación ha llevado a muchos a acortar duraciones. ¿Con qué vencimientos os sentís más seguros?

R. Depende de la estrategia, pero probablemente tenemos duraciones más altas de lo que muchos prefieren. Desde que acabó 2024 hemos ampliado los vencimientos en las carteras globales, así como en las de crédito europeas. El imperio Trump se caracteriza por más incertidumbre y volatilidad. En Estados Unidos nuestras posiciones en las carteras que cogestiono están más enfocas en la parte de cinco años. Donde pensamos que hay mejores perspectivas de duración es en el mercado europeo.

P. ¿Con qué escenario de tipos trabajáis para EE UU?

R. Es lógico que la Reserva Federal pause, más que nada porque no sabe interpretar las políticas de Trump dentro de un marco de inflación o crecimiento. Si impone aranceles, repatría a los migrantes y echa a los trabajadores del sector público es más probable que caiga en recesión antes de que venga la inflación. Lo que pasa es que hay más incertidumbre. Nuestra expectativa es que la Fed baje los tipos dos veces en la segunda parte de 2025. Va a ser un año de dos medidas. Es en la segunda mitad donde la cosa se pone más complicada cuando se verá el impacto de las medidas y no solo los anuncios. Ya no solo en la economía, si no en la renta variable, que es tenida en cuenta por Trump.

P. ¿Y para la zona euro?

R. No todas las economías pueden mantener un nivel de tipos tan alto como EE UU y esperamos para este año una mayor divergencia entre la Fed y el BCE. La inflación en Europa sigue siendo pegajosa y la debilidad del euro puede provocar que se importe inflación, pero el BCE ha dicho que el crecimiento potencial en Europa sigue siendo bajo y la demanda no es suficiente para crear inflación. Aunque hasta hace poco eran datadependientes ahora están más anclados en ver que las cosas se van a poner más complicadas con las discusiones de aranceles. Nosotros vemos la tasa neutral más cerca del 1,75% que del 2,25%.

 Gómez-Bravo, en la sede de la empresa en Madrid, durante la entrevista el jueves.

P. ¿Dónde ven las mayores oportunidades en deuda corporativa en grado de inversión?

R. Todos los diferenciales de crédito desde high yield al grado de inversión se han estrechado mucho y todo parece caro, pero es verdad que mercado europeo de crédito en grado de inversión es algo más barato. A medida que el BCE reduce tipos, todo el dinero que estaba en el mercado monetario sale y va a crédito, porque tienes una prima que te dan un colchón y son compañías, en el caso de las europeas, que la gente conoce y no tienes riesgo de impago como en otras partes. Por ahora seguimos en esa posición. El problema es que en Europa este universo está dominado por el sector financiero. Hemos ido quitando exposición a este porque la prima ya no es tan grande. Empezamos a vender deuda subordinada, no tenemos cocos y hemos optado por comprar cédulas. Fuera del financiero favorecemos sectores más defensivos como el de infraestructura, transporte, eléctricas, algo de telecomunicaciones y estamos infraponderados en sectores cíclicos.

P. ¿Es hora de tomar posiciones en deuda emergente? ¿En divisa local o en dólares?

R. El problema de la deuda emergente es la divisa porque son las que más a sufrir si finalmente Trump mantiene su postura agresiva y el dólar sube. Las exposiciones en deuda emergente la centramos en países con doble B, perspectivas de mejora del rating y balanzas de pago razonables. En los fondos globales tenemos exposición a mercados como el indio o sudafricano pero cubiertos en dólares o euros. No estamos asignando capital a mercados emergentes porque es demasiado pronto y las primas no son baratas como para justificar una asignación de capital extra a los mercados emergentes.

P. ¿Ante las expectativas de tipos más bajos veis atractiva la deuda pública?

R. Más que a deuda soberana como tal tenemos exposición a agencias supranacionales. Dentro del universo de deuda pública en los fondos globales tenemos títulos de Corea y periferia europea, aunque hemos reducido la exposición a España porque nos parece que después del rally de 2024 nos parece que está un poco cara. Otra deuda de gobierno que también nos gusta es la de Australia o Reino Unido. Una posición diversificada en bonos de gobierno merece la pena porque va a haber más dispersión.

P. Las expectativas de que las medidas de la administración de EE UU ejerza más presión sobre los precios y las escasas intenciones de Trump por sanear las finanzas han aproximado el bono a 10 al 5%. ¿Ven este escenario como un riesgo?

R. Es difícil a menos que veas que la inflación se cristalice. La economía ya se está ralentizando. EE UU sigue creciendo y lo hace bien, pero cada día un poquito menos. Por ahora no hay visibilidad para que vayas a justificar que puede haber un 5%. Si llega a ese nivel es porque la inflación te ha subido y vuelves a tener la correlación positiva entre Bolsa y renta fija. Si los mercados llevan el bono a 10 años al 5% no es tanto por un tema fiscal, que es cierto que hay una preocupación por parte de los vigilantes de los bonos, sino porque ven que la inflación se dispara, que a día de hoy resulta un poco raro.

P. Los problemas fiscales de las grandes economías como EE UU, Reino Unido o Francia han hecho resurgir la figura de los vigilantes de bonos. ¿Esperáis que aumenten la presión sobre los estados?

R. Los países que son débiles desde el punto de vista fiscal sí que son un objetivo lógico para los inversores de renta fija porque básicamente van a mover los mercados. Reino Unido es un caso interesante porque los mercados se acuerdan de lo ocurrido en 2022 cuando Lizz Truss anunció una fuerte rebaja de impuestos que aceleró la venta de activos británicos. Reino Unido está en un periodo de ajuste. El Francia el problema es que el sector público, las empresas y los hogares están muy endeudados. Como tampoco puede conseguir una reforma estructural está en una posición difícil y estás abogando a que el BCE te ayude. Es razonable los niveles de la prima de riesgo porque todavía no tienes una solución al problema de endeudamiento. Nosotros no tenemos nada de bonos franceses en nuestras carteras porque hay otras opciones como Grecia o Italia. Respecto a la Alemania vemos complicado que con el cambio de gobierno haya un cambio de mentalidad. Puede que se abran un poco a elevar la deuda, pero será insuficiente para apoyar la economía.

P. ¿Cree que la exposición a la deuda high yield entraña mucho riesgo ahora que las rentabilidades de la deuda han dejado atrás los mínimos?

R. Tenemos niveles relativamente bajos en cuanto a nuestros mandatos históricamente. Desde que ganó Trump hemos redirigido la atención al mercado americano de alto rendimiento porque son, en su mayoría, compañías muy domésticas con poca exposición global que verían beneficiadas del lema Make America Great Again. Las compañías high yield estadounidenses son de mejor calidad que en el pasado porque las desastrosas han ido a los mercados privados donde pueden negociar términos más favorables o han extendido los términos de su deuda porque han entrado en negociaciones con los acreedores para extenderla. Seguimos favoreciendo sectores defensivos como bienes de consumo y estamos buscando acortar duración.

P. Con la inflación moderándose a un ritmo más lento de lo que se desearía, ¿cuáles son los principales riesgos que podrían poner a prueba la paciencia de los inversores?

R. El riesgo más infraponderado por el mercado es un riesgo relacionado con la política comercial. Cualquier arancel que impongan Trump tiene el riesgo de que escale como hemos visto en las últimas semanas con los anuncios de China. En el fondo Trump cuando mira el comercio lo ve como yo gano tú pierdes. No lo ve como que sea algo positivo para los dos. Entras en una negociación en la que quiere extraer algo positivo porque piensa que quien tiene que ganar es EE UU. Eso lo que hace es que tenga el riesgo de escalar y cree un círculo vicioso en el que crear más incertidumbre todavía y más problemas en las cadenas de suministro.

 Pilar Gómez-Bravo posa para la entrevista.

Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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