Se acaba la era de ganar un 4% con las letras y los depósitos, ¿qué opciones hay para el ahorro conservador?
Las letras del Tesoro han pasado de pagar un 3,6% a un 2,6% en un año y la rentabilidad de depósitos y cuentas remuneradas está por debajo del 3%. Las opciones se estrechan para el ahorrador, que aún puede optar por depósitos combinados, renta fija a corto plazo y fondos de dividendos
La era de conseguir una rentabilidad anual del 4% con productos de bajo riesgo ha llegado a su fin. La política de recortes de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE) está dejando rentabilidades cada vez más escuálidas en los productos por excelencia para el ahorro conservador: depósitos, cuentas remuneradas y Letras del Tesoro. Pero aun así, todavía se pueden encontrar opciones con las que exprimir el ahorro sin asumir demasiados riesgos.
Si hace apenas medio año era relativamente sencillo encontrar depósitos por encima del 3,5%, ahora han caído al entorno del 3% y por debajo. Y en el escaparate de cuentas remuneradas, las pocas ofertas disponibles apenas pagan un 2,5% y van reduciendo cada vez más su retorno al son de la política monetaria. El BCE inició en junio una senda de recortes de tipos que ha llevado a la facilidad de depósito a caer desde el 4% hasta el 3,25%. Y la previsión es que en la próxima reunión, dentro de dos semanas, los siga bajando. Con el objetivo de los banqueros centrales de situar la inflación en el 2%, las rentabilidades por debajo del 3%, a las que hay que restar la correspondiente retención a Hacienda, resultan demasiado exiguas. “Los depósitos van a dar menos rentabilidad cada vez que se renueven porque se esperan bajadas de tipos. El inversor tiene que moverse”, explica Ignasi Viladesau, el director de inversiones de MyInvestor.
Una de las primeras alternativas con la que las entidades están renovando su catálogo son los depósitos combinados. Se trata de productos que invierten a partes iguales en un depósito a plazo fijo y en un fondo de inversión. Tienen la ventaja de que la rentabilidad que se obtiene con el plazo fijo es más alta que la que ofrecen actualmente estos productos, pero el inconveniente de que la otra mitad de la inversión se destina a un fondo de inversión cuyo retorno depende de su desempeño en el mercado. La inversión mínima también suele ser superior a la de los depósitos clásicos. En general, los expertos explican que estos productos son atractivos para los clientes a los que les interesa el fondo o la cesta de fondos, pero quieren tener una parte de la inversión con un tipo de interés asegurado.
Banca March ofrece un 3,4% en su depósito a plazo fijo e invierte la otra mitad en una cesta de fondos de renta fija (de perfil conservador), aunque requiere que la inversión sea de al menos 50.000 euros (25.000 para el depósito y los 25.000 en la cartera de fondos). EBN también está optando por esta vía. El banco ofrece un depósito combinado que paga un 3,25% en el tramo fijo si se combina con un fondo de inversión (en este caso la inversión mínima es de 20.000 euros) y un 3,55% si, en lugar de un fondo, el cliente opta por combinarlo con el servicio de carteras gestionadas (aquí el importe mínimo es de 60.000 euros).
En el mercado de renta fija, las Letras del Tesoro se han ido desinflando. Las que tienen un vencimiento a un año han pasado de ofrecer un 3,6% en noviembre de 2023 al 2,6% en el que se han adjudicado en la última subasta, un punto porcentual menos. “Aunque entraron muchos millones de euros de clientes en Letras del Tesoro, vemos que ya no las renuevan al vencer”, explica Víctor Ferraz, responsable de la plataforma de fondos de inversión de EBN Banco. En ese sentido, las entidades están impulsando los fondos de renta fija a corto plazo (con plazos de vencimiento de entre uno y tres años). Se trata de fondos muy conservadores, que invierten en bonos gubernamentales y que pueden incluir deuda corporativa para obtener algo más de rentabilidad, y que buscan mejorar el rendimiento de las Letras.
“Pasar de los depósitos a la renta fija es un paso natural en la evolución del inversor conservador. Este tipo de activos ofrece diversas opciones para explorar, pero una de las formas más eficientes es a través de fondos de inversión diversificados. Las oportunidades están presentes a ambos lados del Atlántico. Por un lado, la deuda estadounidense, que tras la reciente victoria republicana ha aumentado su rentabilidad y estimamos que puede proporcionar un retorno neto en doce meses próximo al 5% en dólares y al 3% tras el coste de cobertura de divisa. Por otro lado, en la Eurozona, el retorno esperado para los próximos doce meses también ronda el 3%. Este entorno subraya la importancia de diversificar geográficamente para maximizar las oportunidades y mitigar riesgos”, apunta, por su parte, Ignacio Prieto, director de negocio digital de Self Bank.
“Los fondos de renta fija a corto plazo son un buen sitio para estar. Para que estos fondos pierdan dinero mes a mes, los tipos de interés tendrían que subir de forma sustancial y eso no va a pasar”, valora el director de inversiones de MyInvestor. Desde el neobanco del grupo Andbank también están impulsando una cartera automatizada de renta fija. Se trata de un producto conservador que invierte en fondos monetarios, bonos gubernamentales a corto plazo y deuda corporativa. La duración media de la cartera es inferior a un año.
Dividendos para generar rentas extra
Más allá de la renta fija, para los clientes que no tienen aversión a la Bolsa algunas entidades también están impulsando fondos que invierten en empresas que reparten dividendos. Aunque se trata de renta variable al 100%, en general las compañías que acuden puntualmente a la cita para abonar a sus accionistas un dividendo en efectivo y que han aumentado ese pago durante años, acostumbran a tener un comportamiento más estable en el mercado y tienen la ventaja de que el inversor recibe periódicamente un pago. Existen índices y fondos especializados en este tipo de empresas. En Estados Unidos son populares los llamados aristócratas del dividendo, compañías que han repartido y aumentado su dividendo durante al menos 25 años seguidos.
“Las estrategias basadas en dividendos se consolidan como una alternativa conservadora que combina ingresos recurrentes con potencial de revalorización. Las acciones de empresas sólidas, con historiales consistentes de pago de dividendos, pueden ofrecer un flujo estable de rentas. Los fondos de inversión especializados en esta temática permiten a los inversores acceder a carteras diversificadas seleccionadas por gestores profesionales, quienes identifican las empresas con mayor capacidad de generar rendimientos recurrentes. Además, estos fondos ofrecen la posibilidad de capitalizar las ganancias o repartir beneficios periódicos, lo que los convierte en una herramienta flexible para quienes buscan obtener ingresos regulares a partir de su inversión”, explica Ignacio Prieto.
Más allá de estas opciones, algunas entidades también están lanzando productos alternativos. MyInvestor apuesta por la inversión en factoring. Aunque se trate de un nombre desconocido para el público en general, se trata de invertir en facturas de empresas. Cuando las compañías hacen una venta, emiten una factura al cliente, pero habitualmente el cobro no es instantáneo y puede tardar en recibirse entre 30 y 180 días. En ese sentido, las empresas que necesitan liquidez inmediata venden las facturas que tienen pendientes de cobrar a un tercero, con un descuento, a cambio de obtener liquidez inmediata. Después, el comprador de la factura es quien recibe el pago pendiente de esa factura. Es una vía de financiación alternativa a la bancaria y la rentabilidad para el inversor es de entre el 5% y el 7,5%. El riesgo que se corre es que la empresa tarde en pagar más allá del plazo acordado, aunque eso generaría intereses de demora, elevando el retorno. En el peor de los casos, si la empresa no paga la factura, el inversor recibiría de vuelta el capital aportado, aunque no generaría beneficios.
“Aunque el euríbor y los tipos de interés estén en descenso, las rentabilidades se van a mantener en el 4% y 5% porque no hay contraparte. Las empresas necesitan financiación y los bancos se están retirando de estas operaciones porque en muchos casos son de importes bajos para ellos y no les salen los números. Peor para el inversor minorista es una forma de conservar la rentabilidad”, valora el director de inversiones de MyInvestor.
En el caso de productos con algo más de complejidad, y más riesgo, desde EBN apuestan por las notas estructuradas. La entidad ha lanzado un producto que ofrece un 4,2% de rentabilidad a un año si las acciones de una empresa (en este caso BBVA) es igual o superior al actual dentro de doce meses. Si se cumple esa condición el primer año, el cliente recupera su inversión y recibe un 4,2% de rentabilidad. Si no se cumple, el cliente obtendrá esa misma rentabilidad por cada uno de los años que pasen. Eso sí, si después de cuatro años la acción sigue por debajo del precio que se había marcado como objetivo, el cliente recuperará su dinero invertido pero sin intereses.
En un entorno de tipos altos, habitualmente el ahorro conservador encuentra más ofertas para lograr rentabilidad con productos sencillos, ya que los bancos sacan a su escaparate cuentas remuneradas y depósitos. Durante los años 2012 y 2022, en los que los tipos se mantuvieron en cero o negativo, eran productos que desaparecieron. Y aunque el BCE acometió desde julio de 2022 una senda de aceleradas subidas de tipos de interés (ejecutó 10 alzas para pasar del 0% hasta el 4,5%), con el cambio de política monetaria que inició el supervisor en junio (actualmente los tipos están en el 3,25%) los inversores deben pensar en alternativas en las que colocar su dinero. “Estamos en un buen momento para el inversor conservador. Aunque los intereses sean más bajos, si echamos la vista atrás en 2015 y en 2020 no existían las posibilidades que hay ahora y que se van a mantener”, concluye Viladesau.