El gran proveedor de yogur de Mercadona multiplica ventas y beneficios en la crisis inflacionaria
Schreiber Foods ganó un récord de 33,4 millones en 2023, con una notable mejora de márgenes tras las subidas de precios
El principal productor de yogures de Mercadona, que la cadena de supermercados comercializa bajo la marca Hacendado, logró sus mejores resultados históricos al cierre del ejercicio 2023, que marca el final de la grave crisis inflacionaria que arrastraron los alimentos durante más de dos años. Schreiber Foods, multinacional estadounidense con tres fábricas en España, alcanzó ese año un récord de ventas y beneficios, que la misma atribuye a las subidas de precios en los lineales.
En concreto, la compañía alcanzó unas ventas de 485,6 millones de euros, un incremento del 17% respecto al año anterior, según las cuentas que acaba de depositar en el Registro Mercantil. Es la cifra más alta de facturación desde que la filial española, domiciliada en la localidad toledada de Noblejas, se constituyó en el año 2000. El crecimiento es del 40% si se compara con el negocio que generaba en 2021, que marcó el inicio de la crisis inflacionaria, y del 50% con 2020.
De esos ya cerca de 500 millones de euros de cifra de negocios, el 95% los concentró “en un único cliente”, según describe la memoria financiera. Ese no es otro que Mercadona. Dicho porcentaje ha experimentado un incremento de un punto porcentual respecto al ejercicio precedente. Además, su relación comercial con la compañía de supermercados presidida por Juan Roig representaba el 90% de sus saldos comerciales, cuando un año antes era el 64%.
Del total de lo facturado en 2023, el 81,6% correspondió a la categoría de yogures. Eso equivale a 396,4 millones y a un alza interanual del 20,2%, siendo el producto que generó un mayor incremento. Los quesos frescos, que también provee a Mercadona, mejoraron un 20% hasta 40 millones, mientras que la categoría de postres lácteos mejoró un 9,5%. En su informe de gestión, Schreiber reconoce que llevó a cabo “una actualización de precios de venta a los clientes durante el ejercicio 2023, derivado del incremento de los precios de las materias primas y suministros de 2022″.
Unas subidas que también realizó en 2022, pero estas fueron inferiores a los incrementos que sufrieron los costes: si las ventas mejoraron un 19%, los gastos por aprovisionamientos lo hicieron un 27%. Eso llevó a Schreiber a un resultado de explotación negativo de 10 millones, y a una pérdida neta de 7,6.
Mejores márgenes
Una situación a la que dio la vuelta en 2023. Con un incremento del 8% en los costes de las materias primas, la subida de ventas del 17% le permitió anotarse un resultado de explotación de 45,2 millones de euros, y un beneficio neto de 33,4. En ambos casos, los más elevados desde que la compañía opera en España y con un importante salto respecto a 2021: esa ganancia neta multiplica por seis la que consiguió entonces.
La evolución del margen bruto también es positiva en comparación con ese ejercicio. Este resulta de restar a las ventas los gastos de aprovisionamiento. La diferencia se divide entre las primeras y se multiplica por 100, porcentaje que permite observar lo que gana por cada producto que vende, sin aplicar otros costes. En 2021, ese margen bruto fue del 25,9%. Este bajó en 2022 a un 21,24% por el incremento de los costes, pero en 2023 se elevó hasta un 27,3%.
Es una tendencia inversa a la experimentada por su máximo rival de marca de fabricante en la categoría, Danone. Según las últimas cuentas de la filial española, también del ejercicio 2023, su margen bruto sobre ventas era del 44,9%, cuando en 2021 rozaba el 56%, pese a que en ese periodo sus ventas crecieron un 16%.
Esa mayor erosión del margen de Danone habla de un menor traslado del alza de costes a los precios finales de venta, dentro de una categoría, la de los lácteos, y aún más la de los yogures, dominada por las marcas blancas con cerca de un 70% de cuota de mercado. También hay que tener en cuenta que las marcas de fabricante, como Danone, operan con márgenes más elevados porque su base de costes es más grande que la de las marcas blancas, al tener que invertir, por ejemplo, en marketing o publicidad.
Schreiber cuenta con tres fábricas en España: en Noblejas (Toledo), Talavera de la Reina (Toledo) y Santa Cruz de Tenerife, además de una oficina en Madrid.