La renta fija se prepara para exprimir por fin la rentabilidad de las rebajas de tipos
El diferencial del bono a dos años de EE UU frente al de una década se ha reducido prácticamente a cero, una vez confirmado el cambio de rumbo en la Fed, aunque los gestores aún recelan de asumir riesgo en plazos más largos
El mes de agosto ha dejado la confirmación de lo que el mercado de renta fija llevaba todo el año esperando: la rebaja de tipos de interés en la mayor economía del mundo. El mensaje lanzado por Jerome Powell de que ha llegado el momento de recortar el precio del dinero en EE UU, decisión que se espera para el 18 de septiembre, es también la señal que aguardaban los inversores para rentabilizar al máximo sus posiciones en renta fija. El descenso de tipos permitirá de una vez la revalorización del precio de los bonos, al tiempo que el pago de cupón se mantiene en niveles atractivos y elevados. Es el mejor de los escenarios para el inversor en renta fija aunque no esté ni mucho menos libre de sombras: el mercado ya ha anticipado en gran medida esas rebajas de tipos, con lo que queda menos recorrido para ese ascenso de precios en los bonos. Además, y aunque sea por poco, los plazos cortos aún siguen dando más rentabilidad que los largos, lo que desaconseja apostarlo todo a la deuda con vencimientos más alejados en el tiempo.
Agosto deja rentabilidades jugosas para la inversión en deuda, en un mes en que los bonos han jugado además su papel de activo refugio, atrayendo el dinero de los inversores que se temieron lo peor en la Bolsa con la corrección del lunes negro del día 5. La encuesta entre gestores de Bank of America, realizada esta vez inmediatamente después de ese sobresalto, muestra que la sobreponderación de la deuda es ahora la mayor en lo que va de año, con el mayor incremento mensual de esta posición desde noviembre de 2023. La deuda soberana estadounidense ha rentado en agosto el 1,5%, con lo que ya suma cuatro meses consecutivos de revalorización en la mejor racha desde julio de 2021. En el mercado español de fondos de inversión, los de renta fija han rentado en agosto el 0,35% y acumulan una ganancia en el año del 2,13%, según datos de Inverco.
En Pimco, la mayor gestora del mundo de renta fija, destacan la revalorización que ha logrado este mes la renta fija de más duración. No en vano, el diferencial del bono a dos años de EE UU y frente al bono a una década se ha reducido prácticamente a cero, algo que no sucedía desde julio de 2022, cuando acababa de comenzar la oleada de subidas de tipos de interés que ha invertido la curva de deuda y tenido a los inversores recibiendo más rentabilidad por los plazos cortos de los bonos que por los largos. Ahora, el rendimiento del bono de EE UU a dos años es del 3,894%, mínimamente superior al 3,867% a una década. “En las últimas semanas, hemos visto cómo la duración cumplía su función de diversificador en carteras multiactivos. Hoy en día, las valoraciones de la renta fija son mucho más atractivas, tanto en términos relativos como absolutos”, explica Dan Ivascyn, director de inversiones de Pimco. Es más, en su opinión, un “inversor que contemple un horizonte temporal de 3 a 5 años o que observe los rendimientos actuales en las áreas de mayor calidad del mercado de renta fija debería estar bastante entusiasmado con el potencial de rentabilidad en sentido absoluto, así como con la rentabilidad potencial frente a áreas de mayor riesgo en los mercados financieros, como la renta variable”.
El mercado de deuda está encontrando un punto de estabilidad, aún no libre de incertidumbres, después de unos meses de desconcierto. Si el año arrancó con el confiado pronóstico de que la Fed recortaría en 2024 los tipos en seis y hasta siete ocasiones, la persistencia de la inflación e incluso su aceleración por momentos llevó a pensar meses después que quizá esos recortes no llegarían a darse en todo el ejercicio. “Hemos ganado mucha confianza en el progreso del proceso de desinflación. En otras palabras, la incertidumbre sobre la inflación y el calendario (no necesariamente el ritmo) de los recortes de tipos se ha reducido definitivamente”, apunta Dario Messi, responsable de análisis de renta fija de Julius Baer.
Al fin y al cabo, el BCE y el Banco de Inglaterra ya han dado el primer paso para bajar los tipos y la Fed se espera al cien por cien que lo haga en septiembre, aunque no esté muy claro si los recortará en 25 ó 50 puntos básicos. Uriel Saragusti, jefe de crédito de la gestora La Financière de l’Echiquier (LFDE), señala que “se está produciendo un retorno estructural de la renta fija a una importancia más normalizada dentro de las carteras”. Esta gestora asegura llevar doce meses añadiendo duración de forma constante a su cartera de deuda.
Confirmado el cambio de rumbo de la política monetaria, bien podría haber llegado el punto de inflexión definitivo para la deuda, el momento para esperar una apreciación sin sobresaltos de los precios de los bonos mientras descienden sus rentabilidades. La señal para tomar más posiciones en los plazos más largos. Sin embargo, los gestores muestran aún cierta cautela. “Hemos ido tomando posiciones a más plazo pero la curva de tipos aún está invertida, en la zona euro aún paga más rentabilidad el bono alemán a dos años o a cinco años que a una década. De momento, preferimos los plazos medios, de 3 a 5 años”, explica Antonio Toribio, gestor de renta fija de Trea Asset Management.
En Pimco, pese a su visión positiva para la renta fija, reconocen que “no estamos hablando de asumir un riesgo de duración masivo en todas las carteras, pero seguimos pensando que tiene sentido tener vencimientos en la parte intermedia de la curva”. Y en Mutuactivos se muestran aún más prudentes. Emilio Ortiz, director de inversiones de la gestora de Mutua Madrileña, sostiene que después del rally de las últimas semanas -con precios de los bonos al alza en paralelo al retroceso en su rentabilidad-, “claramente ahora el potencial es menor”. Y añade: “ahora estamos siendo algo más selectivos. Creemos que a largo plazo la renta fija ofrece rentabilidades razonables, pero tácticamente hemos elevado los niveles de liquidez de las carteras a la espera de mejores oportunidades para volver a entrar”. El gestor defiende que la deuda a corto plazo sigue ofreciendo rentabilidades muy atractivas para el cliente conservador, aunque ya por poco tiempo, a la vez que reitera su interés por la deuda del sector financiero.
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