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Twin & Chic: vestidos, camisetas y chándales infantiles que evitan picores, rojeces y granitos

La empresa vasca fabrica ropa con tejidos que favorecen la salud de la piel al estar avalados en ensayos clínicos y por alergólogos y químicos. Sus prendas se venden en El Corte Inglés y por internet, pero busca local en Madrid para abrir en 2025 una tienda en el barrio de Salamanca

Una dependiente en la tienda de ropa infantil  Twin & Chic, en El Corte Ingles de la Castellana.
Una dependiente en la tienda de ropa infantil Twin & Chic, en El Corte Ingles de la Castellana.JUAN BARBOSA
Denisse Cepeda Minaya

Erika Gómez acababa de tener mellizos cuando se le cruzó por la cabeza crear una empresa que fabricara ropa para niños dermosaludable. “Cuando eres madre quieres darle lo mejor a tus hijos”, arguye. Aparcó su carrera en el mundo de las finanzas para cuidar de ellos, y cosas en las que ni se fijaba empezaron a cobrar relevancia, como el tejido de la ropa.

Sobre todo, a raíz de unos informes publicados entonces, hace 10 años, por Greenpeace, en concreto el titulado Mom, I don’t want monsters in my closet (Mamá, no quiero monstruos en mi armario), que alertaban sobre los tóxicos presentes en las prendas de moda infantil, como formaldehídos y arilaminas, que aún están permitidos y provocan dermatitis e influyen en el sistema endocrino, clave para su desarrollo, detalla la CEO y cofundadora –junto a otros socios que ya no están–. “Ninguno se va a morir por esto, ni va a tener un cáncer, pero todo alimenta”, admite por videollamada.

Muestra de algunas prendas.
Muestra de algunas prendas.JUAN BARBOSA

Gómez recuerda, además, que en 2014 se empezaba a hablar más de la comida y la moda ecológica en Alemania y los países nórdicos, pero todavía era muy incipiente: “Había algo, no mucho, pero tampoco para vestir a los niños para todas las ocasiones; esa oferta no existía”, prosigue. Y con el aliciente de ser un mercado gigante que mueve 260.000 millones de dólares al año en el mundo, comenzó a confeccionar su idea de negocio en la aceleradora de startups de San Sebastián BerriUP.

Dos organizaciones fueron clave en el inicio de esta firma vasca fundada en 2018 y que factura en torno a medio millón de euros: la red de emprendimiento Impact Hub Donosti y la Universidad de Navarra, resalta. “Ahí fue cuando dimos ese paso de innovación basada en una solidez médica, más allá de estos informes y de lo que conocíamos a través de la red: incorporamos a un químico y a un alergólogo para que nuestra propuesta de valor fuera consistente”.

Despegue

La compañía, que fabrica 10.000 prendas al año, creó así un equipo mixto, de alergólogos de dicho centro navarro y de químicos de la Universidad de Santiago de Compostela, con el profesor Javier Sardina a la cabeza, para desarrollar el concepto dermosaludable y el sello Skin Healthy Clothes. ¿Qué supone? “Solo utilizamos fibras [algodón, lana, lino y seda] probadas en ensayos médicos con pacientes a escala internacional en distintos centros. Aparte de eso, analizamos todos los tejidos en nuestros laboratorios”, afirma.

Gómez recalca que son fibras beneficiosas para los niños con patologías cutáneas al restringir más de 400 químicos frente a los menos de 100 que prohíbe la lista europea REACH, la norma que regula la producción y uso de estas sustancias. Por ejemplo, excluyen los colorantes dispersos, usados para teñir las fibras, porque son alergénicos, apunta. También tiene en cuenta el diámetro: “Cuanto más fina es la fibra menos probabilidad tiene de causar picor”. La lana, dice, puede irritar por ambos motivos: el colorante, que no se ha adherido bien al tejido, y el grosor.

Erika Gómez, CEO y cofundadora de la empresa.
Erika Gómez, CEO y cofundadora de la empresa.Imagen cedida por la firma

Igualmente, el diseño influye. “Los cuellos cerrados no son nada beneficiosos porque no dejan transpirar; las costuras, ya que pueden irritar el interior de brazos y rodillas; las fornituras, las piezas metálicas de níquel (ya prohibido), ni las gomas de látex, aunque sea natural, es muy alergénico”, apostilla. E insiste: “El tope lo ponemos pensando en niños con patologías cutáneas, con una calidad de vida peor; por eso somos tan restrictivos”.

La empresaria critica que en Europa se prime el impacto ambiental y se deje en segundo plano el de la salud. Sin embargo, señala que Francia y algunas naciones nórdicas están poniendo esta cuestión encima de la mesa al pedir cambios en la normativa. Tampoco ve con buenos ojos las fibras recicladas o regeneradas (a partir de residuos orgánicos como plátano, maíz, cáñamo), al no haber todavía evidencia clínica sobre sus efectos en la piel. “Es un recorrido que queremos hacer con nuestro equipo científico para incorporar a nuestro estándar nuevas fibras”.

Una niña con el vestido Heritage, la estrella de la colección hecha a mano, con nido de abeja, pata de gallo, punto parís y rococó.
Una niña con el vestido Heritage, la estrella de la colección hecha a mano, con nido de abeja, pata de gallo, punto parís y rococó.Imagen cedida por la empresa

Plan de expansión

Una vez que la compañía realice estos estudios, contempla introducir nuevas líneas de calzado, baño y cosmética. Hoy, vende ropa para niños y niñas de 0 a 12 años, y unisex –”nos gusta porque es más inclusivo”, recalca– en El Corte Inglés (de Castellana, Pozuelo, Marbella Puerto Banús y Portugal) y en su web. Tiene una colección de ceremonias, exteriores (gabardinas, abrigos, chaquetas) y deportiva (camisetas, chándales), lanzada esta última en 2023 y que estudia ampliar tras su éxito. “Pensamos en las ocasiones especiales, nuestro fuerte, y en cualquier día de colegio. Tenemos vaqueros, polos, camisas, más casual”, detalla. En el futuro quiere desarrollar una para adolescentes y mamás.

Twin & Chic prevé superar el millón en dos años y que su producción crezca entre el 20% y el 30% anual. Además, busca local en Madrid para abrir una tienda en el barrio de Salamanca en 2025. Con esta apertura y el fortalecimiento del equipo de comunicación y marketing, calcula subir la plantilla a 14, desde las 10 empleadas. Un plan de expansión que cuenta con el apoyo financiero de la Bolsa Social, que impulsa una ronda de inversión de 400.000 euros.

Vestido New, con bordado de nido de abeja.
Vestido New, con bordado de nido de abeja. JUAN BARBOSA

Apuesta por piezas únicas, hechas a mano y con bordados tradicionales

Una de las misiones de Twin & Chic, por filosofía, es recuperar y mantener viva las técnicas de costura tradicionales. Los bordados hechos en casa, a mano, despacio y con cariño que se confeccionaban antaño y que están en desuso por la falta de relevo generacional, como el nido de abeja, el punto parís o la pata de gallo. 

Una apuesta que se refleja en su colección Iconic heritage (icónicos y con herencia), inspirada en vestidos como el que Begoña, de Bilbao pero vecina de San Sebastián, cosió para su hija hace 50 años –el verde, en la foto–, pero que estaba guardado en un baúl porque solo tiene nietos, cuenta la CEO, Erika Gómez, emocionada. “Lo pusimos en El Corte Inglés bajo pedido por 580 euros, y la gente esperaba tres y cuatro meses para recogerlo porque la señora tardaba un mes en hacerlo”, rememora. Desde entonces cada temporada crea una historia en torno a un atuendo y rinde homenaje a la costurera. El blanco que figura en la imagen de arriba, en lino y con nido de abeja, está disponible en El Corte Inglés de la Castellana (198 euros). “Un capricho”, admite.

El punto de algodón, lana y los bordados artesanales se producen en España. “Son señoras de Navarra y Córdoba”, puntualiza. De hecho, en su web pone un aviso: “Buscamos artesanas; contáctanos”. El resto se fabrica en Portugal, cerca de Oporto. Sin embargo, la compañía mira a la India, Turquía, Rumanía y Bulgaria para algunos trabajos difíciles de hacer en el país luso. “En India hay mucha tradición de bordado; en Turquía se hace muchísimo pantalón; Rumanía y Bulgaria son grandes desconocidos, pero hay mucho conocimiento textil. A medida que incrementemos nuestra facturación, iremos derivando cada prenda a su hub de expertise”, alega.

Presente en Portugal, Italia, Reino Unido y Bélgica, ahora pone el foco, desde el punto de vista comercial, en México –sin aranceles para este tipo de producto–, EE UU y Oriente Próximo (Emiratos, Kuwait, Dubái y Líbano). La razón: las mexicanas son su principal cliente en Castellana; las árabes, en Marbella Puerto Banús, y las estadounidenses, pediatras y concienciadas con el cero tóxicos, compran la marca en boutiques y ferias. El precio oscila entre los 50 euros que vale una sudadera o los 200 que cuesta un abrigo de lana. “Estamos en una gama media alta”, señala.

La firma sigue criterios de economía circular desde el diseño –“no usamos plásticos e intentamos que la ropa sea biodegradable y reciclable”, afirma–. Además del "respeto y máximo cuidado" de los animales de los que obtienen algunos tejidos. "Tenemos seda no violenta: en el proceso natural, el capullo se rompe y sale el gusano. Lo respetamos, aunque sea más corta la fibra. Y ovejas que están en Escocia y a las que no se les aplica determinadas técnicas de ganadería". La calidad es otro de sus principios para alargar la vida del producto y que se pueda heredar.

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Sobre la firma

Denisse Cepeda Minaya
Periodista especializada en energía, medio ambiente, cambio climático y salud. Máster en Economía verde y circular por el Inesem y Máster en Periodismo por la UAM/El País. Con más de 20 años de experiencia en periodismo económico. Anteriormente trabajó en República Dominicana como reportera de economía en los periódicos El Caribe y Listín Diario.
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