Cox prepara su primera emisión de bonos tras la salida a Bolsa
La compañía espera colocar unos 300 millones durante el primer semestre con rating de inversión
Cox mueve ficha tras su salida a Bolsa. La compañía, heredera de los activos de Abengoa que se adjudicó en el concurso de acreedores del otrora gigante andaluz de la ingeniería, avanza para estrenarse también en el mercado de bonos durante el primer semestre del año, según explica el presidente de la compañía, Enrique Riquelme, y el consejero delegado, Nacho Moreno, en una entrevista con este periódico. La idea es recabar el dinero suficiente para ejecutar su plan estratégico, a cumplir antes de 2028.
Todo ello se enmarca en su hoja de ruta, el llamado plan Apollo. Se trata de una estrategia que pasa por invertir en estos años 3.200 millones de euros. Alcanzarán esta cantidad fundamentalmente a través de deuda de proyecto (project finance, en la jerga), pero también con 600 millones aportados por la propia compañía. En esta cifra entran los 180 millones recabados con la ampliación de capital con los que la compañía debutó en el parqué, 120 millones que esperan generar en caja y 300 millones de deuda con recurso, atribuida al grupo y no a los proyectos concretos, que corresponderá con esa colocación de bonos.
El consejo de administración de la compañía se encuentra actualmente explorando alternativas para acometer la transacción. No obstante, la decisión de no recurrir a deuda bancaria y sí a pasivo cotizado ya está tomada. Según explica Moreno, esto se debe a que las emisiones de bonos les permiten jugar con un mayor vencimiento y plazos de amortización más flexibles, lo que les permite centrarse en la ejecución de su plan de negocio.
Como paso previo, la compañía plantea abrir un diálogo con las principales agencias de calificación, Standard&Poor’s, Moody’s y Fitch, para que le otorguen un rating. Cox —que tiene cero euros de deuda corporativa y todo el pasivo corresponde a deuda de proyectos— cuenta ya con una calificación por la agencia Inmonis, de BB. No obstante, la empresa busca contar también con la nota de los tres grandes; y no solo eso, sino también alcanzar el grado de inversión, a partir de BBB-. Para el estándar de Inmonis (que carece de las notas BB+ y BBB-) está a solo un escalón, pero para las tres grandes distan dos.
En cualquier caso, la compañía espera presentar a los inversores un endeudamiento muy limitado. Sus planes pasan por que la ratio de deuda neta sobre beneficio de explotación (ebitda) de las 0,5 veces actuales a, como mucho, una vez ebitda. Riquelme, por su parte, explica que su intención es intentar aprovechar el momentum tras la salida a Bolsa, por lo que la colocación de bonos se prevé para el primer semestre del año que viene. Según su relato, muchos de los inversores institucionales con los que contactaron para el debut bursátil ya plantearon su disposición para participar en futuras emisiones de deuda a través de sus equipos y fondos de renta fija.
Cox se estrenó en Bolsa el pasado 15 de noviembre. En un momento en el que pocas compañías consiguen poner la pica en Flandes de estrenarse en el parqué, el movimiento quedó ensombrecido. Las acciones de la compañía se desplomaron un 7% en su primera sesión bursátil. La compañía alcanza una capitalización de 300 millones, tras recuperar posiciones en las últimas jornadas.
Este estreno en Bolsa y las caídas bursátiles coincidieron con una gran venta de acciones de un accionista relevante. La mutua HNA, un accionista histórico de la compañía, pasó de controlar un 3,5% a un 2,5%, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
Riquelme, no obstante, se muestra confiado en la evolución bursátil de la empresa, que en su opinión apunta a engrosar el Ibex 35 en el medio plazo, para lo que se plantean medidas para incrementar el free float (capital en circulación). Riquelme es el primer accionista, con el 65%, seguido por Alberto Zardoya, que tiene el 14%. Moreno asegura que los nuevos inversores que han entrado en la firma destacan por su alta calidad (los fondos conocidos en el mercado como long only), mientras que la presencia de hedge funds —fondos de cobertura, que habitualmente realizan operaciones a más corto plazo y pueden provocar más vaivenes en la cotización de una empresa—, procedentes de Reino Unido, EE UU, Oriente Medio y Francia, principalmente.