Cox da carpetazo a las caídas y suma un 7,6% en Bolsa
Sus títulos se sitúan en los 10,22 euros y rozan los niveles de su colocación
Cox ha pasado página al mal estreno en Bolsa y ha logrado anotarse un 7,58% en la jornada del lunes, lo que ha llevado a sus títulos a cerrar en 10,22 euros por acción, rozando el precio fijado para su debut (10,23 euros por título). Tras una primera jornada en la que sus acciones cayeron un 7,05% y en la que se cruzaron más de un millón de operaciones de compraventa por un importe de 10,26 millones de euros, este lunes solo se han movido títulos por 0,9 millones de euros, según datos del gestor de la Bolsa española, BME.
La compañía de tratamiento de agua y energía logró su sueño de saltar al parqué, pero lo hizo sin contar con el impulso de los grandes inversores. Cox se estrenó a través de una ampliación de capital -oferta pública de suscripción (OPS)- en la que captó 175 millones de euros después de rebajar sus pretensiones desde los 220 millones iniciales y verse obligada a rebajar el precio de su debut al más bajo de la horquilla orientativa, que iba desde los 10,23 euros por acción a los 11,38. La empresa fundada por Enrique Riquelme ha logrado el apoyo del grupo dubaití Amea Power, controlado por la familia árabe Al Nowais, y de Attijariwafa Bank, una de las mayores entidades financieras marroquí, pero la falta de interés por parte de los grandes inversores provocó que sus ya accionistas tuvieran que aumentar su participación en el libro de órdenes de la ampliación. Una situación que llevó, según comentan fuentes del mercado, a reforzar las conversaciones con las gestoras de fondos nacionales para que participaran en la operación.
Los bancos de inversión vienen reconociendo en los últimos tiempos interés por las salidas a Bolsa de empresas con un tamaño relevante, con un negocio atractivo y un componente diferenciador, pero apuntan a la dificultad de colocar otro tipo de compañías de tamaño más reducido y de sectores menos atractivos a ojos de los inversores generalistas. En el caso de Cox, entre los inversores que han acudido a la ampliación destacan dos, Amea Power y Attijariwafa Bank, de regiones en los que la compañía ya está presente con distintos proyectos. Según destacó el fundador de la empresa, Enrique Riquelme, en el toque de campana, también habrían acudido fondos de inversión especialistas en agua de Estados Unidos. “Esto no es un camino del primer día ni del segundo”, reconoció el ejecutivo, que insistió en que “la combinación de agua y energía nos permite ser una compañía muy atractiva en el futuro”.
Salir a Bolsa se ha convertido en una decisión de alto riesgo para las empresas. Dar el salto al parqué abre una ventana para que las empresas puedan lograr financiación no bancaria, para permitir a sus inversores obtener liquidez, o ejecutar su salida del accionariado, a cambio de que las compañías tengan que retratarse al menos cada seis meses ante el mercado. El sueño de cotizar en Bolsa se ha truncado para muchas empresas en los últimos años -la última ha sido Europastry- ante el repunte de la volatilidad y el llamado “deterioro de las condiciones del mercado”, provocando que muchas candidatas a dar el toque de campana hayan desistido y hayan guardado sus planes en un cajón esperando a tiempos menos convulsos.
El letargo en el que viven las salidas a Bolsa, una constante no solo en el mercado español, sino también en el europeo, contrasta con el impulso que aspira dar la Comisión Europea al mercado de capitales europeo, para reflotarlo y darle el brío perdido. Después de dos años de travesía en el desierto, Puig vino a romper en mayo con la sequía de OPV en España y la pasada semana se produjeron los debuts de Inmocemento y Cox, que se saldaron con fuertes caídas en ambos casos. , La filial inmobiliaria y de cemento de FCC fijó su precio en los 4,25 euros por acción y desde entonces se deja un 20,47%. Tampoco se libra de las caídas Puig, que cae un 23% desde su debut.
Liquidación en tiempo récord
La OPS de Cox ha sido la primera ejecutada en la Bolsa española que se realiza con un ciclo de liquidación de un día. Los inversores han tenido la opción de aplicar un ciclo de liquidación de D+1, es decir, un día después de la transacción, frente al D+2 que utilizan los mercados europeos, según destacó ayer BME. La iniciativa coincide en un momento en el que los mercados de Estados Unidos y Canadá han empezado a realizar las liquidaciones a D+1 (T+1, en inglés) y la Comisión Europea está estudiando cómo trasladarlo al mercado europeo. Según destaca BME, la principal ventaja “que aporta la reducción del ciclo de liquidación radica en la reducción en un día de la prefinanciación, que respalda la emisión de las acciones nuevas emitidas, que transcurre entre el momento de su desembolso y la liquidación de la oferta. Al mismo tiempo, el nuevo procedimiento mantiene la seguridad y eficiencia que la operativa bursátil aporta a todos los intervinientes en este tipo de operaciones”.
Este mismo lunes, el coordinador de los supervisores europeos, la ESMA, ha propuesto pasar a D+1 en octubre de 2027 para mejorar la eficiencia de la liquidación en Europa y contribuir a la integración del mercado. El supervisor europeo ha recomendado realizar la migración en el cuarto trimestre de 2027.