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El automóvil asegura que si no se renegocia el Brexit la factura para el sector podría ser de 4.300 millones

Acea, la patronal europea del motor, pide extender tres años más las reglas comerciales actuales

Ford Almussafes
Un trabajador en la línea de montaje de Ford Almussafes (Valencia).David Ramos (Getty Images)
Manu Granda

El sector del automóvil continúa presionando a Reino Unido y a la Unión Europea (UE) para que extiendan tres años más las reglas comerciales actuales entre ambos bloques. El problema reside en que en el acuerdo del Brexit se fijó que a partir de 2024 los vehículos comercializados entre las dos partes tendrán que estar fabricados al menos en un 45% en Reino Unido o en la UE. De lo contrario, dichos coches deberán de abonar un arancel del 10%. Esto supone una complicación importante para una Europa cuya producción de vehículos eléctricos es muy dependiente de las baterías que vienen de China, unas baterías que en muchas ocasiones pueden suponer la mitad del coste del vehículo.

Según Acea, la patronal europea de fabricantes de coches, si no hay una moratoria de esta medida, el sector podría afrontar unos aranceles de 4.300 millones y la producción de coches eléctricos se reduciría hasta en 480.000 unidades entre 2024 y 2026. “Europa aún no ha establecido una cadena de suministro de baterías segura y confiable que pueda cumplir con estas reglas más restrictivas en este momento”, ha afirmado la directora general de Acea, Sigrid de Vries, en un comunicado lanzado este martes. “Es por eso que le pedimos a la Comisión Europea que extienda el período de transición actual por tres años”, ha añadido De Vries.

“Ha habido una inversión masiva en la cadena de suministro de baterías europeas, pero se necesita tiempo para desarrollar la capacidad requerida. Mientras tanto, los fabricantes de vehículos deben confiar en celdas de baterías o materiales importados de Asia”, ha asegurado la directiva de esta asociación que es presidida por el consejero delegado del grupo Renault, Luca de Meo.

Acea ha señalado que estos aranceles supondrían una dificultad más para una industria del automóvil europea que compite con Estados Unidos y China. El primero de ellos está consiguiendo atraer una gran cantidad de proyectos relacionados con el vehículo eléctrico gracias al IRA, un programa de ayudas dotado con 369.000 millones de dólares; mientras que China lleva años apoyando a su industria nacional así como dando fuertes ayudas a la compra de vehículos eléctricos.

“A medida que nos enfrentamos a presiones competitivas cada vez mayores desde el exterior, la aplicación de estas reglas tendría graves consecuencias para la fabricación de vehículos eléctricos en Europa, en el mismo momento en que deberíamos aumentar masivamente las ventas y la producción”, ha advertido De Vries.

Además de para la UE, la puesta en marcha de estos aranceles sería letal para la industria de Reino Unido, un país que no tiene capacidad instalada de producción de baterías. En mayo, el consejero delegado de Stellantis, Carlos Tavares, avisó de que si no se renegocia el Brexit, no podrán mantener sus inversiones de producción de vehículos eléctricos en el país.

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Sobre la firma

Manu Granda
En la actualidad cubre la industria del automóvil en la sección de Empresas. Previamente pasó por el área de Economía, donde escribió de laboral. Como 'freelance', cubrió la temporada de incendios del verano 2019-2020 en Australia para EL PAÍS. Es graduado en periodismo por la Universidad Rey Juan Carlos y cursó el Máster de periodismo de EL PAÍS.

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