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En colaboración conLa Ley
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Especial elecciones ICAM: quién está con cada candidato, cuáles son sus propuestas y las principales polémicas

Los siete aspirantes explican su programa en CincoDías, que se despliega para contextualizar la trastienda electoral

Foto de la fachada del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid.
Foto de la fachada del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid.

El Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) desempolvará las urnas el próximo martes 20 de diciembre en el Hotel Novotel Madrid Center (Calle de O’Donnell, 53) para elegir a la persona que representará a los abogados de la capital durante los próximos cinco años. Después de casi doce meses de rumores, finalmente son siete las personas que se presentan a través de listas completas a liderar la institución, una de las más grandes de Europa, con más de 75 mil colegiados y un presupuesto de aproximadamente 30 millones de euros, según datos de la institución.

Desde el pasado mes de octubre la polémica ha acompañado a la campaña electoral, pues dos de los candidatos, Eugenio Ribón y Raúl Ochoa, han compatibilizado la búsqueda de apoyos con su cargo de diputados en funciones de la junta de gobierno saliente, liderada por el abogado José María Alonso, quien presidirá el Centro Internacional de Arbitraje de Madrid a partir del 1 de enero. Otro de los candidatos, Juan Gonzalo Ospina, dimitió del equipo directivo justo antes de anunciar su candidatura bajo la plataforma Ahora Abogacía, con la que colaboraba al tiempo que formaba parte de la junta de Alonso. Los otros aspirantes son Ángeles Chinarro, presidenta de la Asociación Libre de Abogadas y Abogados (ALA), de corte progresista; Begoña Trigo, quien se presenta por tercera vez, en esta ocasión bajo la marca Somos Abogad@s; Beatriz Saura, copresidenta de la sección de Compliance del ICAM; y Miguel Durán, ex director general de la ONCE y expresidente de Telecinco.

A cada uno de ellos lo acompaña un equipo formado por 14 personas en total, incluyendo a cada candidato a decano. No obstante, hay diferencias en la extracción de cada una de las listas atendiendo a si los aspirantes a diputados proceden de los grandes despachos de la abogacía de los negocios, de las asesorías jurídicas de empresa, del turno de oficio o de la propia junta de gobierno saliente.

Así, por ejemplo, Compromiso Abogacía, la marca del abogado Eugenio Ribón, especializado en consumo, está considerada la más próxima al legado del decano José María Alonso. No en vano, está integrada por hasta tres miembros de su equipo, además del propio Ribón. Son los también diputados en funciones Emilio Ramírez Matos, José Ignacio Monedero y Lola Fernández Campillo, quienes han sido cuestionados desde otras candidaturas por no haber dimitido de su cargo al tiempo que hacían campaña. La candidata a vicedecana es la abogada de familia Isabel Winkels, socia fundadora de la Plataforma familia y Derecho (PF&D). En esta lista, de carácter paritario en cuanto al número de mujeres y hombres que la componen, también se integra Juan Manuel Maíllo, presidente de Altodo, la Asociación por el Turno de Oficio Digno, y profesionales de grandes firmas, como Amazon, Porsche Ibérica, Elzaburu, Uría Menéndez, Andersen o PwC España, y de otras medianas.

Raúl Ochoa, miembro de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación, es el segundo de los candidatos que proceden de la actual junta de gobierno en funciones del ICAM. Hasta el pasado mes de abril era el responsable de Formación del colegio, una de las áreas más importantes a nivel económico. Coincidiendo con su cese, y tras un enfrentamiento con el decano en funciones, anunció su intención de concurrir al proceso. Lo hace bajo el lema "activa el cambio". La candidata a vicedecana es Patricia Abad, socia fundadora de Hermina Abogados y Asesores Tributarios, quien ha ejercido en los departamentos de asesoramiento fiscal de Garrigues o Morgan Stanley. El resto de profesionales que componen el equipo, formado por ocho mujeres y seis hombres, procede de firmas de gran tamaño, como Hogan Lovells o KPMG, bufetes medianos y boutiques.

El tercero de los aspirantes a dirigir el ICAM es el abogado penalista Juan Gonzalo Ospina, cuya relación con el decano saliente ha pasado de la admiración a la confrontación a lo largo del último lustro. Su equipo también está integrado por primeras espadas de la abogacía de élite. La candidata a vicedecana es Silvia Madrid. Procedente de Iberia de Unicredit, ha sido la responsable de los servicios jurídicos para el sur de Europa de The Royal Bank of Scotland o asociada del bufete neoyorkino White & Case. A la lista, formada por ocho hombres y seis mujeres, se suman profesionales de firmas como Cremades & Calvo-Sotelo, Auren, Ramón y Cajal, PwC Abogados o EY Abogados, así como de otros despachos más pequeños.

Abogados de a pie

Conocedora de los engranajes del ICAM también es la candidata a decana Ángeles Chinarro, presidenta de ALA, asociación que representa al sector progresista de la abogacía madrileña. Abogada por cuenta propia, concurre a las elecciones junto a Pedro Feced, quien se postula al cargo de vicedecano. Abogado laboralista desde 1978, es socio fundador de la asociación, constituida en 1989. El equipo está integrado por ocho mujeres y seis hombres y cuenta con la participación de la Asociación de Laboralistas de Trabajadoras y Trabajadores de Madrid (ALTMA) y del Foro de Abogados y Abogadas de Izquierdas (FAI-RAD). A diferencia de las candidaturas anteriores, Recuperemos el Colegio se distancia de los grandes despachos, pues pretende que en el ICAM estén representados especialmente los pequeños bufetes.

Un objetivo que también persigue Begoña Trigo, quien, a diferencia de Chinarro, rechaza cualquier adscripción ideológica. Su candidatura es la única encabezada por dos mujeres. La candidata a vicedecana es la abogada por cuenta propia Lourdes Pulido. En el equipo, paritario en cuanto a su composición, hay trece de catorce abogados del turno de oficio.

La tercera candidata es Beatriz Saura, apoyada por la exdecana Sonia Gumpert. Su número dos es Daniel Gómez de Arriba, socio de Kepler-Karst. 'La abogacía que nos une' está formada por ocho mujeres y seis hombres, quienes proceden de firmas de diferente tamaño, entre las que destacan Vaciero, Montero Aramburu o Legálitas.

El último en anunciar su candidatura ha sido el abogado Miguel Durán, ex director general de la ONCE. Lo acompaña Jesús Ángel Rojo como aspirante a vicedecano, quien es propietario del grupo de comunicación El Distrito, de línea conservadora. La lista está formada por ocho hombres y seis mujeres y en ella destacan tres fiscales en excedencia de la Audiencia Nacional y un exvocal del Poder Judicial. Durán no descarta, sin embargo, que estos comicios sean anulados por la justicia. Tiene sospechas de que la comisión electoral no es imparcial. También ha acusado a Raúl Ochoa de juego sucio, al intentar captar votos durante la presentación de su campaña en el Teatro Barceló.

Junto a estos candidatos que se integran en listas completas, también se presentan a las elecciones de forma individual José Fernández Cabado, un abogado con 43 años de ejercicio profesional que reivindica la iniciativa legislativa popular directa; Raisy Celeste Ventura, quien defiende una mejora en los baremos del turno de oficio; y María Teresa Galán, quien pretende un paro total en la justicia como protesta por el colapso que vive la administración.

Baja participación

En las elecciones del ICAM, el voto de los abogados colegiados ejercientes vale el doble que el de los no ejercientes. Y, en caso de empate, se considera vencedor al candidato que más votos ha obtenido entre los colegiados ejercientes, según dispone el artículo 30 de los Estatutos del ICAM. Tradicionalmente los datos de participación han sido muy bajos.

Como se publicó en prensa en su momento, y ha intentado cotejar este medio con el ICAM, en 2017, cuando ganó las elecciones José María Alonso, cerca de 77.000 abogados madrileños estaban llamados a las urnas, pero solo votaron 5.924 personas, lo que supuso el 7,29% del censo. En 2012, año en el que resultó vencedora la letrada Sonia Gumpert, la participación registró uno de sus picos históricos, situándose en el 13,9%. Votaron entonces cerca de 9.000 colegiados. Y en 2007, cuando ganó el ya fallecido Antonio Hernández-Gil Álvarez-Cienfuegos, fueron 5.071 los abogados que ejercieron su derecho de sufragio. En defecto de voto electrónico, el reto de algunos candidatos en estas elecciones es motivar a los electores porque el pastel lo vienen decidiendo muy pocos comensales.

A lo largo de las últimas semanas, CincoDías ha entrevistado de forma individual a los candidatos, quienes se dirigen a continuación a la abogacía de Madrid para arrancar su confianza.

Eugenio Ribón, Compromiso Abogacía

Junto con catorce profesionales que conforman la lista, paritaria, transversal e integradora de Compromiso Abogacía, concurro a las elecciones del Colegio de la Abogacía de Madrid con la firme decisión de ponernos al servicio de nuestros compañeros para mejorar sus condiciones y trabajar por el avance de la abogacía.

Nuestro compromiso es aportar seguridad y solvencia ante tiempos inciertos. Agradezco a todos los candidatos de mi lista que hayan aceptado poner su talento, experiencia y conocimientos al servicio del conjunto de la abogacía de Madrid. Es momento de proyectos colectivos y no de experimentos individualistas.

También hoy, que miramos al futuro del ICAM, quiero compartir mi orgullo por el trabajo realizado por el decano y la junta saliente y gratitud a todos los que lo han hecho posible. Me siento muy orgulloso del trabajo que hemos realizado durante estos años, en el que hemos vivido situaciones excepcionales, que hemos afrontado con trabajo y esfuerzo para dignificar y proteger la labor esencial de todos los colegiados.

En las últimas semanas nos hemos dedicado a explicar a todos los colegiados los 10 compromisos y las 106 medidas concretas con las que nos presentamos a estas elecciones. Unos compromisos y unas medidas estudiadas y destinadas a solucionar los problemas reales a los que se enfrenta la abogacía en su día a día.

Es un programa que surge de una candidatura de excelencia y bregada en el oficio, conocedora de los problemas reales que sufre la abogacía, como los problemas para afrontar el pago de las cuotas colegiales, el acceso a la formación, la vulneración del honor del profesional como ejerciente de la abogacía o la incapacidad para conciliar. Unas medidas innovadoras e ilusionantes que nos conducirán al colegio que queremos: útil, respetado, eficaz e influyente.

Raúl Ochoa, Activa el cambio

Todas y cada una de las propuestas están impregnadas de la que será nuestra forma de hacer: cercanía, humildad y vocación de servicio público. Las medidas abarcan todos los sectores de la abogacía: desde el establecimiento de la cuota mínima a la política de contención del gasto en todos los departamentos colegiales; del incremento de la cantidad y calidad y formatos de los cursos de formación hasta la ayuda para el cobro efectivo de las minutadas impagadas a compañeros y compañeras; del plan vivienda a la apertura de delegaciones del colegio en partidos judiciales; de los servicios informáticos permanentes a la mejora de las condiciones y retribuciones del turno de oficio, que conozco de primera mano desde hace más de dos décadas.

Igualmente, introducimos la promoción de residencias para la abogacía senior, la implantación de guarderías en las sedes judiciales, la mejora y/o supresión de la franquicia de la póliza de responsabilidad civil y un programa de atención psicológica especializada para colegiados con desgaste emocional producido por su trabajo.

En el capítulo de potenciación del desarrollo profesional de compañeros y compañeras, introducimos medidas de financiación al autoempleo, de ayuda para la digitalización de los despachos, de persecución del intrusismo profesional y protección de la competencia desleal y, en paralelo, crearemos un portal de empleo que funcione de verdad y esté controlado por el colegio.

Vamos a ceder espacios para reuniones de manera gratuita, a renegociar y mejorar las condiciones en la relación con los proveedores del club ICAM y a permitir el acceso gratuito a las bases de datos de las editoriales jurídicas más importantes.

Hay, por otra parte, un plan integral para la ayuda y el apoyo al abogado mayor y/o al abogado jubilado y un departamento de atención inmediata al colegiado frente a contingencias profesionales.

Juan Gonzalo Ospina, Ahora Abogacía

La abogacía es hoy una profesión olvidada, que ha perdido su posición relevante en la sociedad. Desde un punto de vista procesal, no son pocos los retrasos injustificados en las vistas, que se despachan sin respetar el tiempo de los letrados. Tampoco son pocas las veces injustificadas que la Oficina de Auxilio Judicial se niega a dar copias o facilitar la labor del letrado. Por no hablar de las situaciones, posiblemente las menos, que atentan directamente contra el derecho de defensa, como cuando nos citan el mismo día, solapando horarios para comparecer a dos vistas diferentes.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? Primero por la desunión de nuestro colectivo. La abogacía de base hoy no está unida. No tiene una meta común y, por lo tanto, no puede operar, actuar y exigir como el colectivo que es. Y segundo porque creemos que nuestras instituciones no se adecuan a los nuevos tiempos y las nuevas realidades, adolecen de una falta de transparencia, democratización e innovación.

Por ello, un grupo de juristas, de manera desinteresada y confiando en recuperar el respeto por la profesión, ha decidido unirse para trabajar por un colegio de la abogacía que tenga vida más allá de una junta de gobierno de 14 miembros y los oportunos presidentes de las secciones.

Queremos un colegio de la abogacía vivo, que piense en 360 grados, como el gran centro de autoridad que somos. Todo ello desde el respeto al derecho de defensa y a todas las sensibilidades que representa nuestro colectivo, no solo el de unos pocos; el de todos.

Queremos gestionar el ICAM como ha debido ser siempre, como un órgano serio, respetado, útil y a la vanguardia que, alineado con los objetivos de desarrollo sostenible (ODS), se aúpe como líder en el mundo del Derecho.

Ángeles Chinarro, Recuperemos el Colegio

La Plataforma Recuperemos el Colegio es una candidatura plural y diversa, formada por compañeras y compañeros que entendemos que el ejercicio de la abogacía implica un compromiso social.

Nuestro programa comprende 114 medidas bajo los principios de democratización, participación, transparencia e igualdad. Destacamos la creación del consejo colegial como nuevo órgano de participación de la abogacía en el ICAM; transparencia documental, económica y corporativa; realización de una auditoría económica, administrativa y laboral del ICAM; el plan de igualdad, con medidas concretas para revertir la situación de desigualdad, garantizando la paridad de la composición de las comisiones de la junta de gobierno.

El colegio se personará como acusación en las denuncias por discriminación o maltrato en el ejercicio de la profesión. También impartiremos gratuitamente la formación necesaria para pertenecer a los distintos turnos de oficio, en horarios compatibles con el ejercicio profesional. Mejorar los baremos indemnizatorios es otro compromiso, los cuales deberán incluir actuaciones que actualmente están excluidas.

Debe reconocerse a la abogacía los derechos de suspensión de actividades procesales, incluidos juicios y comparecencias, en los casos de enfermedad, maternidad o matrimonio, así como en un periodo de 30 días por vacaciones. También el derecho a la desconexión digital.

Anularemos el acuerdo de la junta de gobierno por el que los y las integrantes de la junta de gobierno y de la junta directiva de AJA (la agrupación de abogados jóvenes de Madrid) tienen derecho a realizar gratuitamente cualquiera de los cursos que ofrezca el Centro de Estudios del ICAM.

Proponemos la elección de la presidencia del Consejo General de la Abogacía Española mediante sufragio universal, libre, directo y secreto de todo el censo de la abogacía española y la creación de un departamento de abogacía y discapacidad, así como la intervención inmediata del ICAM frente a actuaciones que coarten la independencia y libertad en el ejercicio de la profesión.

Begoña Trigo, Somos Abogad@s

Trece de los catorce miembros de nuestra candidatura estamos en el turno de oficio. Algunos llevamos más de 35 años en este servicio. En total, sumamos más de 250 años y más de 10 mil expedientes. Conocemos muy bien los problemas que día a día sufren los abogados.

El derecho de defensa es lo que diferencia a una democracia de un régimen totalitario. Todos los ciudadanos tienen derecho a que un abogado les defienda gratis contra los abusos de Hacienda. Por otro lado, ahora mismo los abogados cobran lo mismo por un caso con dos testigos que por otro con 20. Nosotros estableceremos un doble baremo, uno fijo y otro variable en función del tamaño del expediente.

El 90% de los abogados no ven que las juntas de gobierno solucionen sus problemas del día a día (esperas, salud o conciliación). Están haciendo un uso inadecuado del voto delegado. El colegiado debe participar y sentir que su voz vale para algo. Si ganamos, limitaremos el voto delegado. Hoy da un poder parecido al de una dictadura.

Queremos que se reconozcan nuestras bajas médicas, algo que hoy no ocurre. Hay compañeros que, de baja por un infarto, han tenido que ir a una vista porque el juez no la ha suspendido. El juez no debe interponerse a algo que ya ha decidido un médico.

El ICAM es una institución con un potencial enorme. Es el colegio más grande de Europa y está llamado a ser un referente social. Debe influir en la elaboración de las leyes, tener un comportamiento ejemplar y ejercer como motor para desarrollar los derechos fundamentales de la ciudadanía.

También facilitaremos las comparecencias telemáticas. Así no tendríamos que esperar horas en los juzgados y podríamos dedicar ese tiempo a nuestras familias o a descansar.

Beatriz Saura, La abogacía que nos une

Mi candidatura abrirá una nueva etapa en el ICAM. Devolveremos el orgullo de pertenencia al colegio, con una institución al servicio de toda la abogacía, digitalizada, transparente y que reivindique que nuestra profesión es imprescindible para la sociedad.

Nuestros profesionales sienten desapego respecto al colegio y la responsabilidad es del ICAM. La mayoría hemos llegado a la conclusión de que el colegio no nos ayuda a resolver nuestros problemas. Es un ente distante, ineficaz y supone un gasto que no revierte, como debería, en la mejora de nuestras condiciones laborales.

Toda la profesión ha de sentirse representada por el colegio sin importar el tamaño del despacho en el que trabajes; que seas ejerciente o no ejerciente; que trabajes en el turno de oficio o que seas abogada de empresa; que seas joven o que tengas una trayectoria profesional asentada; que te dediques a la mediación o al ámbito concursal. Mi objetivo es un colegio que esté al servicio real de toda la profesión.

Nuestro programa implica cuatro pilares de futuro: profesionales, digitalización, colegio y compromiso social. Supone un acuerdo de cambio, un compromiso de mejora y que las demandas históricas de la abogacía ocupen sitio prioritario en el día a día del colegio.

El cambio que necesitamos no va a venir de quienes ya han ocupado durante años un sillón en la junta y no han cambiado nada. No existe el cambio de la mano de quienes nos han traido hasta aquí. La nueva etapa vendrá de nuestro acuerdo de compromiso con la abogacía madrileña para construir un ICAM al servicio de los profesionales. Un colegio para todos y todas, cercano, útil y participativo. En estas elecciones nos jugamos el continuismo que no ha solucionado nada o tener un colegio útil para toda la abogacía.

Miguél Durán, Juntos por la abogacía

Queremos mejorar la imagen que la sociedad tiene de los abogados; dignificar la profesión hacia la sociedad y hacia dentro del mundo jurídico. Hacia la sociedad para que entienda que no hay Estado de Derecho sin abogados y hacia dentro haciendo que los propios abogados ganen en autoestima y que los jueces nos respeten más y mejor. El tratamiento que muchos abogados reciben por parte de algunos miembros de la administración de justicia es vejatorio. Eso lo tiene que resolver un decano que se precie y una junta que se valore con los jueces.

El turno de oficio está soportando sobre sus costillas que el Estado saque pecho diciendo que hay justicia gratuita, pero a costa de unos baremos mejorables, dispares y de que la gente no tenga un trato adecuado en las comisarías de Policía. Llevo un inspector de policía en mi candidatura porque quiero que sea él el que ayude a que esas cosas funcionen mejor.

El colegio hay que gestionarlo. Donde está la cuestión es en la credibilidad que cada candidato tenga. Yo estoy donde estoy a pesar de padecer una discapacidad bastante limitadora. Tengo 67 años y un currículum conmigo. He dirigido unas instituciones con casi 50 mil trabajadores y no me ha ido mal. Integré al colectivo de la ONCE en la Seguridad Social y gracias a eso la gente que se jubila ahora tiene unas jubilaciones estupendas. Defiendo una sana gestión del colegio.

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