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En colaboración conLa Ley
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Miguel Durán, candidato al ICAM: "Si se anulan estas elecciones, yo no seré el culpable"

El ex director general de la ONCE dice que no sería decano por "dinero, copas" o impulso desde el colegio, refiriéndose a Ospina, Ochoa y Ribón

Miguel Durán, candidato al ICAM
Miguel Durán, candidato al ICAM

Miguel Durán (Badajoz, 1955) puede ser el primer decano ciego del Colegio de la Abogacía de Madrid (ICAM) o un perdedor con deportividad, aunque no descarta que la justicia acabe anulando los comicios del próximo día 20 ante las sospechas que tiene de parcialidad y falta de objetividad de la comisión electoral. El ex director general de la ONCE y expresidente de Telecinco acusa a otro de los candidatos, Raúl Ochoa, de intentar asegurar votos durante el acto de presentación de su candidatura en el Teatro Barceló. También critica a Eugenio Ribón por no renunciar a su cargo de diputado de la junta de gobierno saliente al tiempo que busca apoyos. CincoDías lo entrevista  para conocer sus propuestas de mejora.

R. ¿Por qué se presenta a las elecciones al decanato del ICAM?
R. Escribí una carta abierta a los candidatos con los puntos que me parecían esenciales y tuve una buena andanada de llamadas de compañeros, quienes me decían algo muy coherente: Si tú lo tienes tan claro, ¿por qué no te presentas tú? Y alguno de ellos se ofreció a estar conmigo. Por otra parte, empecé a darme cuenta de que en el ICAM ha habido mucha inacción, dejación, perfil bajo, no molestar a los poderes públicos para no resultarles incómodos… Y como yo no soy de ese talante, creo que el ICAM tiene que tener un decano y una junta de gobierno que sepan estar en el papel que les corresponde, que es mucho más activo respecto de las leyes que los gobiernos aprueban y, sobre todo y por encima de todo, del malísimo funcionamiento de la administración de Justicia.
R. Habla de inacción, dejación… ¿Qué valoración hace en concreto de la gestión de la junta de gobierno saliente?
R. Con todos mis respetos en lo personal hacia el decano saliente y hacia su junta de gobierno, de la que concurren a estas elecciones seis miembros (los candidatos a decano Eugenio Ribón y Raúl Ochoa y los candidatos a diputados Emilio Ramírez Matos, José Ignacio Monedero y Lola Fernández Campillo, así como Juan Gonzalo Ospina, quien dimitió justo antes de presentarse a las elecciones), creo que, desde el punto de vista de encarar la presencia pública del ICAM, yo estoy en las antípodas. Yo no voy al decanato para salir fortalecido en lo personal y que me den luego un puesto muy bien retribuido, bien sea en los arbitrajes, en un tribunal o cosa que se le parezca. Yo voy al decanato para salir de él tal y como entré desde el punto de vista del aprovechamiento personal y también los miembros restantes de mi candidatura. No vamos a servirnos, sino que vamos a servir.
R. ¿Tiene conocimiento de que alguien que está o haya estado en el equipo directivo ha tenido un beneficio personal?
R. Plantéate adónde va el decano saliente (ha sido elegido presidente del Centro Internacional de Arbitraje de Madrid, cargo que desempeñará a partir del 1 de enero).
R. ¿Qué opinión le merecen en concreto candidatos a decano como Eugenio Ribón o Raúl Ochoa, quienes han participado en la gestión del colegio en los últimos cinco años?
R. Se da la paradoja en estas elecciones de que un candidato como es Raúl Ochoa, quien sigue siendo miembro de la junta de gobierno saliente, denuncia a otro candidato, como es el señor Eugenio Ribón, quien sigue siendo miembro de la junta saliente, porque dice que se aprovecha de esa doble condición. Y he visto un acuerdo de la comisión electoral, por cierto, designada por la junta saliente, que hace un acuerdo tremendo sobre la denuncia de Ochoa contra Ribón. Yo tengo muy serias dudas sobre la objetividad y la imparcialidad de la comisión electoral. Si soy decano, la próxima comisión electoral no la designaré yo, será elegida por estricta insaculación. De eso sí responsabilizo al decano saliente. Son seis los miembros que han sido de la junta, pero uno de ellos dimitió. Ese (Juan Gonzalo Ospina) sí que ha guardado las formas. ¿Los otros cinco nos van a practicar democracia cuando ni siquiera son capaces de mantener un mínimo de higiene democrática en esta campaña? Yo no me los creería.
R. ¿Y de Juan Gonzalo Ospina, quien dimitió justo antes de anunciar su candidatura?
R. Creo que Juan Gonzalo Ospina ha metido mucho carbón en esta caldera electoral y ya sabemos cuál es la naturaleza del carbón. Él tiene una enorme ilusión y no creo que sea mayor que la que tengo yo. Lo que pasa es que hay formas y formas de tomarse esto. Yo no concibo ganar estas elecciones a base de dinero. A mí me parece un fraude. Cada uno es libre, pero ser decano por dinero o por copas o porque te están aupando desde la propia institución, no me parece que sea la mejor forma.
R. ¿Se está refiriendo a Juan Gonzalo Ospina, a Raúl Ochoa y a Eugenio Ribón?
R. Sí, claro.
R. Ha deslizado sospechas sobre Ochoa, hasta el punto de que lo acusaba de intentar asegurar votos durante el acto de presentación de su campaña. ¿Tiene pruebas al respecto?
R. Tengo una grabación que le he aportado a la junta y hasta ahora silencio. Los propios colaboradores de Ochoa les explicaban a los abogados que iban allí para qué querían sus DNI. Era para que pudieran luego pedir ellos el certificado censal a la dirección del señor Ochoa y el señor Ochoa, con ese certificado censal, solo tiene que coger un sobre, meter el voto de su candidatura y meter ambas cosas, el certificado censal y el sobre de su candidatura, en otro sobre, remitirlo por correo certificado al colegio y voto captado. Tengo también recurrida la doble condición de candidatos y de miembros de la junta. Si se anulan estas elecciones yo no sería el culpable. Tú imagínate que votamos el día 20 y que luego viene una resolución judicial que dice que el proceso estaba viciado. ¿Quién será el responsable?
R. ¿Qué opina del resto de candidatas: Begoña Trigo, Beatriz Saura y Ángeles Chinarro?
R. Me merecen todo mi respeto. No he tratado con ellas más que en esta campaña y cada una de ellas tiene su motivación para concurrir. Si yo gano creo que el esfuerzo que han hecho todos mis contrincantes se merece algo más que el ostracismo. Si gano, todas aquellas propuestas del resto de candidaturas que pueden mejorar la condición de la abogacía, procuraré ejecutarlas como si mías fueran. No los ignoraré e, incluso, pienso en encontrar la forma de darles estatus.
R. ¿Le suscitan la misma inquietud las seis candidaturas?
R. Hay gente que, en esta carrera final, sale con mucha ventaja. Hay gente que viene preparando esta campaña desde hace bastantes meses. Eso no puede decirse de nosotros, quienes nos juntamos entre el día 20 y el día 26 de octubre. Hemos hecho esta candidatura en ese tiempo récord y arrastramos toda la desventaja que pueda caber en relación con los demás. ¿Puedo perder? Claro que sí. Si gano yo, los demás algo también ganarán. Si ganan otros, los demás vamos a pasar al más absoluto ostracismo.
R. De llegar a ser decano, ¿apoyaría a Alonso si decide formar parte después del Consejo General de la Abogacía Española (CGAE) presentándose a la elección de consejero?
R. No si Alonso no empezara por cuestionar de raíz la situación actual del CGAE; no empezara por indicar cuál es el peso que cree que debe tener el ICAM en el CGAE y, además de definirlo, explicara por qué no lucho durante su mandato para que lo tuviera.
R. ¿Lo dice porque parece que tienen más peso los colegios periféricos en el CGAE que el propio ICAM, que es el que tiene más colegiados y, por tanto, más aporta?
R. No creo que sea perjudicial para nadie exigir que a cada cual se le valore por lo que realmente vale. Somos el 50% de la abogacía española. Tendrá que haber algún mecanismo, sin detrimento de los demás, que permita que el ICAM tenga el papel que le corresponde.
R. ¿Cuáles son sus principales propuestas de mejora?
R. Mejorar la imagen que la sociedad tiene de los abogados. Dignificar la profesión hacia la sociedad y hacia dentro del mundo jurídico. Hacia la sociedad para que entienda que no hay Estado de Derecho sin abogados y hacia dentro haciendo que los propios abogados ganen en autoestima y que los jueces nos respeten más y mejor. El tratamiento que muchos abogados reciben por parte de algunos miembros de la administración de justicia es vejatorio. Eso lo tiene que resolver un decano que se precie y una junta que se valore con los jueces. El turno de oficio está soportando sobre sus costillas que el Estado saque pecho diciendo que hay justicia gratuita, pero a costa de unos baremos mejorables, dispares y de que la gente no tenga un trato adecuado en las comisarías de Policía. Llevo un inspector de policía en mi candidatura porque quiero que sea él el que ayude a que esas cosas funcionen mejor. El colegio hay que gestionarlo. Donde está el secreto de la cuestión es en la credibilidad que cada candidato tenga. Yo estoy donde estoy a pesar de padecer una discapacidad bastante limitadora. Tengo 67 años y un currículum conmigo. He dirigido unas instituciones con casi 50 mil trabajadores y no me ha ido mal. Integré al colectivo de la ONCE en la Seguridad Social y gracias a eso la gente que se jubila ahora tiene unas jubilaciones estupendas. Defiendo una sana gestión del colegio.
R. ¿Qué le parece que la institución haya pasado de ser Colegio de Abogados de Madrid a Colegio de la Abogacía para ser “más inclusivo”, como justificó este año?
R. Me parece bien, pero en el lenguaje inclusivo soy un verso suelto. Que me llamen discapacitado, minusválido… A la gente le enseño a hablar con naturalidad de la ceguera. A mí me da igual si en un contexto en concreto, el que sea, se emplee el femenino para referirse a mí. No lo discuto, pero me aburre mucho perder tiempo en eso.
R. ¿Cómo está financiando su campaña? ¿Cuenta con el apoyo de alguna empresa?
R. Ninguna. No quiero hipotecas
R. ¿Tiene una aproximación del importe al que finalmente ascenderá?
R. De momento vamos por 1.500 euros aproximadamente.
R. ¿Le parece excesiva la cuota que la Comisión Permanente del CGAE le ha propuesto subir al Pleno, por importe de 1,5 euros anuales?
R. No. Primero lo que quiero es discutir en qué se gasta el CGAE el dinero que ingresa y en si existen posibilidades de que gaste menos y lo gaste mejor. Si es para enjugar déficits de gestión, que respondan quienes lo hayan provocado
R. Este verano ha saltado la polémica por la presunta opacidad en la gestión y las cuentas del CGAE: funcionamiento de comisiones y subcomisiones, dietas y viajes. ¿Confía en la institución?
R. No
R. ¿Entonces no respalda a la presidenta del CGAE, Victoria Ortega?
R. No

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