La respuesta empresarial al cambio climático
La mayor presión recae sobre las petroleras y gasistas, ya que producen más de la mitad de las emisiones globales Las medidas incluyen inversiones en energías renovables, tecnología o captura del dióxido de carbono
Las empresas están bajo una creciente presión, después de la publicación en octubre del informe del grupo de expertos de la ONU (IPCC), que avisa de que la temperatura global ha alcanzado un grado centígrado y que existe el riesgo de que se incremente a 1,5 entre 2030 y 2052 de continuar el ritmo actual de emisiones de gases de efecto invernadero, incumpliendo, por tanto, el Acuerdo de París. Los inversores, pero también la UE, los organismos internacionales y los Estados –como el español–, exigen una respuesta urgente contra el cambio climático.
Un “mayor esfuerzo sin precedentes” que se pide, especialmente, a las compañías de petróleo y gas. Su producción y utilización acapara más de la mitad de las emisiones mundiales, unas 17.000 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalentes al año, que están asociadas al consumo de energía, recoge un informe reciente de la organización sin ánimo de lucro Carbon Disclosure Project (CDP).
Las tecnologías bajas en carbono y los cambios regulatorios están trastornando el orden establecido en la industria energética
Luke Fletcher, analista sénior de CDP
El problema no radica tanto en la contaminación directa, sino en la indirecta: el 90% de la huella de carbono proviene del consumidor final, destaca el estudio como elemento clave de mejora de la sostenibilidad de esta industria, dado que la mayoría de las grandes petroleras cotizadas lo excluye de sus análisis ambientales.
“Las tecnologías bajas en carbono y los cambios regulatorios están trastornando el orden establecido en la industria energética. Además, se enfrentan a un creciente escrutinio por parte de los inversores para que miren más allá del ciclo presente y consigan valor añadido a largo plazo”, percibe Luke Fletcher, analista sénior de CDP. Así, en los últimos cinco años, las resoluciones sobre el clima votadas por los accionistas de dicho sector se han duplicado entre 2014 y 2018, indican.
Es el caso de Exxon Mobil y Occidental Petroleum, donde una mayoría de accionistas, incluidos grandes fondos como BlackRock y Vanguard, votó en 2017 en contra de las recomendaciones de la dirección de la empresa y a favor de más divulgación de los riesgos climáticos, cuentan. Unas disposiciones que son tendencia en el sector y ahora también en los Gobiernos. El Ejecutivo socialista, igual que el francés, quiere incluir esta obligación en la futura Ley de Cambio Climático y Transición Energética, de la que ya se tiene un primer borrador.
¿Cómo se adaptan?
El informe de CDP, Más allá del ciclo, que evalúa a las 24 petroleras cotizadas más grandes del mundo, entre ellas Repsol, revela que las empresas europeas lideran, al destinar un 7% de sus ingresos para reducir el CO2, mientras que las de EE UU, China o Rusia van rezagadas, con apenas el 1,3%.
“Desde 2010 se han invertido 22.000 millones de dólares (unos 19.400 millones de euros) en energías alternativas y desde principios de 2016 se han suscrito 148 acuerdos de energías alternativas y de captura, utilización y almacenaje de dióxido de carbono”, precisa el estudio. Aunque el organismo de investigación ambiental cree que el gasto es aún escaso.
Repsol comienza a diversificar su negocio e invertirá 2.500 millones en activos bajos en carbono entre 2018 y 2020
En cuanto a Repsol, resaltan que “es una de las cinco empresas que apoya oficialmente al grupo de trabajo para las declaraciones financieras relacionadas con el clima (TCFD), es una de las únicas tres compañías con un objetivo de reducción de emisiones del 40% en 2040, directas e indirectas, y es socia de numerosas iniciativas, como la Oil and Gas Climate Iniciative (OGCI), donde, junto a otras 12 compañías del sector, aplica las mejores prácticas y experiencias contra el cambio climático”.
Este grupo, la OGCI, que cuenta con un fondo de 1.000 millones de dólares (unos 880 millones de euros) para desplegar y desarrollar tecnologías de bajas emisiones en diez años, acaba de fijarse el primer objetivo colectivo respecto al metano: reducir una quinta parte de la media colectiva del intensidad de emisiones en las operaciones de exploración y producción de petróleo y gas a 2025, concretan desde Repsol.
Además, entre 2018-2020, la petrolera contempla invertir 2.500 millones en negocios bajos en carbono para conquistar a 2,5 millones de clientes minoristas de gas y electricidad en España a 2025, lo que supone una cuota de mercado superior al 5% y una capacidad de generación de 4.500 megavatios de bajas emisiones. Un cambio de estrategia visible tras la reciente compra de activos en compañías hidroeléctricas, gas y solares (Viesgo, Valdesolar Hive, Solaria).
Y, en su “fuerte apuesta por la innovación”, se asocia con el gigante Google para incorporar soluciones digitales en sus operaciones”, añaden. No obstante, pese a ocupar “un lugar destacado en investigación”, CDP cree que se queda atrás en tecnologías limpias frente a sus competidores.
Balance español positivo
Fuera del petróleo y el gas, “la actuación de las empresas españolas es relativamente positiva”, valoran en CDP. En 2017, diez –Acciona, REE, Bankia, CaixaBank, Mapfre, Ferrovial, Grupo Logista, IAG, OHL y Telefónica– obtuvieron la máxima puntuación en el Climate A list que elabora la entidad por sus esfuerzos contra el cambio climático, más que en Francia y Alemania.
El 92% de las compañías que reportan al CDP tiene objetivos de reducción de emisiones y cinco (Acciona, Ferrovial, REE, Skunkfunk y Telefónica) se han fijado estas metas basadas en la ciencia para no superar el límite de los dos grados; otras 12 lo harán en breve.
Para Acciona, la mitigación del cambio climático es estratégica. La finalidad de ser una empresa neutra en carbono, dentro de su plan de sostenibilidad a 2020, la ha conseguido hace dos años, aseguran, debido a las medidas de eficiencia energética y a la compensación de emisiones mediante la compra de derechos de CO2 de instalaciones renovables en países en desarrollo.
Situación actual de la RSC
Tendencias. La movilidad sostenible, las gestión de la diversidad o la ciberseguridad son temas que cobran relevancia, según el estudio bienal Estado de la responsabilidad corporativa de la gran empresa en España, publicado este año y elaborado por el Club de la Excelencia en Sostenibilidad, con el apoyo del Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, y la participación de 112 empresas, 24 de ellas del Ibex.
Gestión. El 98% de las compañías tiene políticas de RSC, recoge el estudio, vinculadas a los empleados, el medio ambiente y a cuestiones sociales. Cada vez más empresas incorporan sistemas de riesgos y de vigilancia y cumplimiento de la ética, compliance (contra la corrupción y prevención de delitos penales) y el gobierno corporativo.
Medio ambiente. El 76% de las compañías cuenta con una estrategia de reducción y compensación de emisiones de gases de efecto invernadero y de lucha contra el cambio climático. Exigencias que se trasladan también a los proveedores.
Desarrollo sostenible. Los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) ganan, igualmente, terreno y se integran en las estrategias de RSC de las empresas líderes.
Dimensión social. El 99% de las empresas consultadas realiza acción social. El 79% lo hace guiada por un plan estratégico y casi la mitad mide los objetivos con una metodología específica.
Gracias a la generación 100% limpia, la firma que dirige la familia Entrecanales ha evitado la emisión de 14,4 millones de toneladas de carbono, calculan. Y en 2017, el 34% de las ventas globales y el 67% de su ebitda derivaron de negocios de energías verdes, agua, etcétera.
Iberia, del grupo IAG, se ha centrado en la renovación de su flota de aviones, los A330/300, A330/200 y A350/900, para un total de 20 nuevos bimotores más modernos, eficientes y que consumen menos combustibles: el ahorro es del 15% respecto a los anteriores, el A340-300, que ya ha dejado de operar.
En 2021 incorporarán otros 14 del A350/900 y 18 del A320neo, sumado a otras disposiciones operativas y de gestión, como el proyecto Zero cabin waste, con Ecoembes, Ferrovial, Gate Gourmet y ESCI-UPF, que busca recuperar el 80% de los residuos generados en los vuelos de corto y medio radio.
Pese a los avances, CDP reclama planes más ambiciosos y más compromisos basados en la ciencia.
Las que están en el camino (o ya son) 100% verdes
Más allá de las exigencias medioambientales, las grandes corporaciones se han dado cuenta de que luchar contra el cambio climático genera beneficios tangibles (nuevos negocios, acceso a licitaciones y evita pérdidas por daños climáticos) e intangibles (mejora la reputación empresarial).
Por eso muchas, incluso de actividades menos contaminantes, se han propuesto ser carbono neutro y operar con energía 100% renovable. Y hoy forman parte de la iniciativa global RE100, que agrupa ya a más de 150 multinacionales.
Por ejemplo, Telefónica, que se propone alcanzar esta meta en 2030. De hecho, el 50% de la electricidad que consume proviene ya de fuentes limpias, tras la instalación de paneles solares y la suscripción de acuerdos bilaterales (PPA) con generadores para la compra directa de energía. España, Reino Unido y Alemania han conseguido esta meta y se espera que la filial de Brasil lo obtenga este mes.
En 2017, la teleco logró reducir también, con dos años de antelación, un 52% el consumo de energía por unidad de tráfico. Mientras que en 2020 quiere desligar el crecimiento del negocio de las emisiones de CO2, con una bajada del 30% en dicho año y del 50% en 2030, y ahorrar 90 millones de euros gracias a proyectos de eficiencia.
“La transición de Telefónica hacia la descarbonización es un hecho. Estamos creciendo a la vez que controlamos nuestro consumo de energía y usamos renovables. Con ello no solo reducimos nuestros costes de operación, sino también ofrecemos a nuestros clientes una red más verde para frenar juntos el cambio climático”, ha expresado Enrique Blanco, director global de sistemas y redes en la empresa. Dado su cumplimiento anticipado, el grupo revisará sus objetivos en 2019 para fijarse otros más ambiciosos.
CaixaBank, la primera empresa española adherida a esta red, acaba de cumplir su meta de carbono neutro, tal y como se lo había propuesto. Esta estrategia ha supuesto la disminución del 69% de las emisiones desde 2009 mediante la compra de energía de origen renovable y la disminución del consumo eléctrico y de papel, informan desde la compañía.
“Las 34.778 toneladas de C02 generadas como consecuencia de nuestra actividad se han compensado a través de la instalación de 20 aerogeneradores en un parque eólico de Tamil Nadu (India) y la reforestación de una zona de 11 hectáreas incendiada en Montserrat (Barcelona), donde se han plantado 4.500 árboles autóctonos. Esta acción absorberá 812 toneladas de CO2 en 40 años”, detallan.
El banco trabaja ahora en el diseño en un plan ambiental para 2019-2021, tras haber logrado que el 100% de la contratación de energía sea renovable. “CaixaBank se ha convertido en el primer banco del Ibex 35 y uno de los pocos de Europa en conseguir neutralizar totalmente su huella de carbono, incluidas las emisiones indirectas”, resaltan.
Bankia, también miembro de la RE100, ha logrado ser 100% verde en 2013.
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