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El registro de la huella de carbono: hoy voluntario, mañana obligatorio

En cuatro años, las empresas inscritas han pasado de 62 a 579 Los sellos verdes que se obtienen puntúan a favor en ciertas licitaciones

Getty Images

Es muy difícil para una empresa combatir el cambio climático si desconoce en qué medida es responsable del fenómeno. A inicios de este siglo, los científicos idearon diferentes métodos para medir la contaminación de individuos, organizaciones y poblaciones enteras. El resultado del cálculo se conoce como huella de carbono y cuantifica todas las emisiones de gases de efecto invernadero liberadas como consecuencia de una actividad.

Los países han dado legitimidad a este concepto con la creación de registros donde las empresas pueden inscribir sus huellas y obtener sellos oficiales que dan constancia de ello. España lo hizo en mayo de 2014 con la apertura de una oficina en el Ministerio de Medio Ambiente. El primer año de funcionamiento se registraron 77 huellas de 62 organizaciones, teniendo en cuenta que una misma empresa puede inscribir el impacto de distintos años.

A marzo de este año hay 1.124 de 579 compañías. “Hay un ligero repunte, pero todavía está lejos de lo deseable dentro de una estrategia nacional que ayude a consumidores a conocer qué productos y servicios contaminan más o menos”, afirma Darío Pérez, director de desarrollo de la consultora Creara.

Las empresas pueden calcular tres tipos de emisiones según su alcance: directas (procesos de combustión y flota de vehículos propios), indirectas (consumo de electricidad) y las generadas por sus proveedores. Pérez señala que todo el proceso puede tomar una media de entre dos y tres meses, si bien dependerá del alcance del cálculo, la complejidad de la empresa y la disponibilidad de información. A Endesa, por ejemplo, le toma 10 meses cada informe anual.

El cálculo de las emisiones puede tomar de dos a diez meses, dependiendo del alcance y la complejidad de la actividad

“Es un ejercicio muy sano porque te permite entender dónde están tus focos de emisión y tomar medidas para gestionarlo. Una vez que entras en la rueda, es recomendable que no la abandones”, comenta Nerea de la Corte, responsable de gestión ambiental de la eléctrica.

Manuel Romero Rincón, cofundador de Etres Consultores, recuerda que la obtención de los sellos no solo demuestra el compromiso de la empresa con el medio ambiente, sino que también la beneficia con puntos adicionales en algunos concursos públicos.

Recientemente, durante la presentación de una guía para la gestión de CO2 elaborada por Endesa y el Club de Excelencia en Sostenibilidad, Valvanera Ulargui, directora de la Oficina Española de Cambio Climático, aclaró que “el registro es ahora voluntario, pero al cabo de unos años será de obligado cumplimiento”.

Pérez está de acuerdo, si bien teme que la medida provoque en las consultoras una caída de los precios y la calidad de los informes, tal y como ha ocurrido con las auditorías energéticas tras la publicación del real decreto 56 de 2016.

Romero preferiría que se llegase a ese extremo solo si no se consigue concienciar a las empresas a través de otros mecanismos, algo en lo que coincide De la Corte: “Establecerlo como requisito para acceder a licitaciones o subvenciones es más efectivo. Solo llegas al convencimiento si entiendes el porqué”.

Bosque La Atalaya, que Endesa ha reforestado en la Comunidad de Madrid y ha registrado como sumidero para obtener el sello Compensa.
Bosque La Atalaya, que Endesa ha reforestado en la Comunidad de Madrid y ha registrado como sumidero para obtener el sello Compensa.

Entre 5.000 y 15.000 euros de coste

Inversión. De acuerdo con Creara, el coste de un proyecto de medición de huella de carbono varía mucho en función de su alcance y el tamaño de la organización, pero por lo general se mueve entre los 5.000 y 15.000 euros.

Inscritas. Entre las 579 empresas listadas en el registro destacan Abertis, Bankia, CaixaBank, Cepsa, Enagás, Elecnor, FCC, Ferrovial, Gas Natural, Indra, OHL y Telefónica.

Sellos. Existen tres que se otorgan dependiendo de si la empresa ha calculado, reducido o compensado su huella. Endesa, por ejemplo, tiene los dos primeros y ha reforestado el bosque La Atalaya, en Valdemaqueda (Comunidad de Madrid), para obtener el tercero.

Acciona. El cálculo de alcance más difícil es el que comprende a la cadena de suministro. Acciona lo hizo. El grupo ha medido las emisiones de sus 28.000 proveedores e identificado a los 500 que generan el 70% del CO2 para tomar medidas conjuntas.

Saint-Gobain. El grupo ha puesto en marcha el programa de I+D Mejora de nuestra huella de CO2 para reducir sus gases de efecto invernadero y está midiendo el coste interno de sus emisiones a fin de acelerar su transición hacia tecnologías más limpias.

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