Robert Lind: “Si hay elecciones en Reino Unido, se ampliarán los plazos del Brexit”
No considera posible una ruptura ‘dura’ de las relaciones entre Londres y Bruselas A pesar de la ralentización del crecimiento económico en Europa, no augura una nueva recesión
El plazo para que Reino Unido y la Unión Europea lleguen a un acuerdo para el Brexit se va acabando. La semana pasada Theresa May y Bruselas alcanzaron un principio de acuerdo, que logró el visto bueno de su Gabinete, pero que se ha encontrado con el rechazo de su propio partido y de la oposición. Pese a las turbulencias, May, por el momento se mantiene aferrada a Downing Street. No obstante, Robert Lind, economista jefe para Europa de Capital Group –una de las gestoras de fondos más expuestas al Ibex, a través de su filial Capital Research and Management Company (CRMC), con presencia en Banco Santander, Bankia, Naturgy, IAG, Red Eléctrica, Grifols, Iberdrola y Amadeus– no se plantea la posibilidad de un Brexit duro. Además, el británico considera que a mediados de 2019, este y otros problemas que se ciernen sobre Europa habrán comenzado a resolverse.
- R. ¿Serán capaces la UE y Reino Unido de llegar a un acuerdo antes de marzo de 2019?
- R. Teniendo en cuenta los últimos acontecimientos, es muy difícil predecir lo que va a ocurrir en Reino Unido. Afrontamos una situación política muy incierta y es complicado saber cómo saldremos de ella. Si tuviera que apostar, diría que veremos algún tipo de acuerdo. No obstante, aunque el divorcio se produzca en marzo, Londres seguirá atado a la UE durante un periodo indeterminado y esto es lo que más les está costando asumir a los políticos británicos.
También podríamos ver turbulencias políticas en Reino Unido, con un cambio de Gobierno, una circunstancia en la que no sé qué pasará. Lo que sí aseguraría es que no creo que ni Reino Unido ni la UE prefieran que no haya acuerdo. En el caso de que se llegue a una de estas situaciones, habrá algún intento por parar el reloj y paralizar la aplicación del artículo 50 [del Tratado de Lisboa] temporalmente.
- R. ¿Considera probable la opción de que se convoquen elecciones en Reino Unido?
- R. No soy capaz de recordar un momento en Reino Unido en el que haya habido tanta incertidumbre política. El principal problema es que ninguno de los actores sabe qué es lo que están intentando lograr. Cuando se votó el Brexit, no se planteó cómo podría ser abandonar los lazos económicos y políticos. Lo más irónico es que hay una unidad cada vez mayor entre las dos alas del espectro político –los que votaron a favor y en contra del Brexit–, pues ambos lados piensan que es un mal acuerdo, lo que significa que va a ser difícil que el pacto salga adelante en su forma actual.
- R. La provocación del Gobierno de Italia a Bruselas con unos presupuestos que no cumplen las exigencias comunitarias también está generando inestabilidad en la zona euro. ¿Hasta dónde llegará el pulso?
- R. En los últimos meses ya hemos visto señales de conciliación. Cuando prepararon el presupuesto, estaban dispuestos a mantener el déficit alto en los próximos años, pero aceptaron reducirlo en 2020 y 2021. También están cada vez menos atados a ciertos elementos de las cuentas públicas, como la reforma de las pensiones o la renta universal. Todo ello está influido por la dinámica política: la Liga tiene objetivos diferentes a los de 5 Estrellas, lo que va a hacer que el Gobierno sea cada vez más inestable y la Comisión Europea mantenga su posición dura para forzar un compromiso en los próximos seis meses.
- R. ¿Acabarán convocándose nuevos comicios en Italia?
- R. Teniendo en cuenta lo frecuentemente que se celebran, no me sorprendería. Al estar aumentando su popularidad, Matteo Salvini seguramente crea que unas elecciones serían buenas porque podría aumentar su número de diputados y conseguir una coalición con Forza Italia. Así que hay muchas posibilidades de que haya elecciones el año que viene, lo que podría ayudar a aclarar algunas de las incertidumbres políticas.
- R. ¿Podría contagiarse España de la situación italiana?
- R. Si las cosas fueran muy mal e Italia no se comprometiera y estuviera dispuesta a forzar la situación, no es imposible que empiece a verse un contagio en el resto de Europa. Pero creo que los políticos europeos quieren que la situación de Italia se vea como un problema específico del país, sin implicaciones para España, Portugal, Grecia o Irlanda.
- R. Esta inestabilidad ha hecho que el euro se debilite frente al dólar, ¿cuándo cambiará la tendencia?
- R. Las monedas son un reflejo de la percepción relativa del riesgo y, teniendo en cuenta estos problemas, así como la incertidumbre sobre quién reemplazará a Angela Merkel al frente de su partido o el programa de reformas de Emmanuel Macron, complican una recuperación significativa del euro. Tendremos otros tres o seis meses de incertidumbre política pero, con suerte, a mitad de 2019, se habrán resuelto algunas de estas cuestiones y comenzará a fortalecerse ligeramente. No obstante, soy muy cuidadoso anticipando un euro muy fuerte porque muchas de las cosas que han pasado en Europa durante los últimos años han sido resultado de una moneda débil que ha ayudado a las compañías a exportar.
- R. El crecimiento de la economía europea se está ralentizando, ¿se acerca una nueva recesión?
- R. Estaría muy sorprendido si viéramos otra recesión. Hemos tenido un año muy decepcionante, reflejo de factores como la ralentización en China, la nueva normativa de emisiones y los efectos que ha tenido en la industria automovilística alemana e italiana, y los altos precios del petróleo.
Tengo la esperanza de que 2019 sea más estable. No creo que haya un crecimiento espectacular como el de 2017, pero Europa debería ser capaz de crecer a un ritmo sólido.
- R. ¿Considera que pese a la desaceleración el Banco Central Europeo mantendrá el calendario de normalización monetaria?
- R. El BCE tiene que tener mucho cuidado con cómo gestiona su política y de hecho, creo que Mario Draghi es muy consciente de la necesidad de no repetir los errores de 2009 y 2011, cuando subió los tipos y luego tuvo que dar marcha atrás. Es inevitable que veamos el fin del Quantitative Easing a finales de este año pero queda abierta la cuestión de cuándo veremos una subida de los tipos de interés. Probablemente será a finales de 2019.
Sabemos que hay miembros del organismo que preferirían hacerlo antes y países como Alemania u Holanda serían partidarios de ello. Sin embargo, el hecho de que estas economías, principalmente la alemana, hayan sido las que más han sufrido este año, ha ayudado a acabar con esta urgencia.
- R. Además de la inestabilidad política en el seno del Viejo Continente, la economía también se ve amenazada por la tensión comercial entre Estados Unidos y China. ¿Cree que llegarán a un acuerdo antes de final de año?
- R. La Administración Trump piensa que las relaciones con China tienen que reajustarse pues considera que no han beneficiado al país. Pero no es solo el Gobierno de Trump, sino todos los políticos estadounidenses los que opinan así. Tendremos que lidiar con esta cuestión durante un tiempo pues ambos países están reajustando sus relaciones y no ocurrirá de la noche a la mañana. Por el momento, es posible que veamos una especie de acuerdo en el corto plazo para evitar que el problema siga creciendo.