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Breakingviews
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los mercados envían un mensaje arriesgado

Su relativamente moderada reacción puede explicarse, pero da un incentivo a Trump para seguir con su política

Política migratoria Trump
Marines estadounidenses en la frontera con México, en San Diego, el 31 de enero.Jae C. Hong (AP)

Los mercados no parecen estar asumiendo una guerra comercial global prolongada. El riesgo es que Trump se envalentone.

Los aranceles no son inesperados, pero golpear de inmediato a México y Canadá con un 25% es un golpe para aquellos que esperaban un enfoque gradual. Su escala es unas cinco veces mayor que todas las acciones comerciales tomadas por Trump en su primer mandato, según Deutsche Bank. Para los activos más expuestos, las medidas han sido contundentes: el peso mexicano alcanzó ayer su nivel más bajo frente al dólar en casi tres años. La noticia implica además que Trump podría respaldar sus agresivas palabras sobre Europa y China.

Pero, aunque las acciones han caído, los inversores aún no dan por sentada una guerra comercial duradera. En Barclays esperan que la última disputa pueda restar casi un 3% a los beneficios por acción entre los valores del S&P 500, incluso antes de tener en cuenta los efectos de nuevas batallas arancelarias con Bruselas y Pekín.

Es cierto que algunas acciones europeas cayeron mucho más que el 1,3% del Stoxx 600: Stellantis, más de un 6%. Pero es menos que el 12% de impacto potencial en las ganancias de la primera ola de aranceles estimado por RBC.

Los mercados de bonos también están empezando a comprender lo que podría venir. Es cierto que los retornos de la deuda de EE UU a corto plazo crecieron, lo que indica que los aranceles elevarán la inflación, y eso dificultará que la Fed recorte los tipos. Pero, con un 4,26%, los retornos de los bonos a dos años siguen siendo inferiores a hace una semana, lo que difícilmente implica un aumento repentino de los tipos o el fin del ciclo de recortes.

La reacción relativamente moderada del mercado puede explicarse. Las empresas pueden encontrar formas de compensar el daño: podrían subir los precios o trasladar la producción a EE UU. Y Trump puede tener difícil aplicar aranceles igual de altos a todos sus grandes socios a la vez, lo que sugiere una serie de disputas prolongadas en vez de una guerra global. Sobre todo, es posible que la oleada no dure: Trump puede usarlos para negociar una victoria rápida ante Canadá y México.

La desventaja es que el incentivo de Trump para llegar a un acuerdo probablemente dependa de su umbral de tolerancia. Si las acciones nacionales sufren, perjudicando la confianza de los consumidores, o si los mercados de bonos amenazan con dejar de financiar sus planes, tendrá que dar marcha atrás. Parece improbable. El fin de la guerra puede requerir que los mercados se alteren mucho más.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías


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