_
_
_
_

El “drill, baby, drill” de Trump se topa con la realidad: EE UU no puede extraer mucho más petróleo si el precio baja

Los expertos advierten de que el sector no contempla un impulso a la producción pese a los mensajes de Trump. El país ya es el primer productor del mundo, pero los yacimientos de ‘fracking’ pierden rentabilidad por debajo de los 70 dólares

Instalación de perforación hidráulica en Dakota del Norte ( EE UU).
Instalación de perforación hidráulica en Dakota del Norte ( EE UU).Richard Hamilton Smith (Getty Images)
Nuria Salobral

Donald Trump ha empezado a lo grande en materia energética en su llegada a la Casa Blanca. El mantra “drill, baby, drill” (que se podría traducir como “perfora, nena, perfora”) fue uno de sus lemas de campaña y lo puso en marcha nada más empezar su segundo mandato. En su primer día declaró la emergencia energética en el país, dirigida a poner la alfombra roja a la industria para producir más petróleo. Prometió en su investidura “bajar los precio del crudo, volver a llenar nuestras reservas estratégicas hasta el tope y exportar energía estadounidense a todo el mundo”. Pero, como tantas otras medidas anunciadas de forma solemne por el empresario republicano, ese impulso a la producción petrolera se topa con una realidad no tan favorable a sus planes.

A mayor producción, más presión para que el precio del petróleo siga a la baja en un contexto con numerosos elementos que ya empujan para su descenso. Y con un petróleo más barato, es también menor el incentivo de las petroleras estadounidenses para producir más, en un mercado en el que la nueva extracción de crudo necesita precios altos para ser verdaderamente rentable. Además, los aranceles que ha anunciado sobre Canadá, que se limitan al 10% para el petróleo, juegan en el sentido contrario al abaratamiento del crudo que Trump pretende: EE UU compra a su vecino del norte más de la mitad de sus importaciones de crudo y las tasas a esa importación tendrán un efecto directo al alza en la gasolina que se consume en el Medio Oeste estadounidense.

Más allá de las importaciones de crudo, Estados Unidos se ha convertido en la primera potencia petrolera del mundo sin discusión, un liderazgo al que ha llegado a raíz de la guerra de Ucrania. La grave crisis energética desatada con la invasión rusa precipitó que EE UU impulsara sus recursos naturales y hoy tiene una cuota de mercado del 16,1% en la producción petrolera mundial, por delante de Rusia y Arabia Saudí. La actividad extractora de crudo de EE UU ya registró un fuerte impulso con la administración Biden, aprovechando además un entorno de precios más elevados que en el actualidad, y los expertos dudan de que vaya a ir mucho más allá, incluso a pesar de los estímulos de Trump. “En EE UU es el nivel de precios el que marca la producción petrolera y los precios que se esperan no dan de sí para producir más. El país ya es dominante en producción energética. Y en el mercado petrolero ya hay superávit, no necesita más. El esfuerzo inversor no está ahora en el petróleo, está en la inteligencia artificial”, explica Francisco Blanch, jefe global de materias primas de Bank of America.

La previsión de la entidad es que EE UU elevará ligeramente su producción de petróleo este año, desde los 13,5 millones de barriles diarios actuales a los 13,7 millones a fin de año. No deja de ser un incremento que consolidará a EE UU como potencia petrolera, aunque no un alza en la producción comparable a la de años atrás. Así, la declaración de emergencia energética supone la concesión de permisos y la anulación de prohibiciones y limitaciones a la exploración tanto en territorios federales en tierra como en alta mar. En una vuelta de tuerca a la desregulación, se volverá a autorizar la extracción de hidrocarburos en zonas hasta ahora protegidas de Alaska. Trump ya volvió a dar permiso en su primer mandato para la perforación en alta mar, una medida que fue seguida de forma completamente residual por la industria, según recuerda Beatriz Villafranca, economista de CaixaBank Research. “El contexto para producir más petróleo en EE UU es favorable, pero las petroleras son más reticentes que en el pasado a invertir. En los últimos años no han dedicado recursos a procesos de perforación más eficientes, sino a retribuir al accionista con programas de recompra y dividendos”, explica la experta.

En este sentido, el nivel del precio del crudo es aún más determinante si cabe para la rentabilidad de la industria estadounidense, que se ha volcado en la técnica del fracking o fracturación hidráulica, mucho más costosa y a la que un descenso adicional de los precios se le puede volver en contra. Según explican en BBVA Research, para estos pozos de esquisto las referencias de coste de extracción apuntan a los 54 dólares el barril. “Sin embargo, este mercado en particular ha venido manejando expectativas de rentabilidad y retorno mínimas más elevadas, en las que varios proyectos comienzan a reducir su actividad cuando los precios caen debajo de los 70 dólares el barril”, señalan Marco Antonio Lara y Alejandro Reyes, economistas del banco. Desde Bank of America, Blanch añade que los 65 dólares el barril west texas es el nivel a partir del que la extracción petrolera de EE UU comenzaría a perder rentabilidad. En la actualidad, el west texas cotiza en los 72,9 dólares y el brent, en los 75,7 dólares el barril.

El presidente de EE UU, Donald Trump, en unas instalaciones petroleras en Texas en 2020
El presidente de EE UU, Donald Trump, en unas instalaciones petroleras en Texas en 2020Carlos Barria (REUTERS)

Para Pilar Aranda, analista de Bankinter, un buen termómetro de la escasa expectativa de la industria petrolera por producir más es la cotización reciente de las grandes compañías de infraestructuras petrolíferas de EE UU, como Schlumberger, Halliburton o Baker Huges. Sus acciones descienden tras la toma de posesión de Trump. En concreto, los títulos de Halliburton retroceden el 4,9% este año, un descenso que se explica sobre todo por la decepción que causaron los resultados del cuarto trimestre de 2024. Los ingresos fueron inferiores a lo esperado y la empresa avanzó que espera una moderación de la actividad en Estados Unidos.

“Las empresas prevén un cierto repunte de la actividad de perforación en los próximos seis meses, pero todavía no esperan aumentos significativos de la producción. Los precios necesarios para un aumento sustancial de la perforación siguen siendo superiores a sus expectativas de precios a largo plazo”, concluye en un reciente informe la Reserva Federal de Kansas.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.
Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

_
_