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La carga financiera de las empresas del Ibex se dispara un 32% en dos años

Las grandes cotizadas reducen al 6% el alza de la deuda entre 2022 y 2024 y limitan el impacto de las subidas de tipos. Acciona y su filial de renovables, las más afectadas

Palacio de la Bolsa de Madrid. EFE
Palacio de la Bolsa de Madrid. EFEAltea Tejido (EFE)
Gema Escribano

La subida acelerada de los tipos puso fin a la edad dorada en la que las empresas podían pedir dinero prestado a intereses cada vez más baratos. A medida que el Banco Central Europeo subía los tipos del 0% al 4% para contener el alza de los precios, las subidas se han trasladado al coste de financiación de familias, empresas y gobiernos. Las grandes cotizadas del Ibex venían, en todo caso, con la lección aprendida de la gran crisis financiera: entraron en el ciclo de tipos altos con menos deuda, han podido gestionar vencimientos sin apuros y, sobre todo, no se han visto salpicadas por las dudas sobre la deuda soberana. De este modo, entre 2022 y 2024 la deuda de las sociedades no financieras del Ibex ha aumentado menos que la inflación, y el impacto de la subida de los tipos sobre los resultados ha sido significativo, pero manejable. Con un endeudamiento de 157.648 millones a cierre de 2024, un 6% más que en 2022, el pago de intereses por parte de las empresas del Ibex se ha incrementado un 31,9%, hasta los 5.491 millones a cierre del pasado ejercicio. Durante este periodo tipo medio de las cotizadas ha pasado del 2,79% al 3,48%, un alza inferior a los 75 puntos básicos y muy por debajo de la subida de los tipos de referencia (hasta 450 puntos).

Los recortes efectuados por el BCE desde el año pasado (150 puntos hasta el momento) aún no ha tenido su reflejo en el coste de deuda. El efecto tardará en llegar a porque, a diferencia del Tesoro, los programas de financiación corporativa son más modestos, y la mayor parte de las emisiones de deuda efectuadas en 2024 tuvieron lugar en la primera mitad del año. Además, los elevados colchones de liquidez construidos durante la pandemia y los ajustados planes de inversión se han traducido en menores necesidades de financiación: las empresas aprovecharon los tipos cero para alargar la vida media de la cartera de deuda y reducir el riesgo de refinanciación. De hecho, en 2023 (cuando los tipos tocaron máximos) las emisiones corporativas se mantuvieron bajo mínimos. El mejor ejemplo de esta corriente es Telefónica, que a cierre de 2024 contaban con una vida media de 11,3 años, superior incluso a los cerca de 8 del Tesoro. Asimismo algunas de ellas, como la propia Telefónica, han acelerado la venta de activos no estratégicos como vía para prevenir problemas.

El coste de la deuda para las empresas del Ibex

El resultado es que, cuando el mercado atisba ya el final de los recortes de tipos, las grandes cotizadas españolas tienen ahora una mayor capacidad de pago de sus deudas que hace dos años. Frente al 6% que ha subido la deuda y el 32% que ha aumentado el pago de intereses, los beneficios de las empresas del Ibex excluyendo bancos y aseguradoras creció el 41,9% el pasado ejercicio. La ratio de deuda sobre ebitda de las cotizadas no financieras se mantiene en unos niveles manejables que incluso en el caso de las compañías más endeudadas como Telefónica e Iberdrola ronda las 2,4 y 3,1 veces. La más ajustadas siguen siendo las socimis para las que este indicador sube a las 13,9 veces en el caso de Colonial y las 8,8 veces para Merlin.

El aumento no ha sido el mismo para todas compañías. Por encima de todas destacan Acciona y su filial de energías limpias, que en los dos últimos ejercicios han triplicado el pago de intereses de la deuda. Las inversiones acometidas por ambas empresas en los últimos años (3.327 millones en 2023 y 2.401 millones en 2024) se han traducido en un notable aumento de la deuda: la matriz contaba a cierre de 2024 con un pasivo de 7.128 millones de euros, un 30% más que en 2022, mientras Acciona Energía lo duplica hasta los 4.076 millones. Para espantar los miedos de una rebaja de la calificación, la filial energética vendió activos por valor de 1.293 millones en la recta final de 2024 y se prevé que la tendencia continúe. Igual de contundente ha sido el aumento del coste de su financiación. El tipo medio de la deuda de la matriz se situaba a cierre de año en el 4,76%, 222 puntos básicos más que en 2022, ejercicio en el que los bancos centrales se enfrascaron en un aumento acelerado de las tasas para devolver la estabilidad a los precios. Como viene siendo lo habitual, el coste de la deuda de Acciona Energía es superior, pero su incremento en los dos últimos años se limita a los 166 puntos básicos. El aumento del pasivo combinado con unos tipos de interés mayores dan como resultado una carga financiera de 339,29 millones para Acciona, un 154% más que en 2022, y de 200,5 millones para su filial, un 204% superior a los 65,88 millones registrados a cierre de 2022. Estos datos ponen de relieve la fuerte dependencia que tienen ambas compañías a las expectativas de rebaja de los tipos. Una situación notoria en las últimas jornadas, en las que las rentabilidades de la deuda han subido con fuerza, donde el grupo Acciona ha sido una de las compañías con peor desempeño. Pero no todo son malas noticias: cerca del 55% de su pasivo está referenciado a tipo fijo y la vida media de la cartera de deuda oscila entre los 4,11 años para Acciona y los 5,28 para la filial de energías. A esto se suma una liquidez conjunta de 11.958 millones, de los cuales 5.499 millones corresponden a efectivo.

Un escalón por debajo se sitúa Endesa, que en los dos últimos años ha disparado un 120% su carga financiera, hasta los 334,8 millones. Este aumento se explica sobre todo por el alza del coste de financiación. Mientras que su deuda se ha reducido un 14% en los dos últimos ejercicios, hasta los 9.300 millones, el tipo de interés medio abonado ha pasado del 1,4% a cierre de 2022 al 3,6% actual. La caída del pasivo se explica por la solidez del flujo de caja y los ingresos obtenidos por la venta de la participación minoritaria en una cartera de plantas solares. La combinación de estos dos elementos le han generado unos ingresos de 4.400 millones, importe que supera a los 3.300 millones destinados en inversiones y el pago de dividendos.

Muy próximo a la eléctrica se sitúa Aena. Cinco años después de que la crisis del Covid golpeara con fuerza las cuentas del gestor aeroportuario, la empresa que preside Maurici Lucena ha exhibido músculo en sus resultados anuales y ha dado a conocer un dividendo récord. Mientras la compañía ha acelerado la reducción de la deuda hasta los 5.498 millones, un 11,6% menos que en 2023, su coste ha subido al 2,54%, superior al 1,04% de cierre de 2022 y gran distancia del mínimo histórico del 0,99% registrado en 2021, cuando los tipos de interés continuaban anclados en el 0% y el BCE ayudaba a la economía y las empresas con la compra de deuda. Fruto de este incremento su carga financiera ha pasado de los 64,9 millones a los 139,6 millones actuales. A pesar de ello, Aena cuenta con un balance sólido y la vida media de su cartera de deuda ronda los 6,4 años. El 77% de su pasivo está referenciado a tipos fijo y dispone de una liquidez de 1.821 millones que le permite hacer frente a los vencimientos más inmediatos. Para 2025 entre créditos ICO y otras líneas de préstamos Aena afronta 1.177 millones en vencimientos.

Iberdrola, la firma más endeuda del Ibex, ha logrado mantener a raya el coste de la deuda y anclarlo en el 3,7%, inferior al 3,76% de un año antes, pero superior al 2,99% de 2022. Su mínimo lo registró en 2021 cuando el tipo medio rondaba el 2,89%. Los esfuerzos acometidos para mantener en este nivel el coste de la deuda le han servido para que el incremento de su carga financiera se limitara al 46,4% en los dos últimos años. El repunte del 18% en su pasivo, hasta los 51.700 millones, se explica por la compra de la eléctrica inglesa ENW, la toma de control total de Avangrid y unas inversiones récord de 17.000 millones de euros acometidas durante 2024.

A lo largo del pasado ejercicio, la eléctrica fue además uno de los emisores de deuda más activos. A las siete colocaciones de deuda efectuadas en 2024 en diferentes formatos (deuda sénior, bonos híbridos) y divisas (euros, libras, dólares australianos, francos suizos y libras) se suman el préstamo de 120 millones con el Banco Europeo de Inversiones (BEI), el crédito verde de 300 millones contratado con el Banco Mundial con un préstamo verde de 300 millones para proyectos renovables en países emergentes y el préstamo sindicado verde de 500 millones que cuenta la cobertura de Cesce junto con ICO, Sabadell y HSBC. La eléctrica pone el foco en la deuda sostenible y cuenta con una financiación muy diversificada. La vida media de la cartera de deuda ronda los seis años y dispone de una liquidez que supera los 20.000 millones de euros.

Entre las compañías que han elevado menos de un 10% su carga financiera se encuentran Enagás, Merlin y Sacyr. La venta de Tallgrass ha permitido a la gasista bajar un 28,2% su deuda en 2024, hasta los 2.404 millones. Caída que alcanza el 31% si nos remontamos a 2022. A lo largo del pasado ejercicio el coste de la deuda permaneció anclado en el 2,6%, sin cambios respecto 2023 y esto limita en 84 puntos básicos el incremento del tipo respecto al cierre de 2022 (1,76%). Por su parte, Merlin, una de las cotizadas más sensibles a los cambios de las tasas, contaba a cierre de 2024 con una deuda de 3.347 millones, un 12% menos que dos años antes; con un coste del 2,46%, frente al 1,98% de cierre de 2022. Como en el caso de Colonial, el 100% de la deuda es a tipo fijo y dispone de una vida media de 4,3 años.

El incremento de un 7,13% de la carga financiera de Sacyr (414,8 millones) se explica en gran medida por el aumento del coste de financiación. Aunque su deuda ha bajado un 8% en los dos últimos años (6.891 millones a cierre de 2024), el tipo medio ha pasado del 5,17% al 6,02%, el coste más alto de las firmas del Ibex. Telefónica y Colonial son las dos cotizadas que logran bajar la carga financiera. Con una deuda de 27.161 millones, la teleco ha reducido un 2% su pasivo en los dos últimos ejercicios. Esta mejora se ve acompañada de una mejora del coste de la financiación desde el 3,96% de cierre de 2022 al 3,32% actual, próximo al mínimo de 3,11% de 2020. El 80% de la deuda está a tipo fijo y dispone de un efectivo de 9.900 millones.

Colonial, para la que muchos inversores consideran que el mercado no está poniendo en precio la calidad de sus activos, sigue trabajando para reducir su deuda. A cierre de 2024 se situaba en los 4.465 millones, un 16% menos que dos años antes. El tipo medio de la deuda se mantiene en el 1,7%, una contención que se explica en gran medida por el hecho de que el 100% de la deuda está a tipo fijo. Además, dispone de una vida media de la cartera de deuda de 4,1 millones de euros y de liquidez a través de efectivo y líneas de crédito por valor de 3.113 millones.

Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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