¿Hay techo para el oro? Los analistas lo ven rumbo a los 3.500 dólares por onza
El metal precioso acumula una valorización del 10,4% en el año ante la escalada de las tensiones comerciales


El oro quiere romper la barrera de los 3.000 dólares por onza y hay quienes lo ven ya en los 3.500. Desde que Donald Trump volvió a la presidencia de Estados Unidos, el metal dorado supera en rentabilidad (10,4%) al S&P 500, el EuroStoxx 600 o al rendimiento del bono estadounidense a diez años. Los lingotes se han convertido en el refugio de los inversores ante la incertidumbre económica y geopolítica desatada por la nueva administración republicana. Entre los más optimistas están los analistas de Bank of America, que calculan que podría alcanzar los 3.500 dólares por onza si la demanda aumenta un 10%, algo que consideran “mucho, pero no imposible”. Especialmente porque China ha reactivado la compra de este activo— fue el tercer país que más reservas adquirió en 2024, tras Polonia e India —y permitirá a las aseguradoras invertir en oro, añadiendo 300 toneladas al mercado, un 6,5% del total global. El activo refugio por excelencia cotiza a 2.935 dólares por onza y avanza un 0,8% en la semana.
Alcanzar los 3.000 dólares por onza está ya sobre la mesa de las casas de análisis. Citi e ING prevén que el oro toque ese nivel en un plazo de tres meses. DWS también es optimista en las perspectivas áureas para 2025. “Los bancos centrales seguirán comprándolo, lo que atraerá inversores, muy conscientes de los precios al alza”, aseveran en una nota. Otros factores que respaldan un buen panorama son, según la firma alemana, “la expansión monetaria continua, las preocupaciones sobre los déficits presupuestarios y la tendencia hacia la desdolarización, especialmente en los mercados emergentes”. Además, la cantidad de oro físico en el mundo es limitada y su producción ya alcanzó su máximo hace años, lo que conservaría su valor a largo plazo; a lo que se suma el actual nerviosismo gestado por las políticas económicas y comerciales de Trump.
Desde Bank of America tiran de cautela y vaticinan que “el mercado del oro puede experimentar eventos raros y complejos”. Normalmente, los contratos a futuro de este activo están en contango— lo que significa que los precios futuros son más altos que los precios actuales porque hay suficiente oro disponible —. Sin embargo, en situaciones excepcionales (como durante la Gran Crisis Financiera o la pandemia del Covid), puede ocurrir lo contrario: un backwardation, donde, por la escasez, los precios actuales superan a los futuros; un escenario al que califican de “extraño, pero posible” para el caso del metal dorado.
Eso ya ocurrió: el reciente traslado masivo de oro hacia Nueva York redujo la liquidez de este activo en Londres. La caída en los futuros del oro provocaron un aumento en las tasas de préstamo en la capital inglesa porque los contratos de la Bolsa de Comercio de Chicago (CME) incluyen aranceles, y las preocupaciones sobre estos elevaron los precios de la materia prima. El resultado fue que los precios de los contratos de intercambio físico (EFP) subieron debido a la alta demanda de oro físico. El alza se aceleró aún más por la presión en la parte corta de los futuros, lo que provocó que los inversores, que habían apostado a la baja sobre el precio del oro, tuvieron que aportar nuevas garantías para cubrir sus pérdidas.
Demanda y tenencias
La demanda de oro está al alza. Además de la bien documentada acumulación física en Estados Unidos, las tenencias de fondos cotizados (ETF) que replican el comportamiento del oro (un barómetro clave del sentimiento del mercado) van camino de registrar su séptima semana de ganancias en las últimas ocho. EE UU es el país que más reservas de oro acumula (con poco más 8.000 toneladas), seguido de Alemania, Italia, Francia y China, según el Consejo Mundial del Oro.
China, que posee la quinta mayor reserva de oro del mundo, fue uno de los principales compradores en el cuarto trimestre de 2024, según datos compilados el Consejo. El Banco Popular de China (PBOC) extendió las compras en enero y las continuó, incluso con los precios en máximos históricos, algo que algunos atribuyen a los esfuerzos de China por apuntalar el yuan (afectado por la desaceleración económica y los aranceles de Trump). De ser ese el caso, las nuevas amenazas comerciales desencadenarían más acumulación del metal precioso. La agencia Bloomberg destaca que “la historia muestra que las compras de oro por parte del PBOC suelen ser un impulsor de ganancias”. Desde 2015, las tres veces que el banco central del gigante asiático comenzó a comprar oro, continuó con las adquisiciones durante al menos los siguientes 10 meses. El metal ya ha subido un 14% desde sus mínimos de noviembre, cuando el PBOC reanudó las compras. Pero China no es el único comprador: India y Polonia adquirieron aún más oro en 2024, probablemente para diversificar sus activos en tiempos de incertidumbre económica, lo que sugiere que el aumento de las tenencias de los bancos centrales seguirán siendo un catalizador de los precios.
El oro tiene otros atractivos. Si efectivamente hay burbuja en la inteligencia artificial que estalle ante la creciente competencia, el oro servirá como un escudo, ya que típicamente se correlaciona negativamente con los activos de riesgo cuando aumenta la volatilidad. Y si la narrativa de la excepcionalidad estadounidense se desvanece en medio de una guerra comercial, el oro se verá en mejor posición que el dólar, puesto que el billete verde se verá afectado por un panorama económico menos favorable. El oro se ha considerado un refugio en épocas de inflación o crisis económicas. Cuando los inversores pierden la confianza en los mercados de capitales o se avecinan grandes problemas geopolíticos, la demanda de oro como activo refugio aumenta considerablemente. Según DWS, “el oro ha superado a todas las opciones de inversión comparables en los últimos 50 años”. El metal dorado también es uno de los pocos activos que no es un pasivo de otro participante del mercado, lo que lo hace altamente líquido y fácil de intercambiar por otros bienes en caso de emergencia. En un contexto de cartera, el oro proporciona una diversificación eficaz y puede reducir el riesgo general debido a su baja correlación con otras clases de activos.
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