El oro marca nuevos máximos y apunta a los 3.000 dólares a medida que Trump profundiza en los aranceles
Las tensiones comerciales y las compras de los bancos centrales alimentan el rally del metal amarillo por tercer año consecutivo
![Lingote de oro de 1 kilo en Entebbe (Uganda).](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ZT6NPALIBFP6DECWAGDMKMOHDU.jpg?auth=0939fabaaf429f2420188081464dd8ec85c15e5ff3fa6d8199529710398558ba&width=414)
El oro pone en la diana los 3.000 dólares. Después de avanzar un 27% el año pasado, la mayor subida desde 2010, las amenazas proteccionistas de la Administración estadounidense y las compras de los bancos centrales siguen alimentando las subidas del metal amarillo, activo refugio por excelencia. Coincidiendo con los nuevos gravámenes a las importaciones de acero y aluminio, el oro marca un nuevo máximo al superar los 2.900 dólares por onza y los analistas le siguen viendo recorrido. A la espera de conocer con mayor precisión el alcance las política proteccionistas, el consenso cree que el metal precioso puede ser uno de los ganadores del actual contexto de incertidumbre económica. Como ejemplo se remontan a lo acontecido en la pasada legislatura de Trump. En 2018 cuando el republicano se embarcó en una ofensiva arancelaria el oro llegó a revalorizarse casi un 50% en apenas dos años.
A diferencia de lo acontecido en épocas pasadas, las subidas del metal amarillo se están produciendo con el dólar al alza, lo que puede interpretarse como una clara señal de la creciente demanda de protección ante eventuales riesgos sistémicos. Sin conocerse las medidas que tomará EE UU frente a China y la Unión Europea y con los aranceles a México y Canadá congelados hasta el 1 de marzo, los mercados están tratando de averiguar las posibles implicaciones para la economía y la política monetaria que traerá consigo el nuevo orden económico que pretende instaurar el republicano. Día a día son más las voces que apuntan a que el mercado está infraponderando una guerra arancelaria en la que las amenazas de EE UU sean respondidas con sanciones por parte las economías afectadas, algo que ya ha hecho Pekín. La semana pasada China anunció tarifas de entre el 10-15% a las importaciones de productos estadounidenses a la vez que lanzaba una investigación a Google y ponía en marcha la restricción a la exportación de recursos críticos como el como el wolframio y el telurio, esenciales para la fabricación de chips y baterías.
Los ascensos de las últimas horas coinciden, además, con el programa piloto puesto en marcha por China que permitiría a 10 aseguradoras invertir el 1% de sus activos en lingotes. Según cálculos de Minsheng Securities, esto se traduciría en unos fondos potenciales de 200.000 millones de yuanes (unos 27.400 millones de dólares). Este cambio de política convierte al oro en el primer producto básico en el que se pueden invertir las aseguradas del gigante asiático.
Las rebajas de tipos, las dudas sobre la economía, las tensiones geopolíticas y las activas compras por parte de los bancos centrales son los artífices de la revalorización que acumula el oro desde finales de 2022. Aunque todos los factores han contribuido en mayor o menor medida, los expertos destacan el aumento de la tenencias en manos de los bancos centrales, con una mayor incidencia en el caso de los emergentes. “Países como China, India y Turquía han aumentado sus reservas de oro para diversificar activos en detrimento del dólar estadounidense. A nivel mundial, los bancos centrales compraron 694 toneladas de oro en los nuevos primeros meses del 2024″, señala Diego Franzin, director de estrategias de cartera Plenisfer Investments.
Tras una pausa de seis meses, el Banco Popular de China reanudó las compras del metal amarillo en noviembre. John Plassard, analista de Mirabaud, comenta que Pekín ha seguido aumentando sus reservas para profundizar en la estrategia de diversificación en un momento de creciente incertidumbre económica y geopolítica. “Este renovado apetito por el oro no es insignificante. Refleja un doble reto: protegerse de un sistema financiero mundial bajo presión y sacar provecho de un activo refugio cuyo potencial alcista sigue intacto”, sostiene. El experto considera que con estas estrategias el oro podría volver a convertirse en un pilar central de la gestión de las reservas mundiales. “Con una demanda física que sigue siendo boyante y una oferta limitada, se dan las condiciones propicias para que el oro continúe su ascenso en 2025. Algunos analistas empiezan incluso a hablar de un escenario en el que el umbral de los 3.000 dólares podría alcanzarse antes de lo previsto”, indica Plassard.
Franzin espera que el oro siga siendo un fuerte elemento de diversificación, ayudando a reducir la volatilidad de la cartera gracias a su baja correlación con otros activos. “Seguirá ofreciendo protección contra la inflación, que históricamente se produce en oleadas y podría, especialmente en EE UU, mantenerse por encima de los niveles actualmente previstos por los mercados”, afirman.
Sobre la firma
![Gema Escribano](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F5fa11bd9-d793-41c7-bf72-9be92f48d427.png?auth=9af8bc9594ac4f7dd4edd3a4cac5112aa9c4f669a6e99c03e89b5f3bc813a434&width=100&height=100&smart=true)