La nueva edad dorada del ahorro conservador con los tipos al 4,5%
Fondos monetarios, depósitos y letras afrontan su mejor momento de la última década
Los bancos centrales siempre dejan a una parte de la población insatisfecha. Cuando en noviembre de 2013 el BCE bajó por sorpresa los tipos al 0,5%, su mínimo histórico, se inició un periodo idílico para los deudores (familias hipotecadas, países con déficit público, empresas con exceso de apalancamiento...). Fueron nueve años de dinero barato y euríbor negativo que alivió a muchos agentes económico. ¿La otra cara? Los indignados con esta política monetaria: ahorradores que no encontraban dónde encontrar algo de rentabilidad. Ahora las tornas han cambiado y, con las aceleradas subidas de tipos de interés, estos perfiles de inversores conservadores tienen ahora muchísimas posibilidades, desde los depósitos bancarios, a las letras del Tesoro, pasando por los fondos monetarios, fondos garantizados, fondos de rentabilidad objetivo...
En el largo periodo de tipos cero, se llegaron a ver situaciones inimaginables. El BCE estableció la facilidad de depósito para los bancos en el -0,5%. Si querían dejar allí apartado su remanente tenían que pagar. Lo nunca visto. Las entidades financieras llegaron a trasladar este coste a sus grandes clientes institucionales. El efectivo quemaba en las manos. La deuda pública también cotizaba con rentabilidades negativas. Si querías comprar un bono soberano, también había que pagar. A finales de 2020 llegó a haber más de 18 billones de emisiones de deuda con rendimientos bajo cero. Hasta se acuñó un término para el fenómeno: represión financiera. Que ya es acuñar.
Esa etapa gélida para el ahorro ya pasó. Para los inversores más cautos fue un tiempo difícil. Por ejemplo, los fondos de renta fija a corto plazo (los más seguros) registraron una rentabilidad media anual entre 2017 y 2021 del -0,24%, de acuerdo con los datos de Inverco, la asociación sectorial. Los depósitos desaparecieron de los escaparates bancarios. La única forma para conseguir algo de rentabilidad era asumir más riesgos. Meter picante en las carteras de inversiones: más Bolsa, más bonos corporativos de alta rentabilidad. Pero con el repunte de la inflación se inició el deshielo.
Los factores a la hora de elegir el producto
- Disponibilidad. En los depósitos y en muchos fondos de inversión la rentabilidad prometida o estimada está condicionada por el plazo. Si el cliente retira el dinero antes de lo previsto, sufre una penalización. Por eso es muy importante que cuando se mete el dinero en productos de este tipo, se tenga muy claro que no va a necesitarse durante ese tiempo.
- Vinculación. Los bancos cada vez van a utilizar los depósitos con una rentabilidad atractiva como un gancho para captar clientes y, sobre todo, para fidelizarlos más. Por eso suelen exigir que se tenga domiciliada la nómina, que se contrate un seguro de hogar o que, además de la imposición a plazo fijo, se suscriba también un fondo de inversión. Hay que tener cuidado porque es en esos otros productos donde se pueden inflar los precios, con lo que se arruinaría el extra de rentabilidad comprometida para el depósito.
- Liquidez. En los fondos de inversión que no tienen penalización por retirada anticipada, el cliente puede reembolsar su dinero en cualquier momento. Eso sí, tendrá que esperar dos o tres días para recibirlo. En caso de que el ahorrador haya comprado un bono a través de una plataforma (ya sea de su banco, o de un bróker independiente), lo puede vender en cualquier momento en el mercado secundario.
- Comisiones. Cualquier inversión en renta fija implica el pago de alguna comisión. La opción más barata, con una comisión del 0,15%, es acudir presencialmente al Banco de España para comprar letras u obligaciones del Tesoro. Ahora bien, hay que pedir una cita previa para abrirse primero una cuenta directa, antes de poder comprar estos instrumentos de renta fija. Cuando se adquiere un título de deuda pública a través de un bróker, depende mucho de las tarifas de cada entidad. En Renta 4, por ejemplo, el coste es del 0,3% del importe suscrito. En los fondos de inversión, el coste habitual en los productos conservadores suele estar entre el 0,5% y el 0,7% anual.
- Carteras. Una de las opciones más baratas son los fondos monetarios. En el caso de InbestMe, cobra un 0,2% de comisión de gestión, un 0,1% de custodia y los fondos subyacentes tienen unos costes internos del 0,13%. El coste anual total queda entre el 0,4% y el 0,5%, dependiendo del saldo en cartera del cliente.
Todo empezó en el verano de 2021, cuando los precios se empezaron a disparar en Estados Unidos. La Reserva Federal (Fed) habló entonces de una inflación “transitoria”, pero la realidad le pasó por encima, con un IPC en el 7% al cierre del ejercicio. Había que actuar. Fue entonces cuando se inició la subida de tipos de interés más brusca de la historia. La Fed, el BCE, el Banco de Inglaterra... subieron el precio del dinero como nunca se había visto. Habría que frenar la inflación a cualquier precio.
Ese movimiento se fue trasladando progresivamente a las emisiones de deuda pública, a la cotización de la deuda corporativa y, más tarde, a las imposiciones a plazo fijo de la banca. Dónde había un páramo para los ahorradores, ahora hay un florido vergel de oportunidades donde lo difícil es qué fruta elegir.
1. Invertir en letras del Tesoro
La estatua de la diosa Cibeles de Madrid fue la primera en comprobar en España que todo había cambiado. Una mañana de finales de enero, se empezó a ver cómo se formaba una cola de jubilados en la cola del Banco de España, justo delante de la estatua, para invertir en letras del Tesoro, un activo que llevaba años en el olvido. Buscaban entrar para “refugiarse del frío y de la inflación”, como contaba El País en su crónica. Entonces, la rentabilidad que podían obtener era del 2,98%, una cifra impensable solo tres meses antes.
Estas emisiones de deuda pública se pueden seguir adquiriendo en la red de sucursales del Banco de España, aunque primero hay que abrir allí una cuenta directa. No obstante, si se quiere invertir en letras o bonos a través de instituciones oficiales también está disponible a través de la web del Tesoro. La tercera opción es la compra a través de entidades financieras (bancos, brókers registrados, etc), para lo que hay que pagar una mayor comisión. Esta semana, el bróker Trade Republic ha lanzado la posibilidad de invertir en 500 valores de deuda pública y corporativa, desde solo 1 euro, en lo que se denomina una inversión fraccionada.
Una de las limitaciones de invertir en emisiones del Tesoro es la falta de diversificación. El ahorrador confía en la solvencia del Estado y en que no pasará nada para que no le devuelvan su dinero. Con el apoyo del BCE, esa solvencia parece más que garantizada.
2. Fondos conservadores
Se trata de la fórmula más evidente para mejorar la diversificación del ahorrador conservador. Los fondos permiten acceder, contratando un solo producto, a una amplia variedad de títulos de renta fija. Los bancos ofrecen fondos de renta fija a muy corto plazo (en los que el riesgo de crédito está muy acotado), fondos garantizados (en los que la entidad se compromete a dar un rendimiento específico, sacrificando el cliente algo de rentabilidad).
La oferta es apabullante. En lo que va de año, los fondos de renta fija han atraído en España más de 14.000 millones de euros. Una de las opciones más ofertadas por las entidades financieras es la de los fondos con objetivo de rentabilidad. La gestora compra una cesta de bonos, con una duración específica (de 15, meses, por ejemplo) y lo comercializa con el rendimiento medio de esa deuda, descontando la comisión de gestión. Por ejemplo, en el primer semestre se vendieron como rosquillas los fondos Kutxabank RF Horizonte 18, con una rentabilidad no garantizada del 1,8% TAE y el Ibercaja España-Italia junio 2024, que aún está en comercialización y con el que el cliente puede esperar obtener una rentabilidad a un año del 2,72%.
Otra baza muy interesante son los fondos monetarios, que invierten en instrumentos a muy corto plazo, incluyendo depósitos. Estos vehículos ya rentan más del 2% y cuando se especializan en deuda emitida por empresas, tienen retornos de entre el 3% y el 4%.
El cliente que contrata un fondo debe tener muy presente el nivel de comisiones que tiene. En uno de renta fija no debería superar el 0,6%. También las condiciones sobre la disponibilidad del producto. En los fondos garantizados, por ejemplo, hay penalizaciones si se saca el dinero antes de tiempo.
Los gestores automatizados de inversiones, como Indexa Capital o InbestMe, también quieren jugar un papel en esta nueva guerra por el ahorro. Para ello, han lanzado carteras de fondos monetarios, dentro de su gama de indexados. El bróker Trade Republic también se ha comprometido a pagar un 4% por el efectivo que mantienen sus clientes en cartera.
3. Depósitos al alza
Dentro de este movimiento de actualización de la retribución del ahorro, el producto que ha quedado más rezagado son los depósitos bancarios. Las entidades financieras españolas tienen una posición de solvencia y liquidez muy holgada, por lo que no han necesitado recurrir a captar recursos de sus clientes minoristas.
Esto no solo ha sucedido en España. En toda Europa la banca ha sido lenta trasladando a los depósitos la subida de tipos, pero aquí ha sido más marcada esta posición. Ahora bien, poco a poco las cosas empiezan a cambiar.
CaixaBank ha abierto fuego con un depósito a un año que remunera hasta el 2% desde 5.000 euros, aunque requiere la contratación de otros productos, como seguros. ING lanzó hace poco un nuevo depósito al 2,75% TAE para nuevas aportaciones. Aunque se trata de un producto solo a cuatro meses. Y el viernes Kutxabank anunció que llegaría a pagar hasta el 3% para aquellos clientes más fidelizados.
Entre las entidades más pequeñas, algunas han subido la apuesta. Openbank, la filial online de Banco Santander, llega a dar el 3,07%, siempre que al contratar el depósito se domicilie también la nómina. MyInvestor, filial de Andbank, paga un 2,9% TAE. Y algunas firmas más desconocidas como Facto o Renault Bank ya rozan o superan el 4% en sus imposiciones a plazo fijo.
Sigue toda la información de Cinco Días en Facebook, Twitter y Linkedin, o en nuestra newsletter Agenda de Cinco Días