Los fondos pasivos logran máximos históricos de captación por sus bajos costes
Los ETF atraen más de 425.000 millones de euros en el primer semestre solo en EE UU. Este tipo de vehículos de inversión se dedica a replicar la evolución de índices bursátiles y de bonos
Los fondos cotizados pasivos recuperan su tirón. Durante el primer semestre del año han batido todos los récord de captación, con más de 475.000 millones de dólares (425.000 millones de euros) solo en Estados Unidos, mientras que el dinero en fondos activos vivió salidas por valor de 218.000 millones. Los inversores vuelven apostar por esta fórmula dados sus bajos costes y sus buenos retornos a largo plazo.
Los fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés) son un tipo de producto financiero que está a medio camino entre el fondo de inversión y las acciones. Comparten con estas últimas el hecho de que se pueden comprar y vender de forma instantánea (cuando los mercados están abiertos) y se parecen a los fondos en el sentido de que se invierten en carteras diversificadas de Bolsa o de bonos.
Los fondos cotizados llevan más de 50 años utilizándose en EE UU, pero su empuje se había frenado levemente en los dos últimos años. De acuerdo con los datos actuales que maneja la firma ICI, citada por Bloomberg, si la tendencia de este año se mantiene, los ETF van a batir todos los récords históricos de captación. En 2023, las entradas netas en fondos cotizados pasivos fueron de solo 361.000 millones de dólares. Un nivel que ya se ha rebasado este año.
Una de las principales ventajas de estos ETF de gestión pasiva o indexada es que tienen unas comisiones ultrabajas. En un fondo de Bolsa internacional que sea activo, con un gestor encargado de seleccionar y comprar acciones, los costes pueden superar ampliamente el 1% anual, mientras que en un ETF que replique el índice global MSCI World las comisiones no superan el 0,3%. Además, los estudios académicos han demostrado que la mayoría de los gestores de fondos no logra batir a sus índices de referencia.
Los grandes de la industria llevan años posicionándose en este tipo de producto, como ha hecho BlackRock con su marca iShares. Al igual que Vanguard o State Street, que completan el trío de líderes en ETF. En Europa destacan Amundi y DWS, aunque muy lejos de sus rivales estadounidenses. El resto de gestoras, poco a poco se han ido rindiendo al empuje de los fondos cotizados, como es el caso de JP Morgan.
César Muro, jefe de distribución de productos de gestión pasiva de DWS, recuerda que “los ETF tienen grandes ventajas, como que permiten operar a mucha velocidad, hacer posicionamientos tácticos en determinados mercados o activos, sin necesidad de tener que analizar previamente el estilo y la calidad de un determinado gestor de fondos”.
Durante las primeras décadas de existencia, los fondos cotizados se limitaron a replicar la evolución de grandes índices bursátiles, como el S&P500 o el Nasdaq. Poco a poco, los ETF fueron entrando a la inversión en deuda pública y privada. Con todo, el buen momento de la Bolsa de Estados Unidos ha hecho que los fondos cotizados de acciones hayan captado 312.000 millones de dólares en solo seis meses.
La flexibilidad y versatilidad de los fondos cotizados, unido a sus bajos costes, han hecho que en Estados Unidos haya salido mucho dinero de fondos activos convencionales rumbo a los ETF. De hecho, ya hay más dinero invertido en Bolsa norteamericana a través de ETF que con fondos normales.
La popularidad de esta figura ha hecho que algunas gestoras hayan empezado a utilizarlos también para lanzar fondos activos. Es decir, un fondo donde hay un gestor que está analizando e invirtiendo en compañías, pero cuya negociación se puede hacer de forma instantánea. El producto que más brilló con esta fórmula fue Ark Invest, especializado en empresas tecnológicas, aunque luego se desinfló. Ahora, incluso famosos economistas como Nouriel Roubini, está planteándose utilizar esta fórmula.
Una carcasa para "domesticar" a los criptoactivos
Durante años, la industria de la gestión de activos ha mirado con recelo el auge del bitcóin y otras criptomonedas. Los máximos responsables de algunas de las grandes gestoras fueron muy críticos ante la posibilidad de que los criptoactivos se convirtieran en una categoría más de inversión. También los reguladores temían las repercusiones que pudieran tener para el mercado.
Con el tiempo, las posiciones se fueron matizando y, poco a poco, algunas casas empezaron a mostrarse proclives de que los fondos también pudieran participar de este fenómeno. Al final, la vía de entrada para acercar el bitcóin o el Ethereum a los inversores convencionales ha sido empaquetándolos bajo el formato de los productos cotizados.
Los ETF (fondos cotizados, por sus siglas en inglés) se dedican a replicar la evolución de un índice de Bolsa o de bonos. Con el tiempo surgieron también los ETP (productos financieros cotizados), que no tienen por qué tener una cartera de valores, sino que pueden tratar de seguir la evolución de un solo activo, como el oro, la plata o el petróleo.
Después de casi una década de negociación con las autoridades, en enero se aprobaron en EE UU los primeros ETF que replican la evolución del bitcóin. De hecho, se trata de los ETF de nueva creación que más dinero están atrayendo en 2024.
En 2024, los ETF ligados al bitcóin han atraído una cantidad significativa de capital. Los dos principales fondos, el iShares Bitcoin Trust (IBIT) de BlackRock y el Fidelity Wise Origin Bitcoin Fund (FBTC), lideran las captaciones con más de 3.800 millones y 3.100 millones de dólares, respectivamente. Se espera que para finales de año, el total acumulado por estos ETF podría superar los 50.000 millones de dólares en activos netos.
En España, la penetración de los fondos cotizados es relativamente baja debido a cuestiones fiscales. En los fondos de inversión convencionales hay exención fiscal siempre que el dinero se quede dentro de esta fórmula. Es decir, que si se vende un fondo de inversión en robótica con muchas plusvalías, no hay que tributar por estas ganancias siempre que lo obtenido se dedique a otro fondo. En cambio, en los ETF sí que hay que pasar por caja cuando se hace una venta que tiene plusvalías acumuladas.
Una de los factores que también está contribuyendo a la generalización de los fondos cotizados en Europa es su distribución a través de los llamados neobrókers, como Trade Republic, Scalable Capital o Revolut. Se trata de empresas de reciente creación que se dedican a la compraventa de activos financieros, apoyándose en exclusiva en sus páginas web y sus aplicaciones para móviles.
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