Bolsas equivocadas e inversores acertados
Los mercados globales se están comportando mejor de lo esperado para un entorno de alzas de tipos, pero todavía sufren su impacto
La Reserva Federal anunció la semana pasada que aunque en junio no iba a subir su tipo de interés de referencia para el mercado interbancario a un día, con toda seguridad lo hará en el mes de julio.
El Banco Central Europeo subió su tipo de interés de refinanciación en junio y anunció que volverá a subirlo en julio, de modo que para el mes que viene tendremos los tipos de interés de EEUU en el 5,5% y los de la zona euro en el 4,25%.
Parece increíble que, con ese nivel de los tipos de interés, la eurozona solo esté en una recesión mínima y los EEUU hayan evitado, por ahora, la recesión. También pasma comprobar cómo las Bolsas, tras haber caído con fuerza entre enero y octubre del año pasado, posteriormente, en EEUU, hayan recuperado buena parte de lo perdido, y subido algo en Europa si se compara con hace año y medio.
Ya hemos comentado en otras ocasiones que solo hay una buena explicación para todo ello y es el exceso de liquidez que, en el caso de EEUU, empezó a recuperarse fuertemente en octubre pasado, aunque esa liquidez podría decrecer próximamente por causa del volumen de emisiones de deuda pública que tendrá que hacer el Tesoro estadounidense para recuperarse de unos meses de no haber podido emitir, lo que ha llevado a que sus cofres se quedaran casi vacíos (lo señalábamos las dos últimas semanas).
De momento, tras las emisiones de deuda de la semana última y tras el cobro de impuestos, la cuenta general que el Tesoro americano tiene en el banco central se ha recuperado de 22.892 a 250.857 millones de dólares. Pero, tal y como imaginábamos que sucedería, buena parte de ese dinero ha salido del exceso de liquidez que la Reserva Federal se ve obligada a drenar diariamente, con lo que el volumen de liquidez extra circulando por los mercados monetarios de EEUU se ha quedado prácticamente en el mismo nivel que estaba: a efectos netos del día a día, da igual que el exceso de liquidez lo drene la Reserva Federal con su repo inverso (por el que ofrece pagar un 5,05%) o que lo drene el Tesoro con emisiones de letras por las que paga un 5,30%.
De modo que, con una reducción del exceso de liquidez que la semana pasada solo fue de 5.432 millones de dólares, las Bolsas de EE UU se pudieron permitir el lujo de seguir subiendo, por lo que el índice S&P 500 ya solo pierde un 8% desde el inicio del año pasado, cuando hubo un momento en que llegó a perder algo más del 25%. Otro índice, el tecnológico Nasdaq 100, llegó a perder un 35%, pero ahora ya solo cae un 9% también.
Si miramos fuera de EE UU, nos encontramos con que, frente al mucho mejor comportamiento, medido en euros, de las Bolsas europeas, al índice MSCI mundial medido en dólares casi le ha pasado exactamente lo mismo que a las Bolsas norteamericanas, y que le falta por recuperarse de una pérdida que es similar a la que aún conserva el S&P 500. Las europeas medidas por el índice Euro Stoxx 50 suben un 1,5% desde principios del año pasado (a pesar de haber pasado también por pérdidas muy abultadas de casi el 25%), pero medidas en dólares aún pierden un 2%.
En conclusión, aunque las Bolsas mundiales se están comportando mucho mejor de lo que cabía esperar en un entorno de subida de tipos de interés tan acusada, aún están sufriendo su impacto, pues aunque algún índice medido en su moneda local no esté en pérdidas, lo está cuando se hace la conversión a dólares. En cuanto a los índice mencionados (nacionales e internacionales) que cotizan en dólares, todavía acumulan pérdidas cercanas al 10% (los índices de Bolsa chinos aún pierden un 20% desde el 1 de enero de 2022; en dólares la pérdida se acerca al 30%).
Vemos, por tanto, unas Bolsas mundiales que, de conjunto, no han recuperado todo lo perdido como consecuencia de la subida de los tipos de interés en buena parte del mundo y que, a la vez, sorprenden por no estar con pérdidas superiores incluso a las que acumularon entre enero y octubre de 2022. Pero el exceso de liquidez en el mercado monetario de EEUU (que es el que marca el compás para el resto del mundo) las ha ayudado enormemente, a pesar de lo equivocadas que han estado desde hace doce meses.
Alguien puede pensar, con razón, que quien se ha equivocado es quien no compró en Bolsa en el mes de octubre pasado, pero eso es compatible con afirmar que los mercados financieros en general y las Bolsas en particular se han estado equivocando desde junio del año 2022. Doce meses en los que han venido apostando a que la Reserva Federal iba a pivotar o cambiar a una política monetaria menos dura, cosa que hasta el mes que viene, como mínimo, ha quedado claro que ha sido una equivocación continuada. Que estén saliéndose del apuro con solo una pérdida del 10% no se sabe si es un milagro o una de las muchas paradojas incomprensibles de los mercados. Pero ni los milagros suelen durar indefinidamente ni las paradojas están sin resolverse durante siglos.
Juan Ignacio Crespo es estadístico del Estado y analista financiero
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