La banca mediana, en la diana un año después del colapso de Silicon Valley Bank
La entidad estadounidense New York Community Bancorp, la alemana Deutsche Pfandbriefbank y la japonesa Aozora Bank caen con fuerza por la exposición al sector inmobiliario
La banca mediana vuelve a estar en la diana del mercado un año después del colapso de Silicon Valley Bank. Esta semana, los sectores financieros de Estados Unidos, Alemania y Japón se han visto sacudidos por las dudas que ha generado la exposición de algunas entidades de tamaño menor a créditos dudosos ligados al sector inmobiliario y que ha hecho sobrevolar la crisis desatada en febrero del año pasado y que provocó la quiebra varios bancos.
El epicentro del seísmo se localiza de nuevo en Norteamérica. La entidad estadounidense New York Community Bancorp disparó las alertas después de que la agencia Moody’s rebajara su calificación a bono basura. El banco reflejó en sus resultados unas pérdidas en el cuarto trimestre del año provocadas, en parte, por el deterioro de su cartera hipotecaria, que se encuentra bajo presión de impagos debido al entorno de altos tipos de interés. Tras la rebaja del rating las acciones se desploman un 23% en la última semana.
Y aunque se trata de una entidad menor, las autoridades y el mercado están atentos a cualquier señal de alerta. Los bancos regionales de EE UU tienen una exposición relevante al sector inmobiliario residencial y los supervisores temen que un pequeño aleteo acabe provocando un terremoto sistémico.
Hace un año la banca mediana estadounidense ya estuvo bajo la lupa por las turbulencias de Silicon Valley Bank que se vio abocado a la quiebra por un modelo de negocio de alto riesgo que provocó una retirada masiva de depósitos de los clientes y una exposición elevada a la deuda pública. Esa crisis también se llevó por delante a Signature Bank y First Republic Bank.
Las dudas del mercado también han tocado a Europa. El banco alemán Deutsche Pfandbriefbank, especializado en la financiación al sector inmobiliario, cotiza en mínimos históricos (4,5 euros por acción). Con las continuas subidas de tipos de interés su exposición a las hipotecas ha elevado los niveles de riesgo de la entidad, que se han traducido en mayores provisiones: si en los primeros nueve meses del año las dotaciones ascendían a 100 millones, solo en el cuarto trimestre del año ha tenido que duplicar la cifra hasta 210 millones. En una semana sus títulos se dejan un 18% en Bolsa.
La firma alemana ha tratado de tranquilizar a los inversores y analistas, pero reconoce que se encuentra en un contexto de “persistente debilidad de los mercados inmobiliarios”. La incertidumbre sobre esta entidad ha contagiado a los dos grandes bancos alemanes, Deutsche Bank, que pierde un 7,77% en la semana, y a Commerzbank, en menor medida, que se deja un 3%.
Según Bloomberg, el Banco Central Europeo (BCE) se ha apresurado a actuar y ha amenazado a los bancos con requisitos de capital más altos si no controlan adecuadamente los riesgos relacionados con el sector inmobiliario. Aunque un hipotético endurecimiento se comenzaría a aplicar el próximo año, el regulador quiere limitar las pérdidas por este tipo de activos. El BCE viene examinando las prácticas crediticias de los bancos en los últimos años y les ha acusado de asumir demasiados riesgos y de sobrevalorar las garantías de los préstamos. La misma agencia señala que la presión del regulador ya ha provocado que los bancos, en general, hayan dotado mayores provisiones para hacer frente a posibles pérdidas por impagos en las hipotecas.
La incertidumbre del mercado sobre los bancos medianos también ha tocado Asia. El japonés Aozora Bank también se desplomó un 18,5% la semana pasada después de que la entidad anunciara unas previsiones de pérdidas para su año fiscal, debido a su exposición al sector inmobiliario estadounidense con unas carteras de hipotecas dañadas y cuyos cobros no va a recuperar.
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