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¿Podrá el oro sostener su rally en 2024?

Los cambios en la política monetaria de las grandes potencias ponen a prueba la resiliencia de este metal precioso, que a principios del mes de diciembre alcanzó su precio máximo histórico

Luis Alberto Peralta
Oro
Un lingote de 20 kilos de oro en Australia.David Gray (Bloomberg)

¿Podrá el rey de los activos refugio mantener su época dorada? A inicios de diciembre, el oro llegó a superar su precio máximo histórico (alcanzó los 2.135 euros la onza intradía), y aún se mantiene por encima de los 1.800 euros por onza. La inflación y la inestabilidad geopolítica han potenciado su papel como cobijo para los inversores, en el contexto de la crisis energética y de las guerras en Israel y Ucrania. Asimismo, le sostienen la demanda global de la joyería (50% del total, según World Gold Council), así como del sector tecnológico y de las reservas en lingotes de los bancos centrales. No obstante, esta prosperidad se pondrá a prueba en 2024, ante las expectativas de que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) y el Banco Central Europeo recorten los tipos de interés.

Los expertos concuerdan en que el papel del oro a nivel global está cambiando (o ha cambiado ya). “El panorama financiero mundial está experimentando una profunda transformación impulsada por una suma de factores: la aceleración de la desdolarización, la incesante acumulación de reservas de oro por parte de los bancos centrales acreedores y las inquietudes cada vez mayores sobre la sostenibilidad a largo plazo de las monedas fiduciarias”, asegura Ned Naylor-Leyland, gestor del fondo Jupiter Gold & Silver y experto en metales preciosos en Jupiter AM.

Ciertamente, el oro ha incrementado su precio de forma más constante en los últimos cinco años que otros metales preciosos como la plata o el platino. En este entorno, Naylor-Leyland opina que el mineral dorado se perfila para reafirmarse como el activo libre de riesgo por excelencia en el mundo, lo que marca un profundo cambio de paradigma en la forma en que los mercados financieros perciben y valoran los activos monetarios.

No obstante, aún es complicado anticipar cómo la geopolítica y las distintas crisis impactarán sobre este activo y otros similares. “Sigue siendo difícil saber si las materias primas tendrán un año fuerte en 2024. Por un lado, la economía mundial sigue ralentizándose después de que los bancos centrales tuvieran que frenar el crecimiento tendencial en su lucha contra la inflación. No obstante, las expectativas de crecimiento siguen siendo bastante elevadas”, señala Michael Salden, director de materias primas de Vontobel.

¿Y si bajan los tipos?

Tradicionalmente, las medidas de la Fed y otros bancos centrales han sido un factor influyente en el precio del oro. Sin embargo, los expertos concuerdan en que la forma y la intensidad en que estas políticas afectan al valor del mineral dorado podrían estar cambiando. De hecho, Salden considera que el precio del oro se ha “desvinculado totalmente” de los tipos de interés reales de EE UU, algo que indicaría que existen otros motores que mueven el precio de este metal precioso. “La demanda de oro fuera de la OCDE está aumentando tanto en el sector privado como en los bancos centrales. La debilidad de las divisas y la inflación aún elevada en estas regiones explican la popularidad del oro como cobertura frente a la inflación”, afirma el experto de Vontobel

Por su parte, José María Sevilla, doctor en Economía y profesor de la Universidad Nebrija, resalta que la historia ha demostrado que, desde el 2008, la política monetaria de la Fed es expansiva; y que este escenario es positivo fundamentalmente para todos los metales preciosos que conservan su valor intrínseco con respecto a las monedas fíat, como lo es el oro.

“En primer lugar, el precio del oro se determina en relación con el dólar estadounidense y, por lo tanto, la tasa de interés real es una variable explicativa. Aunque históricamente se ha observado una correlación negativa, en la actualidad el efecto parece ser inverso. La razón podría sostenerse en que si bien la Fed está contrayendo su balance, a la vez está realizando un doble juego inyectando liquidez. Además, hay que considerar una mayor demanda de oro como activo refugio y la propia de los bancos centrales de los BRICS (Brasil, India, Rusia, China y Sudáfrica) y países asociados. Durante este último cuatrimestre, en su conjunto, estos países ya han alcanzado una cantidad de oro agregada en reservas que se equipara a la de Estados Unidos”, explica Sevilla a CincoDías.

En esta línea, Claudio Wewel, estratega de divisas en J. Safra Sarasin Sustainable AM (JSS Sustainable AM), apuntala que los bancos centrales de los mercados emergentes han incrementado sus tenencias de oro en un esfuerzo por independizarse del dólar estadounidense: “El cambio en el modelo de crecimiento de China ha aumentado la incertidumbre económica, impulsando la demanda física de oro por parte de los inversores locales. En conjunto, la confluencia de estos factores debería apoyar al oro en un nivel de precios estructuralmente más alto que antes de la pandemia, suavizando la influencia histórica de los rendimientos reales”. Cabe destacar que, con unas compras oficiales de oro superiores a 100 toneladas solo en el primer semestre de 2023, China se mantiene como el comprador institucional más importante en lo que va de año.

Asimismo, los conflictos internacionales siguen siendo una variable a tener en consideración. Un informe reciente de Bank of America destaca que, si bien la correlación entre las guerras y las subidas en el precio del oro no son absolutas, una intensificación del conflicto entre Hamás e Israel podría disparar el precio del mineral dorado hasta los 2.400 dólares.

¿Nuevo reinado del oro?

Naylor-Leyland considera que el oro recuperará la relevancia a nivel internacional que tenía a inicios del siglo XX. “Las acciones de los bancos centrales acreedores, la inquietud cada vez mayor en torno a las monedas fiduciarias y las características únicas del oro apuntan a un inminente cambio de paradigma en la forma en que los mercados financieros perciben y valoran los activos libres de riesgo monetario”, asegura el experto de Jupiter AM; quien añade que el oro se perfila para recuperar su posición como el activo de reserva libre de riesgo del mundo, lo que “marcará un retorno a la disciplina monetaria y el sistema multipolar de ­Bretton Woods”, y garantizará su papel como piedra angular del sistema financiero mundial.

De forma similar, Sevilla resalta que la acumulación de oro que se está viendo en los BRICS pretende revolucionar el mercado de divisas. “Ya no es un secreto que estos países se estén preparando para instaurar un innovador estándar de intercambio monetario basado en el oro en el mediano o largo plazo. Este nuevo modelo aprovecharía sus crecientes reservas para respaldar, al menos parcialmente, una emergente unidad monetaria internacional, que aún no ha sido denominada oficialmente. Es un proceso lento, pero a lo largo de las próximas décadas se prevé que se vaya erosionando la función del dólar americano como moneda reserva”, explica el economista.

Por su parte, Wewel resalta que el oro también se ha vuelto cada vez más atractivo para los compradores particulares. “El contexto macroeconómico chino y su falta de alternativas de inversión nacionales viables y atractivas hacen que el oro brille cada vez más. Además, los inversores locales ven en el oro una cobertura frente a la debilidad del renminbi chino. La demanda inusualmente alta de oro es particularmente visible en un reciente repunte de la prima del oro en China, el diferencial al que se negocia el oro en Shanghái en comparación con Londres. En los últimos diez años, este diferencial ha oscilado en torno a los 10 dólares por onza, pero en el tercer trimestre de 2023 se elevó temporalmente por encima de los 50 dólares por onza”, dice Wewel

El experto de JSS Sustainable AM agrega que esperan que la demanda de oro físico siga siendo fuerte en China, lo suficientemente grande como para influir en el mercado mundial.

Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo en que una nueva bonanza del oro está en camino. En opinión de Carsten Menke, jefe de next generation research del banco suizo Julius Baer, el elemento más notable durante todos los altibajos de este año en los mercados del oro y la plata ha sido la ausencia de buscadores de refugio seguro desde el verano. En esta línea, Menke destaca que los holdings de productos respaldados físicamente (su indicador para los activos refugio) registraron salidas constantes de capital.

“Consideramos que esto es una consecuencia del mayor nivel de tipos de interés, que ofrece alternativas más atractivas para quienes buscan refugio en bonos de alta calidad. Si bien en el caso del oro, esta falta de demanda física fue compensada en parte por un renovado fortalecimiento de las compras de los bancos centrales, los mercados de futuros continúan guiando, tanto para el oro como para la plata”, apunta Menke.

El experto de Julius Baer detalla que los operadores de futuros especulativos y a corto plazo son amplificadores de la volatilidad del mercado, ya que tienden a cambiar su posicionamiento rápidamente, en particular cuando los precios cambian de dirección. “El predominio de los operadores de futuros y la ausencia de buscadores de refugios seguros debilitan los precios, lo que genera más desventajas que ventajas y respalda nuestras opiniones cautelosas tanto sobre el oro como la plata”, indica Menke.

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