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Recesión escandinava: ¿se están congelando las economías nórdicas?

La crisis energética ha empujado a los países del norte de Europa hacia la recesión. Si bien hay perspectivas de recuperación, es probable que sectores como el de la construcción se vean perjudicados en los próximos años

Luis Alberto Peralta
Banderas de los países escandinavos y de la Unión Europea
Banderas de los países escandinavos y de la Unión Europeaae-photos (Getty Images/iStockphoto)

Los países nórdicos suelen ser asociados con la estabilidad económica y la innovación; sin embargo, esta bonanza podría estar en entredicho. La pandemia del coronavirus y la crisis energética derivada de la invasión de Rusia a Ucrania han elevado la presión sobre Dinamarca, Finlandia, Suecia y Noruega. Estos cuatro países han anunciado haber entrado en recesión (en el caso de Suecia y Dinamarca, recesión técnica), y aunque la mayoría de los expertos divisan una luz al final del túnel, otros cuestionan si podrán reanimar la inversión y los sectores afectados, como la construcción y la manufactura.

“Los países nórdicos se han enfrentado al riesgo de recesión hasta 2023 debido principalmente a una combinación de factores como las altas tasas de inflación, el aumento de los precios de la electricidad y la ralentización general de la economía mundial. Como consecuencia, algunos economistas han rebajado sus perspectivas de crecimiento para 2023 y 2024″, señalan los analistas de la gestora DNB AM. Los expertos de la entidad añaden que el riesgo derivado de la subida de los tipos de interés está especialmente relacionado con la proporción “relativamente elevada” de hipotecas a interés variable, lo que hace temer a los mercados que los bancos centrales puedan estar subestimando la sensibilidad de sus economías a los tipos de interés.

Sin embargo, Øyvind Fjell, gestor jefe de cartera de DNB AM, resalta que los países nórdicos se han mantenido hasta ahora muy resistentes. “A pesar de los temores a una desaceleración significativa, aún no hemos visto un gran impacto en el gasto de los consumidores. El empleo sigue siendo elevado y los países se apoyan en unas buenas finanzas públicas”, asegura el experto a CincoDías.

Realidades distintas

Naturalmente, a pesar de las similitudes geográficas, económicas y culturales, cada país ha enfrentado de forma distinta la crisis que ha golpeado al continente en los últimos años. Dicho esto, cabe destacar que las perspectivas de recuperación y crecimiento varían, pero los factores externos golpean de forma similar a toda la subregión nórdica.

“La posible ralentización de estos países está interconectada hasta cierto punto, debido a que comparten dinámicas económicas regionales, tienen un perfil similar de hipotecas flotantes y las tendencias económicas mundiales les afectan de forma similar. Sin embargo, existen diferencias entre ellos debido a la mayor dependencia de Noruega y Finlandia de las materias primas (petróleo, metales, pasta y papel), en relación con Suecia, por ejemplo, que depende más del desarrollo económico de Alemania y China”, explica Fjell.

Finlandia, la única de estas economías que usa el Euro como moneda de curso, anticipó que su PIB se contraería el 0,2% en septiembre. La Comisión Europea (CE) prevé que, tras expandirse en el primer semestre de 2023, su PIB se contraiga en el segundo semestre del año debido a los mayores costos de financiamiento y el débil consumo privado. Bruselas augura que el PIB real crezca solo un 0,1% en 2023 y después se acelere gradualmente hasta el 0,8% en 2024 y el 1,5% en 2025. Si bien, el Ejecutivo comunitario prevé que la inflación finlandesa se desacelere hasta el 4,4% en 2023, antes de caer por debajo del 2% en 2024. También señala que el déficit de las Administraciones públicas subirá desde el 2,4% del PIB en 2023 al 3,2% en 2024 y al 3,4% en 2025, lo que provocará un aumento de la relación deuda/PIB al 79,1% en 2025.

Desde el banco Nordea indican que las perspectivas económicas a corto plazo para Finlandia son débiles. “Las altas tasas de interés seguirán frenando el consumo y la inversión. Sin embargo, una recuperación del poder adquisitivo mejorará las perspectivas de consumo el próximo año. Las altas tasas de interés también han reducido la demanda de vivienda, lo que mantendrá al sector de la construcción en caída hasta bien entrado el próximo año”, dicen.

De manera similar, Bruselas prevé que la economía de Suecia se contraiga un 0,5% en 2023, pero que se estabilice en términos generales en 2024 y muestre un crecimiento moderado en 2025. “Las condiciones financieras más estrictas y los altos precios de la energía afectaron a la economía sueca, en particular a los sectores de los hogares y la construcción, lo que refleja una elevada deuda y precios de la vivienda sobrevaluados”. Dicho esto, el Ejecutivo comunitario espera que un enfriamiento del mercado laboral contribuya a frenar la demanda interna.

Por otra parte, desde la CE anticipan que la inflación sueca caiga apreciablemente en 2024, pero vuelva a subir a ligeramente por encima del 2% en 2025. Por otra parte, las proyecciones indican que la balanza del Gobierno general mostrará un pequeño déficit en 2023 y un déficit algo mayor en los dos años siguientes. También se estima que el ratio de deuda del Gobierno general disminuya del 32,9% en 2022 a poco menos del 30% del PIB en 2025.

“El sector manufacturero, sobre todo en Suecia, se ha visto afectado, aunque menos gravemente que en otros países europeos. Los fabricantes suecos dependen menos del gas natural y se benefician de unos precios de la electricidad comparativamente más bajos. Sin embargo, se prevé que el mercado de la vivienda y la construcción residencial en Suecia y Noruega afecten negativamente al crecimiento del PIB debido al aumento de los costes y a la debilidad del mercado”, señala Andreas Bertheussen, analista de DNB AM.

Unos mejor que otros

Justamente, los pronósticos sobre Noruega están encontrados. Si bien el Norges Bank (banco central de Noruega) preveía que el PIB se había encogido en el tercer trimestre de este año, su oficina de estadística (Statistics Norway) anunció el pasado jueves que la economía creció un 0,4% en octubre, dando de media un 0% de incremento trimestral y esquivando la recesión.

Statistics Norway, no obstante, advierte de que las inversiones cayeron. Según la entidad, la formación bruta de capital fijo bajó un 3,2% en octubre. Esta disminución fue generalizada, con un descenso en la extracción de petróleo y gas natural, otros servicios y servicios de vivienda. De hecho, las inversiones en servicios de vivienda cayeron un 2,7%, mientras que las inversiones en manufactura y en el Gobierno central aumentaron. Por otra parte, las exportaciones totales subieron un 3,8% en octubre, gracias a las exportaciones de servicios y a las de bienes tradicionales como petróleo y gas natural, pero sobre todo a mayores exportaciones de productos manufactureros. Las importaciones, en contraste, cayeron un 2,7%.

Quizás la menos afectada es la economía de Dinamarca. Según la CE, los daneses están atravesando una “mala racha” debido a que el consumo privado se ha moderado tras las pérdidas de salarios reales y las mayores tasas de interés pesan sobre la inversión. “Con una demanda interna más débil, el crecimiento económico actualmente está impulsado por las exportaciones netas. Se espera que la demanda interna se recupere algo durante el horizonte de pronóstico, a medida que los salarios reales más altos rea­vi­ven el consumo privado y los obstáculos a la inversión derivados de las tasas de interés y la falta de demanda comiencen a revertirse”, señalan desde Bruselas.

El Ejecutivo comunitario agrega que el consumo público también aumentará, pero las exportaciones netas contribuirán menos al crecimiento económico. Las finanzas públicas seguirán teniendo superávit, pero caerán, según la CE.

“Si bien está claro que el impulso de la economía danesa en este momento es débil, con un desempleo aumentando ligeramente y tanto los indicadores de confianza como los datos duros sobre el consumo y la producción en general evolucionan débilmente, no hay razón para temer una desa­celeración más profunda de la economía. El empleo ha batido récords mes tras mes y todavía hay muchas compañías a las que les cuesta encontrar mano de obra cualificada. Al mismo tiempo, el mercado inmobiliario no se ha visto afectado en modo alguno por el incremento de los tipos de interés, al igual que la inflación casi ha de­sa­parecido, mientras que la tasa de crecimiento de los salarios está aumentando”, apuntan desde Nordea.

En cualquier caso, los expertos coinciden en que todavía es temprano para determinar cuánto durará esta situación . “Una recuperación económica a corto plazo es posible, pero incierta y desigual entre las distintas regiones y sectores. El principal factor que puede influir en la recuperación es la inflación y los tipos de interés. Si la inflación sigue bajando y los bancos centrales pueden reducir los tipos de interés, esto podría impulsar el crecimiento y los salarios reales, al tiempo que se reduce el riesgo del mercado inmobiliario. Una vuelta a un crecimiento más fuerte en Alemania y China también apoyaría a la región”, concluyen desde DNB AM.

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