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Desdolarización global: ¿Realmente avanza el mundo hacia una multipolaridad monetaria?

Líderes de Asia, Europa y Latinoamérica se han mostrado a favor de reducir la dependencia del dólar estadounidense. No obstante, el peso global que tiene esta divisa en las reservas y el comercio sigue siendo casi incuestionable

Reservas de divisas Gráfico
Belén Trincado Aznar
Luis Alberto Peralta

El dólar se convirtió a lo largo del siglo XX en la principal divisa para el comercio y las reservas internacionales. Con Estados Unidos a la cabeza del comercio global y la hegemonía consolidada de Occidente tras la caída de la Unión Soviética, los billetes verdes llegaron a ocupar de manera indiscutible el trono de las divisas a nivel mundial. No obstante, la actual crisis económica y el ascenso de China e India como potencias comerciales parece estar favoreciendo la desdolarización de las economías alrededor del globo. Pero ¿es posible que el dólar pierda protagonismo a nivel global? A pesar de los deseos de sus rivales, las opiniones están divididas.

Recientemente, Luiz Inácio Lula da Silva, el presidente de Brasil, propuso en una reunión de países sudamericanos la creación de una moneda común para fines comerciales. Con esto, el líder brasileño continuó promoviendo una disidencia del dólar que ya había planteado durante sus visitas a China en abril y a Argentina en enero. El mandatario indicó que la existencia de una unidad común de referencia para el comercio regional reduciría “la dependencia de monedas extrarregionales”.

La propuesta del líder brasileño se alinea con la mayoría de sus aliados del bloque internacional conocido como BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica). De hecho, JP Morgan advirtió recientemente de que ya se están viendo señales de desdolarización en la economía global, aunque resaltaron que la moneda estadounidense debería mantener su dominio en el futuro previsible. Según el banco, son las tensiones producidas por los fuertes aumentos de las tasas de interés de EE UU y las sanciones que han dejado a Rusia fuera del sistema bancario mundial los principales factores que han impulsado a las naciones a desafiar la hegemonía del dólar.

Desde 2015, el uso del dólar como reserva cayó en un 6%, según JP Morgan. No obstante, casi el 90% de las transacciones a nivel mundial se realizan en dólares, y la moneda representa casi el 60% de las reservas de divisas de los bancos centrales, según el Banco de Pagos Internacionales (BIS, por sus siglas en inglés) y el Fondo Monetario Internacional (FMI). En contraste, los contendientes abarcan fracciones mucho menores: el euro tiene en torno al 20% de las reservas de divisas y el incipiente yuan o renminbi chino tan solo un 2,7%.

El gigante rojo

El ascenso de China a partir de la primera década del siglo XXI puso en entredicho la soberanía económica de EE UU y su moneda. Conforme fueron pasando los años, cada vez más Estados tuvieron al gigante asiático como principal socio comercial. A esto, se le suma la nueva influencia que el país tiene gracias las inmensas deudas que algunas naciones en desarrollo adquirieron en el contexto del desarrollo de la Nueva Ruta de la Seda y de sus llamadas “trampas de deuda”.

Por otra parte, Pekín aseguró en abril que el yuan ya se ha convertido en la moneda más utilizada para sus transacciones transfronterizas, superando al dólar por primera vez. Los pagos transfronterizos en yuanes aumentaron a un récord de 549.900 millones de dólares en marzo, desde los 434.500 millones de dólares del mes anterior, según un cálculo de Reuters basado en datos de la Administración Estatal de Divisas de China.

En esta línea, Atlantic Council advierte de que, por ejemplo, el Gobierno de Vladimir Putin ha estado trabajando junto a Pekín para eliminar su dependencia del dólar. “Rusia ha buscado alternativas para gestionar su comercio y sus reservas. El yuan chino y el oro se convirtieron en las estrellas del espectáculo, pero ambos introdujeron nuevas vulnerabilidades e inconvenientes. El yuan hace que Rusia dependa de la buena voluntad de Pekín, mientras que el oro no es tan resistente a las sanciones como esperaba Moscú. De hecho, Rusia ha tenido dificultades para aumentar su comercio ilícito de oro”, declaran los investigadores del think tank.

Desde Atlantic Council añaden que Moscú ha intensificado rápidamente su uso de la moneda china de dos maneras principales: incrementando la participación del yuan en sus reservas y cambiando al comercio directo de rublos y yuanes en lugar de utilizar el dólar como intermediario. “A finales del año pasado, el Ministerio de Finanzas de Rusia aumentó la participación permitida de las reservas de yuanes en el Fondo Nacional de Riqueza al 60%. Mientras tanto, el comercio rublo-yuan se multiplicó por ochenta entre febrero y octubre de 2022. Con cada una de estas acciones, Rusia creó nuevas vulnerabilidades y se consolidó como el hermano pequeño en la relación”, cuentan.

Otros países también se han mostrado favorables a disminuir el uso del dólar en sus transacciones con China. En abril, el presidente francés, Emmanuel Macron, abogó por disminuir la dependencia europea del billete verde para las transacciones comerciales con ellos. Asimismo, en el primer trimestre se reportó un mayor uso de la moneda por países como Argentina y Brasil. En marzo, Arabia Saudí afirmó estar considerando recibir pagos en yuanes por el petróleo que le vendía a China, y el mes pasado Pakistán accedió a pagar por sus importaciones del combustible ruso en moneda china.

No obstante, desde Goldman Sachs resaltan que para convertirse en una moneda tan poderosa como el dólar el camino es más complejo. Desde el banco aseguran que la convertibilidad sin fricciones, la transparencia regulatoria y la profundidad comercial son requisitos fundamentales.”En nuestra opinión, otros países cambiarían sus reservas primarias a yuanes solo si invertir en China se volviera más accesible y su mercado de bonos se profundizara lo suficiente como para alentar la tenencia de yuanes. Como referencia, el mercado de bonos de EE UU es de aproximadamente 51 billones de dólares, mientras que el mercado de bonos de China es de unos 20 billones de dólares”, exponen desde el banco.

Asimismo, desde la entidad explican que cuanto más exporta un país en relación con sus importaciones, mayor es su cuenta corriente y mayor su incentivo para limitar la apreciación de la moneda nacional.

“Si China tomara la condición de reserva del dólar estadounidense, la demanda mundial del yuan probablemente provocaría una apreciación material. Como tal, hasta que China se convierta en un importador neto, creemos que no tiene incentivos para superar al dólar”, sentencian.

Michael Cembalest, presidente de mercado y estrategia de inversión de JP Morgan AM, coincide con esta posición. “Si China quiere ver una mayor diversificación en el yuan, es posible que tenga que relajar las restricciones sobre los flujos de capital saliente por parte de los residentes. Eso, a su vez, podría crear incentivos para que las entidades no chinas emitan deuda denominada en yuanes y crear profundidad y liquidez comunes a los mercados del dólar y el euro. Pero un yuan totalmente convertible parece incompatible con las políticas chinas”, afirma.

Los otros rivales

El euro es quizás una de las alternativas que en un principio tenía más sentido para desplazar al dólar. En tanto que es una moneda en esencia multinacional y está vinculada a varias de las economías más fuertes del mundo, podría convertirse en el candidato ideal, ya que además cumple con los estándares de transparencia y regulación.

No obstante, desde Goldman Sachs destacan que el riesgo de fragmentación sigue siendo un tema clave para adoptar el euro como moneda de reserva principal. “Debido a que la zona del euro es una unión monetaria, la crisis de la deuda pública de un país miembro puede amenazar la estabilidad financiera del resto de la unión”, alegan. Por otro lado, desde el banco resaltan que no todos los 27 países de la UE han adoptado el euro, y los 20 países que usan la moneda única tienen bancos centrales independientes con sus propios mandatos.

La rupia india es otro de los posibles competidores. El país anunció en marzo que ofrecerá su moneda como una alternativa para el comercio a los países que se enfrentan a una escasez de dólares. La guerra de Ucrania ha ejercido presión sobre las reservas de divisas de Estados como Sri Lanka, Bangladesh y Egipto, que enfrentan escasez de dólares y han mostrado interés en comerciar con la moneda india, según indicaron funcionarios del Gobierno de ese país. No obstante, enfrentaría retos similares a los de China para convertirse en el nuevo dólar.

En cuanto a una moneda común de los BRICS, desde Goldman Sachs opinan que tampoco sería realmente viable que iguale al dólar: “Reconocemos que las monedas de los bloques regionales pueden causar una mayor fragmentación de las reservas. Sin embargo, una característica clave de una moneda de reserva es que está unida a una economía importante con mercados de capital liberalizados. Es probable que una alternativa de moneda BRICS no tenga suficiente influencia en el mercado de capitales para amenazar al dólar”, indican.

Robert Gilhooly, senior emerging markets research economist de Abrdn, explica a CincoDías que, por el momento, el objetivo más realista del grupo BRICS parece ser posicionarse como una alternativa a los préstamos del FMI y el Banco Mundial a través de su Nuevo Banco de Desarrollo. “Puede que China y Rusia tengan los bolsillos llenos tras años de superávit comercial, pero para Brasil, India y Sudáfrica en particular, parece ilusorio arriesgarse a asumir pérdidas en los préstamos cuando tienen sus propias necesidades de inversión interna. Una vez que los préstamos vayan mal, el BRICS podría empezar a imponer sus propias condiciones”, sostiene el experto de Abrdn.

En este contexto, Gilhooly añade que China parece ser el país mejor situado para internacionalizar su moneda, dada su capacidad para centrarse en los préstamos internacionales, su creciente participación en el comercio mundial y en el PIB, y su posición como mayor comprador y productor de materias primas clave.

¿Está el dólar en apuros?

Cembalest opina en un informe de abril que la disminución de las reservas absolutas en dólares es principalmente un reflejo de los cambios de valoración en las carteras de reservas, a medida que subieron las tasas de EE UU y bajaron los precios de los bonos, yen y euro. “Japón vendió 50.000 millones de dólares para detener la caída del yen el año pasado y esto no es un evento de diversificación del dólar. Asimismo, los datos del FMI solo reflejan las asignaciones de reservas de divisas del banco central. Otros tenedores importantes de títulos de deuda de EE UU incluyen fondos soberanos y bancos estatales, y tampoco hay evidencia de desdolarización”, dice el experto.

Gilhooly cree que los esfuerzos por alejarse del dólar serán un proceso de varias décadas y probablemente requerirán importantes reformas políticas e institucionales en los países que pretendan desafiar el dominio de la moneda estadounidense. “Aunque la cuota del dólar en las reservas de divisas ha disminuido, sigue siendo con diferencia la moneda más utilizada, con una cuota en torno al 60%. La única divisa que en los últimos tiempos ha reducido significativamente la cuota del dólar en las reservas es el euro, pero incluso la moneda europea ha experimentado una caída desde los máximos alcanzados antes de la crisis financiera mundial”, observa el economista.

El analista de Abrdn agrega que el yuan en la última década solo ha aumentado su cuota en las reservas de divisas en alrededor del 1%, hasta situarse en torno al 3%, una posición similar a la del dólar canadiense. “Aunque es posible que se esté produciendo cierta diversificación de las reservas oficiales en algunos mercados emergentes, a menudo se produce hacia otras divisas de mercados desarrollados, y estos flujos pueden acabar reciclándose en dólares en momentos de tensión”, aporta.

Ciertamente, mientras la inestabilidad económica continúe en Estados Unidos los rivales del dólar tendrán cada vez más argumentos. “La erosión resultante de la ventaja de rendimiento de EE UU es clave para la debilidad esperada del dólar en el próximo año. A medida que la inflación se normalice gradualmente y se vislumbre un giro de la Fed, la volatilidad de los bonos disminuirá y eliminará un pilar clave de su fortaleza en los últimos años”, sentencia Thomas Hempell, jefe de análisis macro y de mercado de Generali Investments.

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