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Las primas de riesgo periféricas resisten las turbulencias y el alza de tipos

El coste de financiación se encarece de manera uniforme, incluso con descensos del riesgo país en Portugal y Grecia 

Primas
Belén Trincado Aznar
Gema Escribano

El BCE está logrando con éxito evitar la temida fragmentación financiera en la zona euro. La subida agresiva de los tipos se ha traducido en un incremento del coste de financiación, pero a diferencia de épocas pasadas el aumento está siendo uniforme. Es decir, abarca por igual a los países catalogados como seguros, entre los que se incluyen Alemania, Francia o Países Bajos, así como a los periféricos, los más endeudados y con España e Italia como sus principales representantes.

Superado el susto de junio de 2022 cuando los diferenciales se dispararon ante las expectativas del fin de los tipos cero, el anuncio del mecanismo antifragmentación diseñado por el BCE ayudó a calmar los nervios. No ha sido necesario ponerlo en marcha, pero su mera aprobación ha sido suficiente para mantener a raya el riesgo periférico. La prima de riesgo española, que hace 17 meses alcanzó los 136 puntos básicos, se sitúa a día de hoy en los 105. Este comportamiento se repite en el resto de periféricos. El diferencial entre la deuda portuguesa a 10 años y la alemana ha pasado de los 136,7 puntos básicos de junio de 2022 a los 68 actuales, mientras que la prima italiana cae en ese tiempo de los 242 a los 191. La griega ha recortado desde los 295 puntos básicos a los 138 actuales. La reciente decisión del BCE de mantener las reinversiones de la deuda del programa PEPP que vaya venciendo hasta al menos finales de 2024, la primera pausa tras 10 subidas de los tipos y la suspensión de las reglas fiscales han contribuido a controlar las tensiones.

Cristina Gavín, jefa de renta fija en Ibercaja Gestión, señala que la evolución de la prima de riesgo no está en el foco de los inversores. “Los diferentes mecanismos de los que dispone el BCE para hacer frente a un posible movimiento adverso supone un suelo para su evolución”, remarca. Por su parte, David Ardura, director de inversiones de Finaccess Value, destaca que los diferenciales se vienen comportando como un activo de riesgo más. En las jornadas en las que las Bolsas aceleraban los descensos, influidas en gran medida por el repunte de las rentabilidades, las primas de riesgo se ampliaban.

Donde más incidencia ha tenido esto ha sido en el mercado italiano. En octubre la prima de riesgo transalpina superó los 200 puntos básicos, un comportamiento que se explica por la revisión al alza de los objetivos de déficit para 2023 y 2024 y la actualización de las previsiones del FMI, que considera que la ratio de deuda sobre PIB continuará por encima del 140% incluso en 2028.

Mientras el diferencial italiano es el que registra el nivel más alto, el portugués se sitúa en el lado opuesto. Con la deuda a 10 años en el 3,4%, la prima de riesgo lusa cae a los 68 puntos básicos, a mínimos de junio, y por debajo de los 105 de la española. Jakob Suwalski y Brian Marly, analistas del sector público y soberano de Scope Rating, destacan que España y Portugal, ambos con rating de A- y perspectiva estable, han mostrado una fuerte resistencia a las crisis provocadas por la pandemia y la energía y comparten perspectivas de crecimiento prometedoras.

El mejor comportamiento del mercado luso se explica por las diferentes trayectorias de la ratio de deuda sobre PIB, que deja a España más expuesta a los altos tipos de interés. Desde la agencia destacan que este indicador caerá hasta el 88% en 2028, su nivel más bajo desde 2009. “Esta caída supondrá una notable reducción de 26 puntos porcentuales desde 2022, gracias a los superávits presupuestarios previstos que ascenderán a una media del 2,1% entre 2023 y 2028″, subrayan.

Junto a las buenas perspectivas y la buena gestión presupuestaria de Portugal, Gavín destaca el reducido tamaño de su economía. “El limitado tamaño en cuanto a deuda emitida hace que su prima de riesgo esté condicionada por el flujo de compras y ventas y sea poco representativa del riesgo que perciben los inversores”, destaca. Italia en las últimas semanas ha tenido que acelerar las emisiones de deuda para financiar el déficit, pero Portugal ha emitido menos. Como se puso observar el miércoles en el mercado de deuda de EE UU, cuando el Tesoro anunció unos objetivo menores de emisión, el exceso de oferta en el mercado está contribuyendo al repunte de las rentabilidades. El bono de Portugal a 10 años se sitúa en el 3,4% frente al 3,76% del español y el 4,6% del italiano.

Para España se espera que, tras haber caído hasta un 109% previsto en 2023 desde el 120% de 2020, el ratio de deuda sobre PIB se mantendrá relativamente estable hasta 2028. A pesar de disponer de una ratio de deuda más elevada, España cuenta a su favor con el escudo de la vida media de la cartera de deuda. En la era del dinero barato el Tesoro aceleró las emisiones de deuda a largo plazo. Además de las subastas a 10 años, efectuó varias colocaciones de 15, 20 y 30 años. A ellas se suman la venta de dos bonos a 50 años. Con una vida media de 7,82 años, España reduce el riesgo de refinanciación y mantiene el coste de la deuda estable en torno al 2%. Ardura espera que se mantenga la estabilidad en las primas de riesgo al menos hasta 2024, ejercicio en el que es de esperar que se retomen las reglas fiscales.

Grecia exprime la mejora del rating

Grado de inversión. El pasado 20 de octubre S&P fue la primera de las tres grandes agencias de rating que devolvió a Grecia el grado de inversión. La firma situó su rating en BBB- con perspectiva estable por primera vez desde la crisis de deuda soberana. Los inversores aprovecharon la ocasión para acelerar la compra de deuda helena, un movimiento que ha contribuido a que el bono a 10 años caiga al 4% frente al 4,68% del pasado enero. En un año en el que el repunte de los rendimientos es la tendencia imperante, la deuda griega logra desmarcarse. Sus bonos son los que tienen mejor desempeño en la zona euro. S&P destacó la importante consolidación presupuestaria que ha colocado a Grecia en una senda de mejora firme. Las previsiones apuntan a que la economía se expandirá un 2,3% en 2023 y un 3% en 2024. Los inversores aplauden la reelección del primer ministro Kyriakos Mitsotakis que se ha comprometido a mantener las políticas favorables a las empresas así como a no poner en peligro la disciplina presupuestaria. El Ejecutivo espera reducir la ratio de deuda sobre PIB a menos del 140% en 2027, lejos del máximos del 206% que registró en 2020. 


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Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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