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Cómo preparar la cartera de inversión para el alto el fuego en los tipos de interés

Los expertos empiezan a recomendar la compra de bonos a plazos más largos para garantizarse la rentabilidad ante un escenario económico que irá deteriorándose

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mouu007 (Getty Images)

El 27 de julio del pasado año, el Banco Central Europeo comenzaba la subida de los tipos de interés, después de seis años con el precio del dinero en el cero por ciento. Doce meses más tarde y tras una carrera meteórica y nunca vista, los tipos alcanzaban esta semana el 4,25%. En Estados Unidos, la Reserva Federal (Fed) abandonó el dinero gratis unos meses antes, en marzo del pasado año, y en este periodo los ha situado en el 5,5% con la subida de 0,25 puntos de este miércoles.

Tras este rally inédito en la política monetaria del dólar y el euro, provocada por una inflación desmadrada, los mercados atisban ya el fin de las subidas de los tipos de interés para Estados Unidos y esperan, como mucho, solo otra alza para la eurozona. Y esta expectativa ha permitido a los índices de las Bolsas celebrar en máximos de varios años el fin de una etapa histórica en el precio del dinero.

Quedan, no obstante, incertidumbres que los bancos centrales deben manejar, como la evolución de la inflación y la marcha del crecimiento económico, que podrían poner en peligro este alto el fuego en las subidas de tipos. Aunque todavía lejos del objetivo de inflación del 2%, los precios se situaban en junio en el 3% en Estados Unidos y en el 5,5% en la eurozona, después de conocer niveles de dos dígitos hace solo un año. La medicina monetaria ha funcionado sin producirse, además, un desplome en el crecimiento de las economías. El PIB de Estados Unidos creció un 0,5% en el primer trimestre del año, mientras que el de la eurozona entró en recesión técnica al bajar el 0,1%, al igual que en los últimos tres meses del pasado año. Esa brusca recesión de las economías por culpa de las alzas de tipos no se ha producido y los mercados esperan un aterrizaje suave.

Analistas como Gilles Moëc, economista jefe de Axa Investment, han sustituido el temor a nuevas alzas de tipos por “la necesidad de mantener las condiciones monetarias restrictivas durante mucho tiempo”. Se abre un nuevo escenario con estos niveles de precio del dinero pero por más tiempo y son pocos los que esperan rebajas en 2024.

Pero tanto si nos enfrentamos a estos niveles de tipos durante mucho más tiempo como si el próximo año los bancos centrales inician el camino contrario de bajada en las tasas, la inversión en renta fija a diferentes plazos se ofrece como la opción preferida de los gestores. Incluso de aquellos que se dedican a analizar la Bolsa. También Wolf von Rotberg, estratega de renta variable en J. Safra Sarasin Sustainable AM, prefiere la renta fija a la variable “ya que esperamos que el ciclo se ralentice hasta finales de año, con una inflación en descenso gradual. El punto óptimo de la curva, tanto en EE UU como en Europa, es el plazo de 5 a 10 años, donde la reciente revalorización aún no se ha reflejado plenamente”, concluye el experto.

Optimismo con los bonos

Este optimismo sobre los bonos lo comparte Félix López, socio y gestor de fondos de Atl Capital, que considera que el horizonte de los próximos 12 o 18 meses es favorable para la renta fija y considera que es un buen momento para hacer cartera. Así, la deuda empresarial de mejor calificación (investment grade) está ofreciendo rentabilidades del 4,2% al plazo de cinco años; el high yield (alto riesgo) europeo, el 7,5%; los bonos subordinados, en torno al 8%-9%, y la deuda de los Gobiernos, por encima del 3% en plazos de tres y cinco años. “Estamos en un buen momento de compra y a estos niveles de rentabilidad va a ser difícil equivocarse. Además, con la expectativa de desaceleración económica empieza a ser conveniente ir aumentando la duración de los bonos”, explica.

Por su parte, Gema Martínez-Delgado, directora de gestión de carteras de GVC Gaesco Valores, y María Morales, responsable de gestión de renta fija, comentan que “durante este último año hemos ido añadiendo peso en renta fija en todas las carteras y la visibilidad para los próximos meses en este tipo de activo es evidente sobre todo para perfiles conservadores”. Y añaden: “Seguiremos añadiendo exposición, especialmente en el corto plazo, donde la tensión de los tipos por las subidas acumuladas es más acusada. Nos encontramos previsiblemente al final del ciclo de subida de tipos de interés, por lo que incorporar cierta duración en las carteras de una forma paulatina tiene sentido”, concluyen.

Y en esta misma línea, Alicia García, responsable de M&G Investments para Iberia, marca su estrategia para las próximas semanas con la renta fija: “La rentabilidad de la deuda a corto plazo sigue siendo atractiva y tener poca duración nos protege ante posibles subidas de tipos, aunque nuestro escenario base es que estamos llegando al final del ciclo, por lo que ir incorporando algo de duración puede aumentar la diversificación de la exposición a deuda y, si lo hiciéramos en las próximas semanas, proporcionarnos cierta protección ante posibles episodios de volatilidad que pueden darse en verano”, concluye.

Volatilidad

Los mercados de bonos en este 2023 han mostrado una volatilidad importante. Después de las decisiones del BCE y la Fed de esta semana, el bono estadounidense a 10 años volvía a niveles del 4% en el mercado secundario, frene al 3,4% que cotizaba como referencia en marzo de este año y tras marcar máximos del 4,16% en octubre de 2022. Pero un escenario económico de mayor debilidad hace buenos los tipos de interés actuales y, especialmente, los de los bonos a más largo plazo, que garantizan el pago de los actuales cupones durante más tiempo. Solo un nuevo descontrol de los precios fruto del encarecimiento del petróleo y otras materias primas, junto con las tensiones que se viven en el sector de servicios de las economías, podrían llevar a elevar los tipos de la parte larga de la curva. Sin embargo, no faltan inversores que prefieren coger las jugosas ganancias que ofrece ahora el corto plazo. La letra a plazo de un año en EE UU cotiza ahora en el 5,4% y prácticamente ha subido su rentabilidad una décima a lo largo de la semana, mientras el seis meses figura como el plazo más generoso de la curva invertida de la deuda estadounidense con un 5,53%.

En la gestora Fidelity un panorama económico más sombrío en los próximos trimestres marca su estrategia: “Probablemente caigamos en la recesión cuando arraiguen los efectos retardados de la política monetaria y, por ello, seguimos sobreponderados en bonos corporativos y deuda a plazo de diez años tanto en EE UU como en euros”, explican. También Julien Houdain, responsable de renta fija global de la gestora Schroders, basa su recomendación de renta fija en una previsión económica de ralentización en la que es probable “que veamos más impagos en el futuro por lo que las empresas con grado de inversión son el camino a seguir y, actualmente, ofrecen unas primas decentes”, concluye

Con ese entorno económico más complicado, Alain Krief, responsable de renta fija en Edmond de Rothschild AM, confía en que la tendencia positiva del primer trimestre con rentabilidades medias del 4% se mantenga en lo que queda de ejercicio: “Aconsejamos invertir pero de forma selectiva, con un poco más de duración (sensibilidad al tipo sin riesgo) para protegerse contra cualquier desaceleración grave, aunque no se espere actualmente”, indica.

En el caso de BlackRock, el temor de esta gestora se centra más en que la inflación persista en las economías y de ahí parten sus recomendaciones de inversión en renta fija: “Estamos a favor de los bonos ligados a la inflación de EE UU, ya que los mercados subestiman la persistencia de la inflación. Sin embargo, preferimos los bonos gubernamentales nominales de la zona del euro a los estadounidenses ya que se espera que las tasas se mantengan más altas durante más tiempo en la eurozona”, concluyen.

El papel de la renta variable

La comparativa con la Bolsa es inevitable. Tanto por valoración como por coste financiero de las empresas y como activo competidor, los tipos altos han sido siempre una clara amenaza para el mercado de acciones. Curiosamente, el comportamiento de este año ha sido único respecto a pasadas crisis de subidas de tipos, ya que las Bolsas solo comenzaban a subir cuando los tipos dejaban de hacerlo, mientras que en esta ocasión se han anticipado. Los expertos ya hablan de mejoría de los sectores bursátiles más endeudados por cuanto se despeja la incertidumbre de seguir deteriorando su coste financiero.

Aunque los analistas sobreponderan, en general, la renta fija sobre las acciones en este contexto de fin de subidas de tipos, sí destacan algunas oportunidades. Por ejemplo, Álvaro Antón, responsable de Abrdn para Iberia, aunque destaca el menor peso de la renta variable, se muestra cauto al indicar que “estas infraponderaciones son pequeñas debido a la resistencia de la Bolsa a corto plazo y al hecho de que no descartamos un aterrizaje suave de la economía”.

La responsable de gestión de GVC Gaesco se muestra más positiva al afirmar que las Bolsas continúan fuertes, apoyadas en los resultados empresariales y ante la mejora de márgenes por la normalización de ciertos componentes de la inflación. “Las compañías siguen siendo atractivas para la segunda parte del año, tanto por multiplicadores como por valoración, especialmente en Europa”. Y añade: “En la medida en la que se vaya anticipando una parada en el tensionamiento de los tipos, comenzarán a tomar el relevo sectores con más riesgo en la financiación, como los servicios públicos o las energías renovables. A corto plazo, continuamos viendo oportunidades en el consumo discrecional, especialmente el turismo, sector financiero e industrial”, concluye.

El experto de Vontobel, Matthew Benkendorf, se decanta por unos mercados de acciones con mayor volatilidad y con riesgo a la baja a partir de ahora. “En este contexto, los inversores con exposición a Estados Unidos deberían ser prudentes y posicionarse en empresas más resistentes y menos sensibles. Los sectores de bienes de consumo básico y asistencia sanitaria podrían ofrecer un gran valor ante el incierto futuro que se avecina”, explica. Mientras, en BlackRock su gran apuesta en renta variable es la japonesa, lo que justifican en una política monetaria más laxa que favorecerá las plusvalías en estas acciones”.

Esta semana ha puesto un punto –aún no se sabe si final o seguido– a las alzas de los tipos de interés de los bancos centrales hasta su cita de septiembre. Los datos macroeconómicos irán dando respuesta a las dudas, aunque el rally de subidas de estos días ya están dando en buena medida la respuesta.

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