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Otro golpe para la banca regional de EE UU

Las resoluciones de entidades ya han dejado una factura de 54.000 millones de dólares a los accionistas y acreedores de las firmas intervenidas

JPMorgan Chase To Purchase First Republic Bank, As First Republic Becomes 2nd Largest U.S. Bank Ever To Fail
Justin Sullivan (Getty Images)

Después de un martes en el que los bancos regionales de Estados Unidos volvieron a protagonizar una nueva jornada negra en Bolsa, en una semana que arrancó con el segundo mayor colapso bancario de la historia del país, el miércoles la calma parecía haber regresado a las cotizadas más golpeadas, pero la esperada nueva subida de tipos de la Reserva Federal acabó por darles otro pequeño golpe en la cotización, en paralelo a Wall Street en general. Las acciones de PacWest, que el día anterior había sido el más castigado al dejarse un 27,7% de su valor, terminaron cayendo un 2%. Western Alliance, Keycorp, Comerica y Zions Bancorp cerraron también en negativo, con caídas entre el 2% y el 5%.

Los colapsos de Silvergate Capital, Silicon Valley Bank, Signature Bank y el recientemente añadido First Republic no se han traducido en pérdidas de dinero para los depositantes estadounidenses gracias a la intervención de las autoridades y del fondo de garantía de depósito (FDIC). Un organismo que, incluso, ha sugerido cambiar las normas que rigen sobre la cobertura de dinero de los ahorradores.

Sin embargo, accionistas y acreedores sí han tenido que afrontar una elevada factura. En concreto, según cálculos de Bloomberg, el monto asciende a 54.000 millones de dólares. Desde el 28 de febrero, las cuatro entidades golpeadas han destruido 46.900 millones de dólares de capitalización, mientras que se han perdido más de 7.500 millones de dólares en bonos y otro tipo de deuda de estos bancos.

En el caso de First Republic, cuyas acciones fueron suspendidas el martes, Vanguard, Capital Group y Blackrock han sido los principales perjudicados, ya que ostentaban el 11,04%, el 7,41% y el 7,07% respectivamente del total de acciones del banco absorbido por JP Morgan. En el lado de los bonistas, Blackrock, Sammons Enterprise y Guggenheim Investments fueron los que más han perdido, con 311 millones de dólares, 239 y 201 millones cada uno del total de 4.430 millones de dólares de deuda que tenía el banco.

El devenir de la tregua que hoy experimentan los bancos dependerá de si el miedo provoca más fugas de depósitos. Las cuatro entidades colapsadas son la consecuencia, las repentinas fugas de depósitos y la incapacidad de abonarlos son la causa. En su análisis con sugerencias para reformar la ley que rige en Estados Unidos sobre la protección de depósitos, los expertos del FDIC admitían que la tecnología y la inmediatez están jugando un papel importante a la hora de sellar la suerte de las firmas afectadas. “La velocidad con la que se difunde la información y la rapidez con la que los depositantes pueden retirar fondos en respuesta a la misma pueden contribuir a que las retiradas masivas de fondos sean más rápidas y mayores”, detalla el documento.

En la difícil situación bancaria en Estados Unidos también ha influido los repuntes de tipos de interés de la Reserva Federal. En un artículo sobre cómo impactan estos movimientos de los bancos centrales en el valor de la renta fija, BBVA explica que el precio al que se compra un bono se mueve en sentido inverso al movimiento (subida o bajada) de los tipos de interés. Con otras palabras. Si los tipos de interés suben, el valor de los bonos baja. Los bancos son los grandes tenedores de bonos tanto corporativos como soberanos, por lo que han sido los grandes damnificados (junto con los que buscan financiación) de la subida de los tipos.

En un reciente estudio académico elaborado de forma conjunta por investigadores de la Universidad de Nueva York y de la Universidad de Pennsylvania, los autores dan una estimación del precio que ha tenido el endurecimiento de política monetaria más súbito de la historia de la Fed. En concreto, según recoge Bloomberg, estiman que los bancos estadounidenses acumulan un total de 1,84 billones de dólares de pérdidas latentes en sus carteras de deuda. Con todo, las abultadas pérdidas latentes no tienen por qué materializarse, pero si una fuga de depósitos obliga a vender activos para reembolsar el dinero a los ahorradores, tal y como les pasó a las cuatro entidades, sí pueden ser un problema.

No obstante, el alza de tipos tiene dos caras. Por un lado, aumenta esas pérdidas latentes, pero por el otro, incrementa el margen de ganancia que tienen los bancos a la hora de prestar el dinero. Aunque el pagar poco por el dinero de los ahorradores y luego prestarlo más caro ayuda a mantener una buena cuenta de resultados a los bancos, esta práctica encierra el riesgo, según Bloomberg, de que los depósitos se vayan en busca de mayores rentabilidades. Mientras la media de la rentabilidad ofrecida a los ahorradores en EE UU es de solo el 0,39%, el tipo de interés de la Fed está en el 5%. Aprovechando esa falta de remuneración, actores como Apple están entrando en el sector financiero pagando un 4,15% a sus ahorradores.

A las fugas por búsqueda de rentabilidad se le sumó las impulsadas por el miedo, siendo estas segundas las que más han pesado en los bancos fallidos. La mera sombra de la duda que se posó sobre los bancos regionales de Estados Unidos tras el colapso de Silicon Valley Bank espoleó sus salidas de depósitos. En el caso de First Republic Bank, las que soportó en el primer trimestre fueron mortales de necesidad una vez salieron a la luz. En los tres primeros meses del año, perdió más de 100.000 millones de dólares de depósitos. Charles Schwab soportó retiradas por valor de 41.000 millones de depósitos en el trimestre, el 11%. Western Alliance vio salir durante el trimestre el 11,3% de sus depósitos. Las caídas fueron más modestas para Zions Bank o Regions Financial, de entorno al 3%.

Remunerar o no remunerar. Pablo Gil, estratega jefe de XTB, reflexiona sobre el dilema que enfrenta la banca. “La solución para evitar la fuga de depósitos no saldrá gratis, ya que remunerar las cuentas a niveles de los tipos oficiales fijados por la Fed supondrá matar la gallina de los huevos de oro que está propiciando grandes beneficios a la banca. El margen de intermediación, que no es otra cosa que la diferencia entre el precio que paga el banco por el dinero que recibe de sus clientes y el precio al que presta ese dinero a terceros, es históricamente alto, pero parece tener los días contados, y con ello, una parte importante de los beneficios empresariales del sector bancario”, prevé.

Para combatir el pánico es especialmente importante la postura de las autoridades. “Tal y como hemos demostrado, la administración tiene las herramientas para actuar rápidamente y prevenir cualquier contagio. Tenemos el compromiso de tomar fuertes medidas si son necesarias”, decía un comunicado de la Casa Blanca sobre las turbulencias. Hasta el momento, no solo se ha respondido con mensajes de tranquilidad como los emitidos por la Casa Blanca, sino que se ha cubierto la totalidad de los depósitos de las entidades afectadas, incluso en el caso de superarse los 250.000 dólares en las cuentas. También se planea cambiar la legislación que vela por la banca regional, así como replantear la cobertura de depósitos.

Sobre si la calma se confirmará o dará paso a una nueva tormenta hay división de opiniones. El lunes, Jamie Dimon, presidente de JP Morgan, aseveró que con la compra de First Republic “estamos acercándonos al final de los problemas de la banca regional de EE UU”. Por contra, este miércoles, el ex presidente de la Fed de Dallas Robert Kaplan hizo un llamamiento a que la Reserva Federal detuviera las subidas de tipos. “Preferiría que se hiciera una pausa, no subir los tipos, pero dejar claro que se sigue con ello en mente. Digo esto porque pienso que la situación bancaria puede ser más seria de lo que actualmente pensamos”, dijo en una entrevista.

Independientemente de si hay más daños o no. Mondher Bettaieb-Loriot, Head of Corporate Bonds en Vontobel, afirma que los que ya se han producido fruto de las turbulencias bancarias que se derivan, entre otras cosas, del tipo de interés de los fondos de la Reserva Federal, muy elevado y restrictivo, pasarán factura a la economía. “Creemos que la reciente reaparición de las tensiones bancarias a través del First Republic Bank debería pesar sobre la actividad económica: la transmisión se realiza a través de los préstamos bancarios, y los préstamos bancarios en EE.UU. registran ahora un brusco descenso de casi el 2% en las cuatro semanas transcurridas hasta el 12 de abril. Esta reducción de los créditos a las empresas en un periodo tan corto parece brusca, como reconoce el Banco de la Reserva Federal de Saint Louis”, concluye.

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