La Fed sube los tipos por décima vez en 14 meses e insinúa una pausa
La horquilla de las tasas se sitúa en el 5,25%-5%, máximos de 2007
La quiebra de tres bancos en apenas dos meses parece que no es una razón de peso para que la Reserva Federal haga una pausa en la subida de tipos. Dos jornadas después de que JP Morgan comprara First Republic en una operación de emergencia, el Comité de Mercado Abierto de la Fed (FOMC por sus siglas en inglés) acordó este miércoles elevar las tasas en 25 puntos básicos, hasta situar la horquilla de tipos en el 5,25% y 5%, máximos de septiembre de 2007. Con esta subida son ya 10 los ascensos consecutivos puestos en marcha desde que en marzo de 2022 el banco central de EE UU se embarcara en su lucha contra la inflación y pusiera fin, por segunda vez en menos de 20 años, a los tipos cero.
Por primera vez en meses, el comunicado no recoge la frase de que podría ser apropiado un ajuste adicional en los tipos de interés. Es decir, abre la puerta a la pausa con la que tanto ha venido especulando el mercado. El mayor endurecimiento monetario vivido desde principios de 1980 está llegando a su fin. No obstante, en la rueda de prensa el presidente de la Fed, Jerome Powell, aclaró que no se había tomado una decisión sobre una eventual pausa, pero destacó que se había producido un cambio de lenguaje “significativo”. Junto a la subida de tipos, el banco central mantiene sin cambios la reducción del balance de la deuda.
“Es probable que las condiciones crediticias más estrictas para los hogares y las empresas pese sobre la actividad económica, la contratación y la inflación”, señala el comité en un comunicado. A pesar de esto, la Fed considera que el alcance de estos efectos sigue siendo incierto y se compromete a estar muy atento a los riesgos de inflación
Aunque la credibilidad del banco central de EE UU se vio mermada tras reconocer que habían errado en su pronóstico de que la inflación era transitoria, el comité tiene claro que quiere evitar una reedición de los errores. Es decir, aunque haga una pausa, los tipos permanecerán en niveles elevados durante un tiempo, al contrario de lo que sucedió en el periodo que oscila entre 1970-1980 cuando la institución se apresuró a recortar el precio del dinero aun cuando los precios continuaban siendo altos. Aunque la inflación se moderó en marzo por noveno mes consecutivo, la tasa interanual se situó en el 5%, lejos del objetivo del 2%. “El proceso de bajar la inflación tiene un largo camino. Si la inflación se mantiene alta no reduciremos las tasas”, subrayó Powell. Las últimas proyecciones realizadas por el comité en marzo contemplan que la tasa final se sitúe por encima del 5% a cierre de año.
A pesar de las turbulencias sufridas por la banca, especialmente las entidades regionales, los formuladores de política monetaria consideran que el sistema bancario es sólido y resistente. Powell intentó calmar los nervios y destacó que pese a lo sucedido con First Republic, las condiciones bancarias habían mejorado ampliamente desde comienzos de marzo. El presidente de la Fed considera que la adquisición de First Republic por parte de JP Morgan fue una buena idea, pero afirmó que no quiere que los bancos grandes hagan grandes compras. Es decir, trata de evitar un riesgo sistémico que comprometa la salud del sistema financiero.
En un momento en el que el mercado ha empezado a especular con una eventual recesión, Powell señaló que desde la institución este no es su escenario principal. En su lugar lo que prevén es un crecimiento modesto y si finalmente se produce la temida recesión esta sería leve. El presidente de la Fed aprovechó la ocasión para pedir a la clase política que llegaran a un acuerdo para elevar el techo de deuda,
La proximidad de una pausa de la subida de tipos no fue suficiente para despejar las dudas. Aunque durante gran parte de la jornada Wall Street se había mantenido en positivo al cierre los tres índices el Dow Jones se dejaba un 0,8%; el S&P 500, un 0,7% y el Nasdaq, un 0,46%. Un comportamiento que se explica el hecho de que la Fed descartó una rebaja de las tasas a pesar de que sus previsiones apuntan a un crecimiento modesto.
Los inversores mantienen su confianza en la salud de la banca americana
La caída de First Republic vuelve a poner de manifiesto que los problemas bancarios aún no se han resuelto. Aunque ayer los inversores optaron por ver el vaso medio lleno, las entidades tienen por delante el reto de digerir las consecuencias de la subida acelerada de los tipos. Pero después del varapalo sufrido en las últimas jornadas, el sector amagó con el rebote, unas ganancias que estuvieron lideradas por PacWest Bancorp y Western Alliance, los dos bancos en el punto de mira de los inversores. No obstante como ocurrió con la Bolsa estadounidense, al cierre las entidades no escaparon a la quema y cedieron un 2% y un 4,4%.
Aunque el endurecimiento monetario ha sacado a la luz las grietas de los cambios regulatorios introducidos por la Administración Trump, los expertos consideran que el castigo de las últimas jornadas ha sido irracional y creen que la baja valoración de los bancos regionales son un punto de entrada en el que la ecuación rentabilidad riesgo compensa. Christopher McGratty, analista de Keefe, Bruyette & Woods, señala que los inversores se están centrando en los aspectos negativos y que lo que cotiza el mercado a día de hoy es más una crisis de confianza que el deterioro de los fundamentos.
Mientras la caída y rescate de First Republic se debieron a las malas inversiones y la fuga de depósitos, la situación de entidades como PacWest y Western Alliance parece mucho más saneada. Tal y como revelaron en la publicación de sus resultados ambos bancos lograron frenar la sangría de depósitos sufrida tras la caída de Silicon Valley Bank y Signature Bank, algo que es interpretado por los inversores como una señal alentadora. “Ninguno de los bancos dentro del universo de cobertura de Bank of America experimentó el estrés de las tres entidades en quiebra”, señalan los analistas de Bank of America. A pesar de esta aparente solidez, los expertos reconocen que una venta masiva de acciones de manera persistente tiene el potencial de empeorar los desafíos a los que se enfrentan los bancos más pequeños.
Los ascensos registrados por la banca estadounidense y muy especialmente por las entidades regionales se han visto impulsados por el cierre de las posiciones bajistas. La semana pasada mientras los reguladores trabajan para poner una solución a First Repulic fueron muchos los que apostaron a que el sector seguiría bajando, una estrategia que les ha reportado sustanciales ganancias.
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