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La punta del iceberg
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

De España a Suiza: la gran variedad de la inflación europea

El diseño del mercado eléctrico marca diferencias en las tasas del IPC, sobre todo en Suiza que ha podido esquivar buena parte de la inflación

Puestos de alimentación en un mercado en Sevilla
Puestos de alimentación en un mercado en SevillaPACO PUENTES

La inflación es un fenómeno complejo, lo que no impide que se busque identificar sus probables causas para cada episodio en el que ésta aparece de forma singular. Aunque hemos analizado profusamente esta cuestión para España, no está de menos conocer si las sospechosas habituales encajan con los datos a nivel internacional, en concreto para los países del continente europeo.

Resumiendo lo que sabemos, los países del continente sufrieron un choque de oferta, energético, que les afecto de forma heterogénea en función de cómo fueran adictos a las diversas fuentes de energía, de cómo diseñados estuvieran sus mercados energéticos, de su estructura industrial, de la cesta de la compra o de cómo las políticas ayudarán, o no, a amortiguar sus efectos.

Gráfico
Belén Trincado Aznar

Esta elevada heterogeneidad la pueden comprobar en la figura de la izquierda. En un extremo tenemos a Hungría y a los países bálticos, más el resto que conforman la franja fronteriza con Ucrania y Bielorrusia. Entre las principales razones de su mayor inflación se han destacado el aumento del precio de un gas con diferente protagonismo en estos países, las consecuencias de esta subida en el precio de la electricidad y los alimentos y que dichos países poseen un mayor peso en la cesta de la compra de los hogares que en el resto de los países. En el otro extremo, Suiza, país que ha sido puesto como ejemplo de responsabilidad, siendo su inflación una muestra de ello.

Para evaluar el peso de algunas de estas causas, tomando datos de Eurostat trato de ver cómo éstas explican el aumento de los precios desde enero de 2021 para los principales países del continente. La dependencia del gas en la producción de energía, el precio de la electricidad, el peso de los alimentos en la cesta de la compra y el peso de los precios que están administrativamente controlados son usados en este análisis. De este simple ejercicio, que explica el 50% de las diferencias, obtengo la figura de la izquierda. El resto dependerá de otras cuestiones como de los diferentes pesos en la construcción del IPC, dela estructura del mercado eléctrico, de las políticas de demanda, de otras políticas de intervención en precios, etc.

Lo que se observa es que entre los países con mayor inflación hay que buscar causas más allá de las analizadas en este simple ejercicio. Salvo Letonia, buena parte de las causas permanecen sin identificar, aunque dudo que se alejen mucho del impacto que en sus relaciones comerciales ha debido tener su cercanía y dependencia con Rusia. Recomiendo el análisis del banco central del país mencionado para comprender cuáles pueden ser esas causas.

Entre los países de inflación intermedia, estas pocas causas explican buena parte de la heterogeneidad, salvo para España. El mayor peso de los alimentos en la cesta de la compra y el menor control de precios en nuestro país hizo que nuestro diferencial de inflación no fuera más a nuestro favor. Es decir, partiendo de que los precios crecieron doce puntos menos que la media de los países de la muestra, la inflación habría sido en España hasta seis puntos menor aún en el caso de haber tenido pesos similares a la media europea en alimentos o ejercido similar control de precios.

A pesar de ello, y para nuestro país, otros factores han debido ayudar a mantener los precios algo más controlados que la media europea. Aunque este ejercicio no permite identificarlos, se podría señalar a ciertas políticas aplicadas (tope al gas, por ejemplo), la escasa presión de salarios y márgenes (sí, salvo en sectores conocidos) o el diseño del precio de la electricidad, que siendo muy intensa al inicio, asimiló rápidamente la bajada de los precios del gas comparado con la mayoría de los países.

Con este ejercicio se puede comprobar, además el papel que el control de precios puede haber jugado en la inflación de países como Dinamarca, Italia, Alemania o Suiza. Precisamente, para este último caso, su bajísima inflación quedaría retratada por dos razones que muchos han dejado de lado a la hora de señalar al país alpino como ejemplo a seguir.

En primer lugar, y con datos de Eurostat, es el país del continente con mayor proporción de precios controlados por el gobierno. Uno de estos es el de la electricidad, cuya generación está ampliamente controlada por las administraciones. A esto hay que añadir que su mix energético le ha permitido esquivar buena parte de las causas del aumento de la inflación, con una abrumadora mayoría de hidráulica o nuclear. Precisamente, esta composición le ha permitido, y por otras razones derivadas de su peculiar estructura económica, evitar devaluaciones del franco suizo en lo peor del choque, lo que le sirvió para aplacar las presiones inflacionistas que llegaron más allá de nuestras fronteras. Finalmente, el menor peso que la energía tiene en el gasto de los suizos junto con el de otros productos cuyos precios han aumentado considerablemente (alimentos), explicaría otra buena proporción de su diferencial. Por el contrario, su responsabilidad monetaria, como ha sido señalada, no explica esta evolución dado que su expansión, tanto de la base monetaria (8,9 veces mayor en abril de 2022 respecto a enero de 2009 comparado con las 4,3 veces del BCE) como de la M3 (1,7 veces mayor para Suiza frente a las 1,6 veces del BCE), ha sido más agresiva que la del euro en esta última década.

En definitiva, la comparación entre países ofrece un campo de experimentación para ofrecer preguntas y obtener respuestas sobre qué ha pasado con la inflación. La heterogeneidad facilita este análisis y lo que deberíamos pensar es que dicha heterogeneidad nos dice que, quizás, el cómo esté diseñada la generación de energía eléctrica y el control de sus precios nos puede contar historias sugerentes.

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