El IPC baja 1,4 puntos tras el récord del mes pasado gracias al descenso de luz y gasolinas
Registra el mayor descenso en tasa interanual en 35 años y termina abril en el 8,4%
La inflación ha dado una tregua al consumidor español, y después de una histórica y acelerada carrera que ha llevado los precios a niveles desconocidos desde los años 80, en abril el ritmo de los precios cedió, también con una rapidez desconocida en las últimas décadas. Según el indicador adelantado del INE, los precios han subido un 8,4% en los últimos 12 meses, 1,4 puntos menos que el mes pasado. En marzo la inflación cerró en un histórico 9,8% en un mes marcado por el fuerte impacto de la guerra de Ucrania (la invasión rusa fue el 24 de febrero) sobre los precios energéticos, en particular el gas, clave para la determinación de la tarifa eléctrica, y el petróleo.
Al tratarse del indicador adelantado, el INE no detalla el impacto de los distintos componentes de la cesta de la compra, aunque sí cita que la caída se debe al descenso de los precios de la energía: electricidad y gasolinas. No obstante, la mala noticia es que la inflación subyacente, que no tiene en cuenta los elementos más inestables de la cesta de la compra, ha acelerado sus ascensos hasta el 4,4% interanual, un punto más que el mes precedente. En términos mensuales, los precios han caído un 0,1%, después de dispararse el 3% en marzo.
Este mes han entrado en vigor nuevas medidas del Gobierno para contener el impacto de la inflación. Así, las estaciones de servicio han descontado, desde principios de mes, 20 céntimos por litro en el repostaje de combustibles, una rebaja que va contra el presupuesto del Estado para paliar parte de la fortísima subida de las gasolinas, derivada a su vez del petróleo. En el mercado eléctrico no se han tomado nuevas medidas, pero el clima favorable ha rebajado el precio en el pool gracias a la producción eólica. Así, el precio del mercado mayorista, que en marzo fue de 283 euros, registra una media hasta el día 29 de abril de 191 euros, según los datos de Omie.
Esta caída de precios se traslada directamente al IPC, puesto que la tarifa regulada de la luz se calcula en función de dicho precio mayorista y esta tarifa, o PVPC, es el componente que usa el INE para el IPC. Deja fuera el mercado libre, en el que contratan la electricidad en torno al 60% de los hogares, un condicionante en cuya corrección está trabajando el INE.
Techo e impactos de segunda ronda
Con la incógnita del posible cierre del grifo del gas ruso a Europa, que puede tensar aún más el mercado, la escalada de los precios puede haber tocado su punto álgido, a la espera de que entre en vigor la medida por la que el Gobierno limitará el precio al que el gas computa en la subasta eléctrica, que se prevé se apruebe la próxima semana. Esta medida puede abaratar la factura en un 30%, según indicó la vicepresidenta Nadia Calviño, y de acuerdo con los cálculos de los economistas, puede recortar en dos puntos el IPC interanual. A partir de los meses de junio y julio, cuando empezó a subir la inflación, se dejará notar el efecto escalón, puesto que la comparativa de precios se efectuará sobre una base superior.
Con todo, el episodio inflacionista no está superado en la medida en que las subidas de precios se han trasladado al conjunto de la economía, como muestra el alza de la inflación subyacente. Además, surgen nuevos focos como la ruptura de cadenas de suministro o los precios alimentarios. Las empresas, desde la industria pesada al gran consumo, están trasladando a precios el aumento de los costes. De ahí que economistas e instituciones como el Banco de España hayan pedido un pacto de rentas que evite estos temidos efectos de segunda ronda, conteniendo las subidas en precios y salarios. El gobernador del Banco de España ha urgido a que solo se revaloricen con el IPC las pensiones mínimas.