Las empresas y la sociedad civil, protagonistas en una cita sin grandes acuerdos
Las partes esperan lograr un consenso el fin de semana
Es cierto. Para nadie es un secreto que, desde el punto de vista político y tras 15 días de discusiones, la cumbre del clima en Madrid –los países continuarán negociando el fin de semana–, ha incumplido las enormes expectativas que se había trazado: elevar la ambición en materia de recorte de emisiones de CO2 y avanzar, al menos, en la regulación del mercado de carbono (el artículo 6 del Acuerdo de París, el principal escollo ante el temor de un doble conteo).
Ahora bien, desde una perspectiva social, de concienciación, y de mayor compromiso del sector privado, la COP25 puede calificarse como satisfactoria, incluso exitosa según como se mire. Sin embargo, la brecha entre el discurso y la acción es aún visible, lo que se refleja además en la ausencia de los principales líderes políticos de los países más contaminantes –no asistió el presidente de EE UU, Donald Trump, que ha activado la salida del país del Acuerdo de París; ni el chino Xi Jinping, ni el indio Ram Nath Kovind ni el ruso Vladímir Putin–.
La regulación del mercado de carbono, aún el principal escollo
Tampoco el brasileño Jair Bolsonaro, era de esperarse, pero ni siquiera el francés Emmanuel Macron ni la alemana Angela Merkel. Sí enviaron a sus ministros de energía o medio ambiente o delegados de menor relevancia.
La ministra en funciones para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, reconocía al mediodía de este viernes que “el nivel de ambición encima de la mesa era insuficiente para cumplir el Acuerdo de París”. Y que esperaba que los Estados revisaran al alza sus compromisos reducción de emisiones.
Además, admitía que la regulación del mercado de carbono era un tema “controvertido, enormemente técnico y complejo” y que los ministros facilitadores, Ribera entre ellos, habían hecho ya todo lo que estaba en sus manos. Así que solo quedaba esperar un milagro de último minuto.
Los ecologistas mostraron también poco optimismo. “Las negociaciones no están yendo como deberían, para que la temperatura media del planeta no suba por encima de los 1,5 grados”, comentaban en Greenpeace, que agregaron la financiación para la adaptación de los países en desarrollo como otro punto de conflicto.“Si no actuamos ahora, superaremos los tres grados”.
El Pacto Verde europeo y el fin de las inversiones fósiles del BEI, entre las victorias
El colectivo Fridays For Future manifestó, asimismo, su decepción, aunque la reivindicó como su COP, en alusión al apoyo masivo de la calle. Precisamente, la activista sueca de 16 años, Greta Thunberg (nombrada personaje del año por el Times), lamentaba en su primer día en Madrid, el viernes pasado, esa falta de acción política. “No hemos conseguido nada”.
Pese a todo, Ribera destacó el Pacto Verde presentado esta semana por la Comisión Europea como una victoria, y que el Banco Europeo de Inversiones (BEI) deje de financiar proyectos fósiles desde 2021, así como el acuerdo alcanzado ayer en la madrugada por el Consejo Europeo que fija emisiones cero de carbono en 2050, pese al veto de Polonia, muy dependiente del carbón.
Mientras que Joan Groizard, director general del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), consideró que “la COP25 ha demostrado que no solo la sociedad civil, sino también las empresas (eléctricas, que han avanzado más en renovables, y petrolíferas, muy intensivas en CO2 y que han anunciado esta semana cambios en su plan estratégico para ser neutras en 2050); toda la Administración pública y los partidos políticos, salvo alguna excepción, tienen claro cuál es el camino”.
La presidencia chilena de la COP25 anunció a última hora de la tarde de este viernes: “No vamos a salir del Ifema sin un buen resultado”, afirmó . Y es que todos auguran aún el milagro.
Lejos de la meta
El High Ambition Coalition de la COP25, el grupo de negociaciones climáticas que incluye a los ministros de Argentina, Canadá, Costa Rica, Etiopía, Fiji, Jamaica, Nueva Zelanda, México, Islas Marshall, Santa Lucía y a la UE, entre otros, recordó en una conferencia de prensa que esta lucha es por el presente, una lucha existencial, por lo que se necesita ir más allá, y que solo puede afrontarse de manera colectiva. El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, pidió ser más ambiciosos e implementar planes concretos ya. Pero Costa Rica fue especialmente crítico el viernes con los resultados de esta cumbre: “Estamos preocupados porque lo alcanzado hasta ahora no es aceptable ni compatible con el espíritu del Acuerdo de París, hoy estamos lejos de lo que necesitamos”.
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