“No hay remedio, subirán las comisiones”
La banca lo tiene claro, si hay impuesto para el sector el crédito y los servicios serán más caros La AEB y la CECA y Hacienda ya abordaron el martes pasado un incremento de los impuestos
Los responsables de las entidades financieras no se lo creían o no se lo querían creer. Habían oído hablar del impuesto a la banca que pretendía imponer el partido socialista, pero pensaban que quedaría en nada. Pero no será así, y lo saben desde el martes pasado, cuando los responsables de fiscalidad de las patronales bancarias CECA y AEB y el director general de tributos Alberto García Valera, iniciaron conversaciones informales para abordar la pretensión del Gobierno de Pedro Sánchez de imponer un impuesto a la banca.
Fue el jueves, no obstante, cuando la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, reveló gran parte del nuevo marco fiscal que impondrá el próximo año. Y entre los nuevos cambios impositivos que citó destaca el del nuevo impuesto a la banca, ese que tanto había pregonado Pedro Sánchez cuando estaba en la oposición.
La respuesta de las patronales del sector, CECA y AEB, no se hicieron esperar, lo mismo que la del Círculo de Empresarios. No quieren oír hablar de nuevos impuestos. La crítica de las patronales coincide con la expresada en junio por los banqueros. Tanto Carlos Torres, consejero delegado de BBVA, como José Ignacio Goirigolzarri, presidente de Bankia, criticaron hace un mes este, entonces, previsible impuesto.
El subgobernador del Banco de España, Javier Alonso, también criticó este impuesto y explicó, como ya lo hicieran otros banqueros, que las esta tasa provocaría una subida del precio de los créditos y de las comisiones, para compensar el nuevo impuesto. Alonso fue más lejos, al revelar que ello influiría en la rentabilidad de un sector que acaba de salir de una crisis, lo que redundará en un recorte de los dividendos y en una penalización de los inversores.
Los accionistas de Popular siguen quejándose a la JUR porque no conocen aún las razones de su intervención
Estos últimos, de hecho, buscarán alternativas de inversión en otros sectores antes que en la banca española si está más penalizada que otras empresas. Y esto se produce justo cuando la banca necesita aún capitalizarse más.
En la toma de posesión del nuevo gobernador, Pablo Hernández de Cos, el pasado 26 de junio, los banqueros que asistieron ya demostraron su temor a esta tasa, aunque no estaba todavía anunciada por el Gobierno socialista. Era el comentario de todos los corrillos.
Fuentes financieras aseguraban el viernes que todavía no habían recibido notificación de cómo se instrumentaría el futuro impuesto. Consideran, sin embargo, que no se creará una nueva tasa, sino que se incrementará el impuesto de sociedades en el sector que pasará del 30% al 38%. Además, subirá la tasa impositiva que pesa sobre los depósitos bancarios y que ahora es del 0,03%. También mantiene que se rebajará considerablemente los créditos fiscales o DTAs que disfruta la banca española como consecuencia de las pérdidas sufridas durante la crisis, sobre todo, y tras la adquisición de entidades intervenidas en la última década, incluido Banco Popular por Santander el pasado año. También está sobre la mesa la eliminación de la deducción por intereses de los conocidos como cocos (bonos contingentes convertibles en acciones) emitidos por la banca.
Y siguiendo con Banco Popular, la Junta Única de Resolución (JUR) ya ha contestado la semana pasada a más de los 90 recursos presentados en Luxemburgo y que han sido rechazados, las razones por las que decidió intervenir esta entidad el 6 de junio de 2017 de un día para otro. Parece que sus argumentos, como es lógico, no han convencido a nadie.
Ahora comunicará a los abogados de los seis recursos que sí ha admitido sus razonamientos, que serán, según fuentes jurídicas, las mismas o muy similares a las ya transmitidas. A partir de entonces se abrirá un periodo de réplicas.
Estas mismas fuentes mantienen que transcurridos 13 meses desde que se intervino y vendió Popular a Santander la JUR “sigue sin explicar ninguna de las principales cuestiones que hemos expuesto gran parte de los ya exinversores de la entidad”. Los recursos que la JUR va a analizar están los presentados por el mexicano Antonio del Valle, el de la familia chilena Luksic, así como el del fondo Algebris. También se van a estudiar los recursos presentados por Eleveté Invest Group, Liaño Reig y la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, que está representada por el despacho Ramón C. Pelayo Abogados.
“No sabemos a estas alturas la razón de la intervención de Popular. No fue por solvencia, porque el banco era aún solvente el 6 de junio. La falta de liquidez se podía haber solucionado si el supervisor le hubiera inyectado fondos. No sería ni el primero ni el último. Y había soluciones alternativas para su salvamento en lugar de su resolución, que en la práctica es una expropiación. Se podía haber separado sus activos tóxicos vinculados al ladrillo, como hizo Santander, o buscar otras alternativas antes que decidir poner sus títulos a cero.
El banco, de hecho, ya tiene beneficios”, explican fuentes jurídicas que están a la espera de las respuestas de la JUR, incluidos los informes de Deloitte dos y tres sobre las valoraciones de Popular ante su resolución (el informe completo) y el tercero, relativo a que hubiera sido mejor para un accionista, la intervención del banco, como ocurrió, o su liquidación tras convocar concurso de acreedores. Y dando un giro informativo.
Según un informe de la patronal de ahorro europea, además de la de la banca, y los sindicatos (en el caso de España UGT y CC OO), en la Europa de los 28 se han perdido un total de 440.200 empleos en el sector bancario desde 2007 a 2016, un 14% en conjunto. Llama la atención que las mujeres constituyen la mayoría de la plantilla de la banca, con el 52% en 2016 (en España asciende al 54%). En los países del Este este porcentaje sube al 70%, mientras que en Europa Occidental está por debajo del 45%.
La banca, sigue el informe, es uno de los sectores que muestra la igualdad en el empleo entre hombres y mujeres. Esto es más evidente en los países del Este de Europa “donde la igualdad de género es desigual en todos los sectores y donde la industria bancaria podría verse como un sector líder e innovador en este sentido”. Las mujeres ejecutivas, sin embargo, se reducen a un 19% en los países donde es más baja, y en el 64% en los que es mayor.
El informe señala que la “sobrerrepresentación de los ejecutivos masculinos parece estar cambiando, pero se necesita más tiempo para confirmar esta tendencia”.