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La banca fraccionará el pago de la pérdida del ladrillo del FGD

La factura de los EPA de Sabadell y BBVA se dividirá en tres o cuatro años

Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell.
Josep Oliu, presidente de Banco Sabadell.Pablo Monge

El plazo para que los fondos finalistas presenten sus ofertas para adjudicarse las cuatro carteras de Banco Sabadell formadas por activos problemáticos por valor de 10.800 millones de euros finaliza hoy. A partir esta fecha, la entidad deberá elegir a los ganadores. Pese a ello, no será hasta dentro de un tiempo, puede ser antes de agosto, aunque parece precipitado, cuando el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) haya concluido la vía para que estas ventas, lo mismo que la venta de la cartera de BBVA a Cerberus correspondientes a los activos tóxicos de Unnim, no computen como déficit público.

La entidad presidida por Josep Oliu busca deshacerse de las carteras Challenger y Coliseum, que suman unos 7.500 millones de euros. Otras carteras son las denominadas Makalu y Galerna, valoradas en unos 2.500 millones y 900 millones de euros, respectivamente, y compuestas por créditos de colateral inmobiliario (NPL).

Gran parte de estas carteras están formadas por activos adjudicados, en su mayoría, de CAM, que cuentas con un esquema de protección de activos (EPA) del que aún quedan pendientes por recibir por parte de Sabadell unos 3.500 millones de euros del FGD.

De la carteras a vender, no obstante, unos 5.000 millones de euros corresponden a ladrillo del propio Sabadell por lo que estos no están sometidos a ningún tipo de ayudas por sus pérdidas. El Fondo de Garantía, junto a Sabadell y BBVA, tienen ya casi diseñada la fórmula para que estos activos bajo EPA no computen como déficit ni suponga al resto de la banca una derrama que les perjudique en sus beneficios. La idea es fraccionar en tres o cuatro años el importe de estas ayudas en forma de EPA, que cubriría el sector sin grandes dificultades al estar dividida la factura en varios ejercicios. Solo en caso de que la venta de las carteras de Sabadell supongan más pérdidas para el FGD de las previstas las asumiría el banco que preside Oliu, pero hasta un tope máximo. La entidad, además, podría quedarse con algunos activos para mantener el EPA en vigor como hasta ahora. Eso sí, parece que con la venta de estas carteras queda al margen ya el acuerdo de que el FGD cubría el 80% de las pérdidas que generaban los activos tóxicos de CAM, y Sabadell el 20% restante.

Los supervisores europeos están presionando para que se vendan todas las carteras con ayudas antes de crear un fondo de garantía europeo.

Otras claves

Desconsolidación. Sabadell solamente podrá desconsolidar de su balance durante este ejercicio la cartera de mayor valor, la denominada Challenger (valorada en unos 5.000 millones de euros), Ya que el resto necesita luz verde por parte del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) debido a que los inmuebles que las constituyen proceden de la antigua CAM.

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