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Tribuna
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La explosión del trabajo a tiempo parcial

En ciertos países de la UE, el uso de esta modalidad es mayor, pero su salario es casi el doble que el mínimo español

El aumento del trabajo a tiempo parcial ha sido determinante para la creación de empleo. El número de personas que trabajan en el empleo a tiempo parcial ha aumentado considerablemente en los últimos años. Entre 2011 y 2016, desde que el actual Gobierno en funciones está en el poder, este tipo de trabajo ha aumentado en 350.000 ocupados, mientras que el realizado a tiempo completo ha disminuido en 200.000 empleos, según la última Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre de 2016. De este modo, por la acción conjugada de ambos factores se han creado 148.000 puestos de trabajo. De ello, se deduce que el empleo creado ha sido debido al aumento del trabajo a tiempo parcial. Si no hubiera sido por el incremento de esta modalidad de contratación, el empleo total hubiera disminuido. En definitiva, donde antes trabajaba una persona ahora trabajan dos, lo que demuestra que la velocidad a la que se mueve el empleo en España está lejos de ser uniforme.

Este incremento está relacionado con la evolución del mercado de trabajo y con el desarrollo del sector servicios, que actualmente aglutina el 90% del empleo a tiempo parcial. En concreto, en actividades como hostelería-restauración y comercio, que agrupan un tercio del total del empleo a tiempo parcial, y otro tercio más en servicios a las personas. La temporalidad típica de estos sectores, en su búsqueda de la flexibilidad, sitúa la tasa de temporalidad global en el 25,7%, frente al 15% de la UE.

Para un determinado colectivo el trabajo a tiempo parcial puede facilitar su compatibilización con las actividades no laborales. Pero esta cara tiene una cruz que lo hace posible: una gran mayoría de personas desearían trabajar a tiempo completo pero no lo encuentran. Se trata de casi el 10% del total de ocupados.

Precisamente el fuerte aumento del trabajo a tiempo parcial es debido casi en su totalidad al colectivo de los involuntarios (97%). Y muchas mujeres optan por esta modalidad de contratación a falta de empleos a tiempo completo. Las cifras así lo demuestran: actualmente la mayoría de estos contratos no son elegidos voluntariamente (61%, frente al 22% en la UE). Pero en el caso de las mujeres, la cifra llega al 70%, según la EPA.

"Muchas mujeres optan por esta modalidad de contratación a falta de empleos a tiempo completo"

La participación creciente de las mujeres en el mercado laboral es un factor de mejora de la actividad económica, pero no debe hacerse a costa de desigualdades. El objetivo debe ser crear las condiciones que permitan a las personas, y en particular a las mujeres con menores dependientes, permanecer en la población ocupada, ya que muchas de ellas optan por esta modalidad de empleo porque no encuentran quién les pueda cuidar a sus hijos o hijas. Para responder a esta situación, será necesario centrar más la atención en la igualdad de oportunidades y en la no discriminación, e implantar estrategias igualitarias.

Además de su condición femenina, otra característica es la mayor utilización del trabajo a tiempo parcial por parte de los jóvenes menores de 25 años, que aglutinan el 90% de la totalidad de todos estos contratos. Se puede concluir que a mayor edad, menor participación en el trabajo a tiempo parcial.

Es cierto que en determinados países miembros de la UE, como Holanda, la utilización de esta modalidad de empleo es mucho mayor, pero su salario es prácticamente el doble que el salario mínimo español, y pueden conciliar vida laboral y familiar, mientras que en nuestro país es casi imposible.

En conclusión, el trabajo a tiempo parcial es heterogéneo. No se da una identidad de intereses entre las empresas y gran parte de los trabajadores. Para las primeras, es una opción rentable, ya que les permite situar a parte de la plantilla en aquellos momentos de la jornada laboral con mayores cargas de trabajo y necesidades de personal, lo que conlleva a una reducción de costes laborales. Pero para los trabajadores y, sobre todo, trabajadoras, en general, es básicamente una forma laboral precaria y poco atractiva.

En este sentido, el crecimiento del PIB español (3,2% respecto al año anterior) no está sirviendo para crear empleo a tiempo completo de calidad que permita una fuerte recuperación y, por lo tanto, reducir el desempleo de manera considerable. Mientras esto no suceda, el desempleo continuara siendo nuestra asignatura pendiente, ya que nuestra tasa (20%) aún nos sitúa muy lejos de los niveles europeos (8,6%).

Vicente Castelló Roselló es profesor Universidad Jaume I y miembro del Instituto Interuniversitario de Desarrollo Local.

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