El fantasma proteccionista acecha a los Veintisiete
La UE replantea su política de ayudas a empresas para competir con China y Estados Unidos
En junio de 2017, la entonces comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, se refirió al aumento del proteccionismo como “una lacra” cuyo efecto negativo alcanzaba “tanto a las empresas europeas como a sus trabajadores”. Siete años después, mientras el alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, aseguraba que los subsidios estatales llevan a una “competencia desleal”, Bruselas autorizaba por primera vez la inyección de dinero público para evitar fugas de empresas.
“Ser autosuficiente es ilusorio en una economía moderna, la idea es no depender demasiado de otros bloques antagonistas”, explica a CincoDías el economista del Real Instituto Elcano Enrique Feás. El experto opina que no es correcto señalar que ahora Europa sea más proteccionista, sino que está reaccionando al “contexto general geopolítico”, marcado por las medidas proteccionistas de Estados Unidos y China.
Uno de los pocos temas en los que hay consenso en EE UU es el proteccionismo. Anteponen sus intereses estratégicos al libre comercioEnrique feás, economista del Real Instituto Elcano
La UE mantiene actualmente un déficit comercial con el gigante asiático de unos 400.000 millones de euros, y los subsidios a los vehículos eléctricos recientemente aprobados por el Gobierno de Xi Jinping molestaron en Bruselas. Al otro lado del Pacífico, la Administración de Joe Biden mantiene las políticas proteccionistas que impulsó Donald Trump, como las ayudas económicas al motor que fueron criticadas por el presidente de Francia, Emmanuel Macron.
Manuel Hidalgo, economista de la Universidad Pablo de Olavide, piensa que la idea de que el comercio libre “ayuda a todos” es “ingenua” y que se deben adoptar “posiciones más proactivas”. “Europa debe preocuparse por sus propios intereses”, sentencia.
Las empresas españolas han recibido un 6,2% de las ayudas concedidas por la UE en los últimos 20 años, unos 136 millones de euros
Uno de los ejemplos más contundentes del proteccionismo estadounidense es la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés) aprobada por Biden, que inyectó 370.000 millones de dólares a la industria. Para Enrique Feás, que Bruselas aprobara su propia inyección de fondos públicos a empresas fue “fundamentalmente una reacción” al IRA. “Hay un riesgo general de disrupción y de que en algún momento las cadenas de valor global se pueden bloquear. La Comisión considera que hay que ser muy cuidadosos a la hora de promover el comercio, teniendo en cuenta también los riesgos de una excesiva dependencia de determinados países”, sostiene.
El economista del Real Instituto Elcano cree que las compañías europeas “necesitan ayuda”, pero no solo “en forma de subvención”, sino con “una regulación mucho más ágil, como la americana”. “Estados Unidos no da más dinero que Europa para su ayuda industrial, pero sí otorga beneficios y reducciones fiscales”, apunta.