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El Foco
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

El papel del comercio en la construcción europea

Bruselas ha identificado al sector como uno de los 14 ecosistemas clave en los que debería aplicarse la soberanía estratégica de la UE

CINCO DÍAS

El comercio es uno de los principales motores de la construcción europea desde que, hace 70 años, se firmara el Tratado de París que dio lugar a la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA). Este tratado comercial es el embrión de la actual Unión Europea y ha ido evolucionando a través de los cuatro pilares del mercado único que refleja el Acta Única Europea de 1986: la libre circulación de personas, de bienes, servicios y capitales. Hoy, la Unión Europea que conocemos agrupa a más de 500 millones de consumidores que realizan alrededor de un billón de transacciones diarias. Y la distribución mayorista y minorista es el eslabón de enlace entre esta enorme masa de consumidores y los millones de productores europeos de todo tipo de bienes, que configuran la cadena de valor del comercio y que incluyen desde pequeños productores locales a potentes multinacionales.

El peso del comercio en la UE es tal que genera uno de cada siete empleos, lo que supone una fuerza de trabajo de unos 29 millones de personas; implica a una de cada cuatro empresas europeas, de las cuales el 99% son pymes; y suma el 13,7% del PIB de la Unión Europea. Este peso a nivel europeo es equivalente al que tiene el comercio en España, ya que supone el 13% de su economía, agrupa a más de 760.000 empresas, suma más de 11.000 millones de euros y más de 3 millones de empleos. Por si estas cifras no fueran suficientes, tras la pandemia de Covid-19, la Comisión Europea ha identificado al comercio como uno de los 14 ecosistemas esenciales en los que debería aplicarse la soberanía estratégica de la Unión.

Esta panorámica nos muestra la relevancia de un sector que todavía debe asumir grandes retos y, para ello, debe poseer un alto grado de interlocución con los diferentes actores en el ámbito comunitario. Y no cabe duda de que el gran reto sigue siendo el refuerzo de nuestro mercado único. En este sentido, una de las grandes iniciativas fue el Acta del Mercado Único II, presentada por la Comisión en octubre 2012, donde se recogieron 12 medidas en torno a cuatro motores principales para reforzar el crecimiento, el empleo y la confianza en el mercado único: las redes integradas, la movilidad de ciudadanos y empresas, la economía digital y el refuerzo de los beneficios hacia los consumidores.

Desde ese momento hasta la actualidad es preciso destacar dos grandes hechos que pueden considerarse aceleradores de estos grandes objetivos. El primero es el Green Deal, el Gran Pacto Verde europeo, una hoja de ruta para dotar a la UE de una economía sostenible con fuertes implicaciones en el conjunto de la cadena de valor del retail, desde los productores a los consumidores. El segundo, la pandemia actual, que ha puesto de manifiesto la esencialidad del comercio para los ciudadanos y para la economía, la necesidad de acelerar el cambio tecnológico y de crear un entorno empresarial más justo y más sencillo, tal y como recoge la Comisión en su comunicación El momento de Europa: reparar los daños y preparar el futuro para la próxima generación.

Todo este contexto nos muestra la amplitud y dimensiones de los desafíos que tiene el comercio europeo. Por eso resultan fundamentales estructuras representativas como la organización que presido, que agrupa a asociaciones de 31 países y, ya sea a través de ellas o de manera directa, a 5,5 millones de empresas de todos los tamaños. Una organización representativa del comercio mayorista y minorista en Europa que, por primera vez en su historia, va a contar con una presidencia española. Este hecho supone un reconocimiento de la representatividad e importancia del comercio español en términos de eficiencia, innovación y valoración empresarial y social, algo que se ha podido comprobar durante la pandemia. Además, indica su total alineación y su capacidad para liderar la posición de este sector en el marco de la recuperación europea y de ponerlo en el centro de las decisiones comunitarias en varios aspectos fundamentales para la Unión.

Nuestra presidencia durante este periodo de tres años cuenta con una agenda que se construye en torno a cuatro ejes principales. El primero de ellos es el internet del retail (IoR), que recoge el objetivo de la digitalización en un sentido amplio, incluyendo plataformas de comercio electrónico, pagos digitales, soluciones de reparto a domicilio, logística inteligente, etc. El segundo aspira a alcanzar sistemas de distribución sostenibles desde los principios del Gran Pacto Verde acelerando la conversión a la movilidad verde, al uso de energías limpias y a la economía circular a través de una reducción del uso de materias primas y de infraestructuras de recogida, reciclaje y tratamiento de residuos eficaces. El tercero subraya el valor local del retail tanto en las comunidades rurales como en las urbanas; en ambas, el comercio es un factor de dinamización económica y social que se encuentra en el corazón de la forma de vida europea, por ello, el comercio mayorista y minorista tiene una relación de cercanía emocional con los consumidores que es preciso proteger y fomentar. En cuarto lugar, la calidad normativa es una condición imprescindible para el desarrollo del mercado único.

Este último punto, el del mercado único, no será una realidad plena si no se abordan cuestiones como la eliminación de restricciones, la adaptación de las normas de competencia al nuevo escenario de comercio electrónico de manera que estas sean iguales para todos los operadores, la unificación de normativas en cuanto a la responsabilidad extendida del productor en materias como el desperdicio alimentario y la economía circular, la reducción del coste de las transacciones o un mercado laboral seguro y flexible.

Por todo ello, se presentan por delante tres años de intenso trabajo para que el comercio ocupe el lugar que le corresponde en las políticas de la Unión Europea desde la óptica que nunca ha perdido y que no es otra que el servicio a los consumidores de los 27 países de la Unión.

Juan Manuel Morales es Presidente de EuroCommerce

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