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Breakingview
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

China está arreglando su ladrillo con una visión largoplacista

Pekín aprovecha la crisis para introducir cambios que deberían hacer más estable al inmobiliario

construccion
Edificio de viviendas en construcción en Hangzhou, China.William Hong (REUTERS)

El plan de China para resolver su lío inmobiliario está teniendo un comienzo lento. Según datos del banco central, solo el 4% de un plan de préstamos de 300.000 millones de yuanes (42.000 millones de dólares) destinado a reducir el inventario residencial ha sido utilizado por los gobiernos locales y las empresas estatales. Entretanto, la semana pasada los responsables políticos volvieron a comprometerse a emprender reformas drásticas que podrían agravar el desplome del sector. Pekín está decidida a remodelar el sector, aunque requiera más tiempo y dolor.

Las esperanzas eran grandes cuando China anunció en mayo medidas “históricas” para atajar su crisis inmobiliaria. Se animó a los gobiernos locales a comprar a los promotores las viviendas no vendidas y convertirlas en viviendas públicas. Según los medios de comunicación estatales, más de 80 ciudades han anunciado planes para reducir la oferta. El problema es que solo un puñado de ciudades, como Chongqing y Fuzhou, han realizado compras reales, con menos de 10.000 apartamentos en total.

A primera vista, es demasiado poco y demasiado lento. Los analistas de Goldman Sachs estimaron en un informe de junio, basado en los datos de vivienda de 80 ciudades, que la República Popular tiene que inyectar unos 2 billones de yuanes para eliminar el 10% del exceso de oferta en todo el país si quiere poner coto a la caída de los precios. En una nota reciente, los analistas de UBS rebajaron su previsión de crecimiento del PIB para 2024 del 4,9% al 4,6%, citando, entre otros factores, un declive inmobiliario que aún no ha tocado fondo. Uno de los problemas es que las autoridades se enfrentan a profundos cambios en el mercado y necesitan tiempo para evaluar su impacto.

Los Gobiernos locales, por ejemplo, tienen ahora más poder para establecer sus propias normas del mercado inmobiliario, como la eliminación de los límites de precios en los nuevos proyectos. También puede haber más apoyo político. Pekín planea permitir que los gobiernos locales financien la compra de viviendas emitiendo más bonos especiales, según informó Bloomberg este mes, citando fuentes anónimas.

Pero China también está aprovechando la crisis para introducir cambios que deberían hacer del sector inmobiliario un elemento más estable de su economía de 17 billones de dólares. En una rueda de prensa celebrada la semana pasada, el Ministerio de Vivienda reiteró que acelerará la transición desde el actual sistema de preventa, en el que los promotores venden a los compradores proyectos de viviendas sin terminar, hacia un planteamiento de «venta una vez terminadas».

Esto ralentizará la recuperación de promotores en apuros como China Evergrande y Country Garden, y la revisión podría pesar en la confianza de los hogares a medida que el sector se asienta en una nueva normalidad. En cualquier caso, parece poco probable que se produzca un rápido auge tras la crisis.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Pierre Lomba Leblanc, es responsabilidad de CincoDías.

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